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TEXTO IRREVERENTE | FUE DOBLEGADA - El anaranjado Donald Trump va acumulando presidentes latinoamericanos doblegados en su 'score' personal. Lleva quince días sentado en la Casa Blanca y ya logró las genuflexiones...

El anaranjado Donald Trump va acumulando presidentes latinoamericanos doblegados en su 'score' personal. Lleva quince días sentado en la Casa Blanca y ya logró las genuflexiones de los mandatarios de Colombia, Gustavo Petro...

FUE DOBLEGADA

El anaranjado Donald Trump va acumulando presidentes latinoamericanos doblegados en su 'score' personal.

Lleva quince días sentado en la Casa Blanca y ya logró las genuflexiones de los mandatarios de Colombia, Gustavo Petro, quien fue el primero en acceder a las exigencias del norteamericano, de Panamá, José Raúl Mulino, de México, Claudia Sheinbaum y de Guatemala, Bernardo Arévalo.

También el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. Los casos de Colombia, Guatemala y México son para detener el flujo de migrantes hacía Estados Unidos y recibir a los deportados sean o no nativos de esas naciones.

La mexicana Sheinbaum también fue doblegada en el rublo del narcotráfico, condicionada a bajar las exportaciones de fentanilo en un mes.

Además de otras disposiciones que le dictó Trump. Por ejemplo, permitir que agencias norteamericanas hagan labores de inteligencia en aguas y cielos mexicanos así como eliminar la prohibición para que se importe maíz transgénico.

Sheinbaum tiene un mes de plazo para no recibir aranceles y ella lo aceptó 'sin chistar' porque no tiene margen de maniobra.

Es mentira, mera propaganda doméstica, eso de que negoció con Trump y que el aplazamiento de los aranceles es un merito diplomático y una hazaña personal de ella. Falso, Sheinbaum solo escuchó y aceptó, se doblegó.

Su historia es parecida a la de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, durante el primer mandato del republicano.

El tabasqueño dispuso 25 mil elementos de la Guardia Nacional para detener migrantes y hacer el 'muro humano' que pedía Trump, y hoy Sheinbaum manda 10 mil policías a resguardar la frontera norte para que no pasen los migrantes ni la droga.

Canadá, a diferencia de México, tiene una economía fuerte que resistiría los aranceles y hasta un rompimiento del tratado comercial T-MEC. En México lo sufrirán y hasta podría quebrar la frágil estabilidad. Esa es la realidad económica y geopolítica.

En Panamá, el presidente Mulino terminará el acuerdo con China para operar el Canal de Panamá mismo que Trump amenazó con expropiarlo a través de una intervención armada.

Otro gobernante que se plegó a Trump, aunque no presionado, es Nayib Bukele de El Salvador que recibirá a los deportados, en especial a quienes son delincuentes peligrosos para meterlos a una cárcel salvadoreña.

Y todos saben cómo se las gasta el represor Bukele a la hora de tratar a los presos.

Los indocumentados convictos que no vayan a Guantánamo irán a las mazmorras bukelistas igual de atroces.

Bukele es aliado de Trump en Centroamérica y fue de los pocos presidentes invitados a su toma de posesión el pasado 20 de enero.

El otro propagador del trumpismo en América del Sur es el argentino Javier Milei quien acaba de sacar a su país de la Organización Mundial de Salud (OMS) y pretende aplicar las mimas medidas de Trump contra la diversidad sexual, la libertad de prensa y la división de poderes en su país.

Lo bueno es que Milei es un presidente débil, aunque muy gritón y fanfarrón. No controla el Poder Legislativo ni el Judicial y puede ser frenado en ciertos rubros. Además en el 2027 se va.

TÍO CAIMÁN

Por cierto, ahora que Trump revivió el expansionismo-colonialismo que ya se creía superado -quiere invadir Groelandia y Panamá además de anexar a Canadá y México como los estados 51 y 52 de la Unión Americana- vuelven a sonar viejos himnos de rebeldía y resistencia en América Latina.

Uno data de los años setenta y se cantó mucho hasta 1999 cuando el Canal de Panamá regresó a manos de los panameños.

"Yo tenía mi casa chica/ enclavada entre mar y mar/ pero vino la tormenta/ y con ella tío caimán./ ¡Ay, menea la colita!/ Tío Caimán,/ como una señorita./ ¡Ay menea la colota!./ Tío Caimán, / como una señorota".

La escribió en 1975 el poeta y periodista Carlos Francisco Changmarín quien militó en el Partido Comunista Panameño y fue un férreo opositor a la injerencia estadounidense en su país.

Changmarín murió en el 2012 sin imaginar que cincuenta años después su canción de protesta con ritmo de cumbia se volvería a entonar en Latinoamérica como son de resistencia contra Donald Trump.

"De repente el territorio/ de sur a norte se abrió/ la parcela que allí estaba -el canal-/ Tío Caimán se la tragó./ Puso el Caimán su bandera/ y la mía me la quitó./ Yo le dije: un momentito,/ eso no lo aguantó yo".

Claro, la canción tienen datos obsoletos en geopolítica como la derrota y expulsión de Estados Unidos en Cuba y Vietnam, pero ahora mismo se antoja imposible la última estrofa de la cumbia de Tío Caimán.

"Tío caimán hablaba inglés/ y andaba por todo el mundo./ Y en cada sitio que iba/ metía su colmillo inmundo./ Y yo como soy moreno/ a mí no me engaña naide/ le daré palo al caimán,/ a su padre y a su madre".

Los primeros en cantar el himno de Changmarín fueron los hermanos Julio y Eduardo Carrasco junto con Julio Numhauser quienes en 1965 integraron el grupo musical Quilapayún.

Eran los tiempos del comunismo romántico pues Quilapayún significa en lengua mapuche "Los tres barbudos".

Los músicos usaban barba imitando a figuras icónicas de la época como Fidel Castro y Ernesto "Che" Guevara.

*Envoyé depuis Paris, France.