SUS FAMILIARES
CIUDAD DE MÉXICO.-Leticia Hidalgo votará para presidente de México a Roy Rivera Hidalgo. No es candidato, es su hijo. La policía arrancó al joven de 18 años de su casa de Monterrey en 2011.
Nunca volvió. Su madre ha lanzado junto a varios colectivos de buscadores una propuesta para que las personas que vayan a anular su boleta opten por elegir en las elecciones a un desaparecido.
El objetivo: visibilizar a las más de 100.000 personas a las que se les ha perdido el rastro en México.
En las elecciones intermedias de 2021 fue la primera vez que Hidalgo votó por su hijo, junto a otras compañeras que hicieron lo mismo con sus familiares.
Sirvió para que algunos medios viraran los focos hacia ellas.
En la marcha de los colectivos de personas buscadoras que se celebró el pasado 10 de mayo en Ciudad de México surgió una duda entre las protestas.
“Decíamos: ‘¿Qué vamos a hacer al respecto en las próximas elecciones presidenciales?’ Conocimos a familias que tienen más de 50 años buscando”, explica la madre buscadora por teléfono.
Recordó lo que hizo tres años atrás con su voto y su grupo, Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León, y acordó lanzar una campaña junto a Huellas de la Memoria y Glorieta de las y los Desaparecidos.
Echaron a andar la página web en donde explicaban su proyecto para buscar a los votantes que fueran a anular su boleta.
“Sobre todo aquellas personas desilusionadas o decepcionadas con la política, como nosotros”, explica Hidalgo.
Aurelio Ramírez, desaparecido en abril de 2024 en San Quintín, Baja California. Juan Sánchez, desaparecido en enero de 2023 en Santa Catarina, Nuevo León.
En el portal Vota por las personas desaparecidas se asignan los nombres a los que se les perdió el rastro por cada distrito electoral para que los electores lo puedan apuntar en el apartado de la boleta que dice:
“Candidato no registrado”.
Eso obliga a los funcionarios de casilla del Instituto Nacional Electoral (INE) a registrar el nombre y visibilizar sus desapariciones.
La propuesta ya suma a más de 100 personas que el 2 de junio votarán a una persona desaparecida.
Algunas ya han aportado a la causa desde el exterior y han enviado al proyecto la foto de su boleta con el nombre de un desaparecido.
Es el caso de Carla de la Real, de Ciudad de México. Ahora vive en Montevideo, Uruguay.
“Yo iba a anular mi voto y en Twitter me encontré con la propuesta. Me pareció buena idea. Ningún candidato me convencía”, explica la mujer de 41 años.
Ella no ha perdido a ningún familiar.
Pero ha seguido el caso de Wendy Sánchez, una mujer de 33 años que desapareció mientras se dirigía de Nayarit a Jalisco.
También a las madres buscadoras de Sonora, uno de los primeros colectivos en salir a buscar a sus familiares con picos y palas.
“Voté a un chico salvadoreño, porque me parece más difícil darle visibilidad a un migrante. En las demás boletas a dos chicas desaparecidas. Me parece que a los feminicidios los gobiernos no le dan importancia”, detalla.
No a todo el mundo le ha sentado bien el proyecto de los familiares de personas desaparecidas.
A Hidalgo le dicen que elegir a un desaparecido ayuda a los candidatos más votados.
“Nos ha parecido como miedo el que tienen de que gane el que no quieren ellos”, explica la mujer.
Aunque le han dicho cosas peores.
“Reclaman que no sirve de nada. Que con eso no vamos a encontrar a nuestros hijos”, dice.
Y responde:
“Nosotros cuando los encontramos es porque salimos al campo y rascamos con nuestras propias uñas. Es de esa manera como los hemos encontrado, muchas veces sin un corazón que lata, pero en otras ocasiones sí”.
Hidalgo define como “apolítico” el proyecto.
“No habíamos logrado que Calderón nos pusiera atención. Peña Nieto lo hace pero con muy malas prácticas. Ni siquiera esta administración de López Obrador, que fue el que se comprometió a solucionar el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Se va sin resolver siquiera un caso. Imagínate cómo estamos de ánimo”, denuncia.
El 99% de las desapariciones de personas quedan impunes, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De esa falta de soluciones nacen los grupos de búsqueda de familiares desaparecidos, principalmente compuestos por madres.
“Yo en lo particular tengo 13 años buscando a mi hijo Roy, al que personas con chalecos de policías municipales se lo llevaron. Y en la lucha para exigir que lo buscaran y lo encontraran, pues recibimos nada de parte de las autoridades. Tuvimos que emprender nuestra propia búsqueda”, explica Hidalgo.
El 2 de noviembre de 2022, el Comité de Derechos Humanos de la ONU reprobó al Gobierno de México por no garantizar los Derechos Humanos y no haber impartido justicia en el caso de Roy Rivera Hidalgo, desaparecido por un cuerpo de seguridad del Estado.
En la base de datos de la Comisión Nacional de Búsqueda hay 114.926 personas que todavía no han sido localizadas.
—Última pregunta Leticia, ¿por quién vas a votar?
—Obviamente por mi hijo Roy Rivera Hidalgo en la boleta para presidente de la República. Y los demás, pues con otros nombres de personas desaparecidas.
