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TEXTO IRREVERENTE | LOS DEJARON SOLOS - Conforme transcurren los días se va conociendo datos que ayudan a entender lo que pasó en Veracruz con el descalabro electoral de Morena. Los éxitos locales del partido guinda desde el 2018...

Conforme transcurren los días se va conociendo datos que ayudan a entender lo que pasó en Veracruz con el descalabro electoral de Morena. Los éxitos locales del partido guinda desde el 2018 a la fecha, pasando por las elecciones del 2021 y...

Por Andrés Timoteo

LOS DEJARON SOLOS

Conforme transcurren los días se va conociendo datos que ayudan a entender lo que pasó en Veracruz con el descalabro electoral de Morena.

Los éxitos locales del partido guinda desde el 2018 a la fecha, pasando por las elecciones del 2021 y 2024 cuando ganó la zacatecana Rocío Nahle con más de dos millones de votos, se debieron a una operación conducida desde el altiplano.

La dirigencia nacional morenista y el aparato del gobierno federal intervinieron planeando, ejecutando y supervisando la estrategia comicial lo que derivó en esa racha ganadora.

El mejor ejemplo de tal eficacia fue que a pesar de que el exgobernante Cuitláhuac García se convirtió en un negativo político casi inmediatamente después de asumir el mandato, Morena no registró fracasos electorales.

Ahora ya no está el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador en la presidencia y la conducción del partido guinda la lleva su hijo, Andrés López Beltrán, quien fue vituperado por la zacatecana Nahle y sus subalternos luego de que decidió afiliar al expanista Miguel Yunes Márquez tras aportar el voto que ayudó a aprobar la reforma judicial.

Pues esa afrenta se la cobró Andy López a Nahle dejándola sola.

No intervino el aparato federal y toda la operación de los comicios se la dejaron a la gobernante estatal y a su gente, entiéndase al dirigente local Esteban Ramírez Zepeta y al delegado de la Secretaría del Bienestar, Juan Gómez, que fueron las cabecillas de la estrategia para hacer triunfar a los candidatos morenistas.

Y fracasaron.

Los exhibieron como ineficientes y perdedores.

Nahle lo sabe y por ello trató de justificarse diciendo que aprenderá de “los tropezones” tras admitir el resultado adverso del domingo.

El tropezón al que se refiere no fue solo con los votantes veracruzanos sino con los mandamases en Morena en el altiplano.

Tropezón también fue haberse confiado de personajes como Ramírez Zepeta, Gómez Cazarín, Zenyazen Escobar y otros que solo trabajaron para su conveniencia en determinados municipios y se desentendieron de la estrategia generalizada para impulsar al morenismo.

Ellos también dejaron sola a la riograndeña.

En política hay derrotas que saben a triunfos cuando la guerra es intestina.

La debacle electoral que carga ahora la gobernante vaya que la disfrutan sus enemigos en centro del país.

Y no es especula, basta recurrir a la ausencia de promotores externos.

¿Por qué no vinieron los morenistas de la Ciudad de México ni de los otros estados a hacer campaña en Veracruz como se hizo en otros comicios?

¿Se acuerdan que en las elecciones de Tamaulipas, Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca y Quintana Roo en el 2022 cuando movilizaron militantes de todo el país?

Incluso hubo delegaciones de morenistas veracruzanos que se trasladaron a estos estados.

Hasta diputados locales en ese entonces liderados por el tuxtleco Gómez que se pasaron varias semanas recorriendo municipios de Tamaulipas.

¿Por qué ahora nadie vino de fuera para ayudar al morenismo veracruzano?

¿Por que no vino el junior López Beltrán ni Adán Augusto López ni Ricardo Monreal ni Marcelo Ebrard y ni siquiera el gritón Gerardo Fernández Noroña a hacer campaña con los candidatos locales?

Solo estuvo la dirigente Luisa María Alcalde porque el cargo la obligaba.

La lectura es que dejaron solos a los pretenciosos de la aldea y estos no pudieron con el paquete.

Y así los escarmentaron y exhibieron a nivel nacional.

FUE NEGOCIACIÓN

¿No notaron?

Los voceros del régimen nahlista en la prensa trataron de resaltar el triunfo morenista en el puerto de Veracruz a fin de atenuar el impacto político por el retroceso electoral en todo el estado, pero no fue suficiente para cambiar la conversación pública.

Las noticias, los análisis y las opiniones se centraron en el retroceso de Morena a nivel estatal y no en haber conquistado el principal bastión del panismo yunista.

Este fue noticia secundaria y no la hazaña principal de la contienda.

En resumen, no les dio para tapar el golpazo de la declive.

Además, el triunfo de la comapeña Rosa Hernández no fue ni mérito propio ni del partido.

Tampoco una victoria histórica como lo tratan de engalanar.

Fue una cesión hecha por los Yunes desde que pactaron en Bucareli, en septiembre pasado, para salvarse de la persecución judicial y aprobar la reforma judicial.

La negociación la condujo Adán Augusto López, el líder senatorial y comisionado de López Obrador para tratar con el clan yunista y desde entonces se pactó entregar el ayuntamiento porteño mientras conservaban el boqueño.

La victoria de la panista Josefina Gamboa igualmente no se trató de una proeza sino parte del acuerdo entre el yunismo y el obradorismo.

Por eso Nahle mandó a perder a la empresaria Bertha Ahued y los Yunes mandaron a Indira Rosales a lo mismo.

Franklin Roosevelt decía que “en política no hay casualidades y si las hay es que fueron muy bien preparadas".

Así paso con las alcaldías de Veracruz y Boca del Río que fueron piezas del ajedrez jugado en septiembre, plazas cedidas o conservadas para honrar el pacto, nada más.

Al puerto no lo ganó Nahle ni lo perdieron los Yunes.

*Envoyé depuis Paris, France.