
Happy Birthday to you
FÉLIX CORTÉS CAMARILLO
Cuarenta y cinco millones de dólares le costó a los contribuyentes norteamericanos la fiesta del cumpleaños 79 de su presidente Donald Trump.
Eso de los cumpleaños presidenciales tiene tradición: los mexicanos celebran el Grito de Dolores la noche del 15 de septiembre, y no la mañana del 16, cuando en verdad el cura Hidalgo aprovechó la llamada a misa de seis, para convocar a la insurrección independentista.
Resulta que el 15 era cumpleaños del presidente Porfirio Díaz, tan vilipendiado, y le metió mano al calendario cívico.
En el Madison Square Garden de Nueva York, Marylin Monroe
“vestida” en un traje espectacular, le cantó a su amante, el presidente John F. Kennedy un sensual happy birthday, en presencia de Jackelin, la esposa, en 1962.
Y así por el estilo.
Pero Trump no se midió.
Se puso a la altura de los líderes de la URSS cuando era, y de Corea del Norte que sigue siendo.
Sobre la Plaza Roja de Moscú, -Jesús Hermida me decía, y yo coincido, que junto a la Plaza Mayor de Madrid y el zócalo de México son las más hermosas de todas las plazas del mundo- suelen desfilar con cualquier pretexto, las fuerzas armadas de los rusos.
Sea el primero de mayo o el aniversario de la Revolución de Octubre, que fue en noviembre, decenas de miles de soldados desfilan delante del Kremlin, que quiere decir ciudad amurallada, mientras encima vuelan los migs amenazantes.
En la cola importantísima del desfile -es el clímax- pasan delante de los gobernadores unos enormes tubos largos que en su puntita llevan una ojiva nuclear.
La más letal de las armas que el hombre ha inventado.
Yo no sé, ni quisiera ponerlo a prueba, si las bombas están realmente ahí o son fake display.
Lo cierto es que en la plaza principal de Pyongyang suelen desfilar también esos tubos de mal presagio, con su puntita maligna.
Kim Jong-un, gobernante heredero de Corea del Norte, pasa revista a su armamento periódicamente, para que no se nos olvide.
Los Estados Unidos también tienen de esas cositas.
Por alguna razón, Donald Trump no las incluyó en el magno desfile en Washington, que el sábado pasado hizo que le rindiera respeto y afecto.
Aún sin ojivas, miles y miles de soldados, tanques, cañones, aviones y etcéteras por ahí pasaron.
El pretexto es lo de menos: el aniversario 250 del ejército de su país.
La causa real, el cumpleaños de Trump; al final le cantaron el Happy Birthday, sin la sensualidad ùnica de la Monroe.
De las muchas señales de alarma que al mundo le manda cotidianamenete el presidente Trump, tal vez la menos advertida sea su tendencia al culto a la personalidad, algo que los rusos, coreanos, chinos, cubanos y otros comunistas, han cultivado a la saciedad.
La torre Trump, sobre la quinta avenida de Nueva York, al lado de Tiffany´s, no era más que un pinche, (en la Quinta ave.) piche edificio.
Hoy es la emblemática Torre Trump que los turistas no se pueden perder, y que debe estar como su domicilio en su INE, si es que tiene.
El histórico hotel Plaza, muy cerca, se llama Trump, igual que todos los campos de golf en los Estados Unidos que son suyos.
Muy su gusto.
Como fue su gusto la fiesta de cumpleaños del sábado en Washngton.
45 millones de dólares; no empiecen a convertirlos a pesos.
Mientras le cueste a los contribuyentes se allá....
PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (porque no dejan entrar sin tapabocas):
Como si les hiciera falta en la región, ahora hay una guerra abierta entre Iran e Israel, que puede salirse de sus cauces, si es que tiene.
Israel, afirma que el objetivo de sus operaciones es
“quitarle el pellejo a la serpiente iraní”.
Los persas no dicen mucho, pero ya penetraron con sus drones explosivos el escudo de acero con el que Israel protege sus principales objetivos.
Ahora, Iran controla, hasta hoy, el estrecho de Ormuz, por el que sale del Golfo Pérsico un abastecimiento primordial de petróleo para Occidente.
Y eso, ya sabemos, se refleja en el precio del petróleo.
Desde luego que, para una potencia petrolera como es México, y que importa el 80 por ciento de la gasolina que le mueve, eso no es noticia.