* Y comienza la Semana Santa
* Arzobispo llama a mostrar misericordia
Por Noemí Valdez
Reportera de NOTIVER
Este domingo 13 de abril se celebró el Domingo de Ramos. Al mediodía cientos de feligreses con sus ramos se dieron cita en la Catedral Metropolitana de Xalapa para vivir la celebración del Domingo de Ramos con el que la Iglesia Católica da inicio a la Semana Santa.
Antes de las 12:30 horas, fieles ya se apostaban en las afueras del templo esperando la bendición de sus palmas por parte del Arzobispo Jorge Carlos Patrón Wong para después ingresar al templo donde se realizó la eucaristía.
El Domingo de Ramos no solo conmemora la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, sino que también inicia Semana Santa.
Esta fecha señala el comienzo del camino hacia la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
En este contexto, el Arzobispo invitó a los fieles a vivir con recogimiento y reflexión los días santos, destacando el sentido espiritual de cada celebración.
Tambien pidió a los fieles mostrar el rostro misericordioso de Dios, un rostro de amor y de perdón.
“Esta semana la iniciamos viviendo, rememorando la entrada de Jesucristo a Jerusalén el Domingo de Ramos como esa multitud entusiasmada, nosotros cantamos hosanna, hosanna, hosanna el hijo de David, Dios el señor, al propio Jesús.
Que nos ha encontrado a cada uno de nosotros como encontró a cada uno de los necesitados y necesitadas en su caminar por toda la tierra prometida y ahí Jesús nos hizo descubrir un nuevo rostro de Dios que es el rostro del amor, un rostro de Dios misericordioso”
El Arzobispo dijo que la vida del ser humano debe transcurrir de manera humilde y haciendo la voluntad de Dios.
“Nuestro rey que entra a Jerusalén, a la vida de cada ser humano de la manera más humilde, bajo un burrito, no con los portentos, honores, el poder que otros esperaban y que quizá nosotros también esperábamos de Jesús. Ese Jesús humilde que no teme hacer la voluntad de Dios y entregarse totalmente por nosotros y para nosotros”, añadió.
En la homilía pidió porque sea una semana de bendiciones, de aprendizajes, de comprensión del misterio del amor de Dios y de la experiencia de la vida nueva que trae Jesucristo que resucitará y dará la gran victoria para el resto de la existencia.