
Por Andrés Timoteo
EL PAPA BETO
Ni el Papa Negro de Nostradamus ni el Pedro Romano de San Malaquías ni el italiano favorito ni el francés esperado ni el filipino ponderado.
No se cumplieron las profecías ni las quinielas sobre el nuevo ocupante del Trono de Pedro tras la muerte del argentino Francisco.
El elegido fue Robert Francis Prevost Martínez al que en el Perú, su tierra de misión sacerdotal durante cuarenta años, le llaman Padre Beto. Ahora será León XIV.
Es americano con ascendencia española e italiana y también latinoamericano-peruano por adopción.
Pertenece a la Orden de San Agustín, o sea que es un fraile como su antecesor lo era de la Compañía de Jesús.
Entonces tiene vocación y reglas medicantes que lo obligan a ejercer y vivir en caridad, desposesión de bienes y predicación evangelizadora.
Es decir, debe ser pobre, caritativo y misionero.
Nació en Chicago, pero ha pasado la mayor parte de su vida fuera de Estados Unidos y está ligado especialmente a América Latina y en concreto al Perú donde se ha desempeñado como sacerdote misionero y obispo.
León XIV tiene el trazo progresista de Francisco.
Es un sucesor a modo salido de un cónclave preparado por el anterior Papa que nombró a la mayoría de los cardenales electores para continuar su línea evangélica.
No es algo raro, Juan Pablo II también dejó todo preparado para entronizar a Benedicto XVI su mano derecha en la ruta conservadora.
Y como todo cónclave vaticano, la selección del obispo de Roma es un acto político.
Además de un guía espiritual, los cardenales votan por un gobernante y diplomático para sentarlo en el solio papal.
Por eso, la elección de 'gringo' Prevost es también un guiñó al anaranjado Donald Trump que hoy tiene al mundo patas arriba con su guerra arancelaria y sus bravuconadas.
Fue un sedal untado de miel. Es decir plan con maña o, menor dicho, con candados pues si bien León XIV es norteamericano su vida pastoral ha sido en América Latina.
Está más ligado a los latinos que tanto desprecia Trump.
Vaya, su ungimiento como obispo fue un 12 de diciembre en la fiesta de la mexicanísima Virgen de Guadalupe, a la que siempre le ha agradecido su favor.
Así México está bien representado y recomendado en Roma.
Ah y gracias a Dios que ninguno de los dos cardenales mexicanos que participaron en el cónclave llegó siquiera a las postulaciones -Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México, y José Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara- porque ese par siempre ha estado ligado al conservadurismo y los grupos de poder político y económico.
CON OLOR A SIERRA
Por supuesto que la prensa inca se da vuelo con la noticia. Todos los medios de comunicación están desempolvado fotografías y videos de sus hemerotecas de cuando Prevost andaba de misionero y obispo en Chulucanas, Trujillo y Chiclayo.
Difunden imágenes donde se le ve montado a caballo para predicar por la serranía, conviviendo con indígenas o comiendo pachamaca, la versión peruana de la barbacoa de hoyo que, según cuentan, es su plato favorito.
"Acá fue un pastor entre la gente, un hombre con olor a oveja. Ahora es un pontificado con olor a sierra, con alma agustina y con el corazón puesto en los más humildes", señalan los testimonios de quienes lo trataron en aquel país.
Y, claro, como todo hombre de poder en la Iglesia Católica, León XIV no está exento de cuestionamientos pues ha sido criticado y hasta denunciado por encubrir a malos pastores.
Siendo prior de los Agustinos en Illinois, en el 2000, refugió en la diócesis de Chicago a curas señalados de pederastia y en el 2022 cuando era obispo de Chiclayo en Perú fue acusado por bloquear el ejercicio penal contra dos sacerdotes denunciados por abuso sexual de niños y seminaristas. Moraleja: el Santo Padre no es tan santo.
ASÍ SON ELLOS
En los ecos del asesinato del pescador José Luis Chipahua en Uxpanapa, atropellado por el convoy del dirigente de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, quien abandonó a la víctima y trata de manipular la narrativa para evadir la culpa, no cabe la extrañeza pues los cuitlahuistas así son: ostentosos, prepotentes, embestidores, escapistas y miedosos.
Hace dos años, en agosto del 2023, el convoy del entonces gobernante Cuitláhuac García atropelló a un repartidor en el fraccionamiento Real del Bosque, en Jalapa, cuando el morenista salía de una fiesta.
Al chico lo dejaron herido en la vía pública sin brindarle auxilio mientras la caravana de Suburbans se escabullía del lugar a toda velocidad.
La víctima fue Maximiliano Raúl López Miñón de 20 años en ese momento y quien en su tiempo libre trabajaba como repartidor a fin de pagar sus estudios en el Instituto Tecnológico de Jalapa.
La madre junto con 150 motorrepartidores, compañeros de su hijo, tuvieron que protestar frente a la Fiscalía porque -no se sorprendan- la tuxtleca Verónica Hernández Giadáns pretendía liberar al conductor y dejar sin validez la denuncia "por falta de evidencias".
Ese mismo chanchullo tratará de hacer en Uxpanapa. Ah y nunca tocó García Jiménez, ocupante de 'camionetota' de lujo y jefe del cafre.
La afortunada diferencia es que Maximiliano Raúl no murió como José Luis.
*Envoyé depuis Paris, France.