ÁNDALE
*Por la desaparición del CONEVAL
*Una cosa es contar, otra es analizar impacto
Por Noemí Valdez
Reportera de Notiver
Empresarios de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) reprobaron la desaparición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) que realizó recientemente la Cámara de Diputados.
Al respecto, calificaron este hecho como un grave retroceso en la evaluación técnica, imparcial y especializada de las políticas sociales en México.
“Rechazamos esta medida que elimina al único organismo capaz de evaluar, con rigor e independencia, la política social del Estado mexicano. No se trata de una simple reestructuración administrativa; se trata de eliminar al evaluador para evitar cualquier resultado adverso”.
Los empresarios señalaron que desde su creación, el Coneval representó un referente técnico nacional e internacional.
Sus informes revelaron progresos, pero también errores y retrocesos en los programas sociales.
No es casual que haya sido blanco de descalificaciones por parte del gobierno anterior, especialmente cuando en 2021 documentó que 3.8 millones de personas más habían caído en la pobreza.
Dos años más tarde, celebró una supuesta salida de 9 millones sin mencionar que, para entonces, el Coneval ya había sido debilitado.
“Hoy, su desaparición completa confirma un patrón: borrar al árbitro que contradice el discurso oficial”.
Agregaron que transferir sus funciones al INEGI implica confundir dos tareas distintas.
El INEGI genera datos; el Coneval evaluaba políticas públicas.
“Una cosa es contar, otra es analizar impacto. La especialización del Coneval permitió identificar qué programas funcionaban y cuáles no. Eliminar esa capacidad técnica abre la puerta a decisiones sin fundamento, basadas en popularidad y no en resultados. Lo que no se evalúa con autonomía, se convierte en propaganda”.
Señalaron que asignar al INEGI un rol de evaluador de políticas públicas también compromete su función esencial como generador autónomo de información.
Convertirlo en juez del desempeño gubernamental distorsiona su naturaleza técnica y lo expone a presiones políticas.
Involucrarlo en valoraciones sobre políticas públicas lo aleja de su misión original: producir datos objetivos, confiables y con rigor metodológico.
Esa confusión de responsabilidades puede erosionar su credibilidad.