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TEXTO IRREVERENTE | CACERÍA DE BUSCADORES - Una vez es casualidad, dos veces es coincidencia y tres veces es un patrón -un modelo-, señalan en la psicología aplicada a la criminalística especialmente en el estudio y predicción de los asesinos en serie...

Una vez es casualidad, dos veces es coincidencia y tres veces es un patrón -un modelo-, señalan en la psicología aplicada a la criminalística especialmente en el estudio y predicción de los asesinos en serie...

Por Andrés Timoteo
CACERÍA DE BUSCADORES
Una vez es casualidad, dos veces es coincidencia y tres veces es un patrón -un modelo-, señalan en la psicología aplicada a la criminalística especialmente en el estudio y predicción de los asesinos en serie.
Tal deducción no es nueva, ya en los años cincuenta del siglo pasado la había plasmado el periodista y escritor británico Ian Flemming en su serie novelística de James Bond, el "Agente 007".

La diferencia es que Flemming decía que la tercera vez "ya es una acción del enemigo".

Pues esa premisa se cumple al pie de la letra en el Veracruz gobernado por la zacatecana Rocío Nahle donde los buscadores de personas desaparecidas están siendo exterminados.

El estado es tierra fértil para su aniquilación y ahora mismo hay una andanada contra ellos.

Ya van tres casos: Magdaleno Pérez Santés, Alin Isaday Salas Isidro y Sandra Estefana Domínguez Martínez.

El primero es padre de Diana Paloma Pérez Vargas, una chica de 22 años que está desaparecida desde noviembre del 2019 cuando fue 'levantada' en Poza Rica.

El pasado 13 de marzo, Magdaleno Pérez fue detenido arbitrariamente por elementos de la policía municipal de esa ciudad quienes le propinaron una golpiza.

Fue liberado porque no le comprobaron ningún delito, pero murió horas después en su domicilio de la comunidad Tres Cruces de Papantla a causa de las lesiones que le provocaron.

Se ha dicho que la tunda que le dieron los agentes fue para obligarlo a que dejara de buscar a su hija y la especie es creíble.

Desde el cuatrienio del exalcalde Javier Vallejo se hablaba que la policía municipal estaba coludida con el crimen organizado y ahora con el munícipe Fernando Remes, también morenista, la violencia y los casos de desaparición forzada se multiplicaron.

Igual los señalamientos de la complicidad policíaca con los delincuentes.

A eso se debe tal cacería contra los activista.

El acoso y exterminio esta avalado con el silencio de las autoridades estatales, específicamente de la Fiscalía que sigue encabezando la tuxtleca Verónica Hernández.

Y el patrón contra los buscadores se corrobora con otro caso sucedido tres días después de la muerte de Pérez Santés, el 16 de marzo, cuando fue secuestrada Alin Isaday Salas Isidro ahí mismo en Poza Rica.

Ella es hija de Aída Isidro, integrante del colectivo "Familiares en Búsqueda, María Herrera".

La señora se unió a dicha organización desde la desaparición de su hijo Osiel Virgilio Juárez Isidro de 19 años, plagiado el 25 de noviembre del 2020 también en aquella ciudad petrolera.

Alin Isaday estuvo cautiva 23 días y fue liberada con vida el 9 de abril pasado.

Ojo, no la rescataron las autoridades sino que sus captores cedieron ante la presión mediática generada por las denuncias del colectivo "María Herrera".

Hay la versión de que "en el ayuntamiento se espantaron y ellos mismos hablaron para que dejaran libre a la hija de nuestra compañera", señala una fuente del colectivo.

La deducción fue que dos asesinatos consecutivos de gente ligada a la búsqueda de desaparecidos no le convenía al gobierno secuaz.

VERACRUZ DE MODA

El 24 de abril pasado se localizaron los restos de la activista Sandra Estefana Domínguez Martínez y de su esposo Alexander Hernández Hernández quienes estaban desaparecidos desde el 8 de octubre pasado cuando fueron raptados por un comando armado en la comunidad de María Lombardo de Caso, en el municipio oaxaqueño San Juan Cotzocón.

Se ha dicho que el responsable de su plagio y posterior asesinato fue un grupo delictivo que opera en Veracruz, pero el asunto apunta a una desaparición y 'ejecución' ordenada desde el poder político en Oaxaca.

Allá pagaron y aquí lo vinieron a hacer.

La abogada mixe de 38 años había denunciado a varios funcionarios del gobierno de Salomón Jara por pornografía y tráfico de mujeres con fines de explotación sexual.

Exhibió charlas en grupos de las redes sociales donde estos políticos morenistas hablaban explícitamente de casos de agresiones y explotación sexual de mujeres indígenas y compartían fotos y videos con escenas sexuales explicitas.

Poco antes de su desaparición, Domínguez Martínez había anticipado que revelaría otra serie de 'chats' con más conversiones y material pornográfico elaborado y compartido por los funcionarios guindas.

Entonces la desaparecieron. Su cadáver y el de su esposo fueron hallados en una fosa clandestina en el municipio de San Pedro Sochiapan. Claro, por su desaparición y asesinato no ha detenidos.

Tampoco ningún funcionario oaxaqueño señalado por la activista ha sido indiciado judicialmente y ni siquiera destituido del gobierno.

La fosa con los restos de Domínguez y su esposo fue localizada por la información recabada por los mismos activistas, no por el gobierno de Oaxaca ni mucho menos el de Veracruz.

Estos tres casos ya muestran un patrón.

También confirman que, como alardea la mandataria estatal, "Veracruz esta de moda"...pero entre los criminales.

Es tierra de nadie, se puede venir a matar, secuestrar o desparecer sin consecuencia alguna.

Ya "se les acabó la fiesta" les avisó la zacatecana.

Ajá, se ve que los malandros tiemblan de miedo. Risas.

*Envoyé depuis Paris, France.