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¡VIVEN UN DRAMA NIÑOS MIGRANTES!

Para Theresa Cheng, la escena era “apocalíptica”. La doctora había ido al Valle de la Luna, un centro de detención al aire libre ubicado en la zona rural de Mountain Empire en San Diego...

¡VIVEN UN DRAMA  NIÑOS MIGRANTES!

* Llegan a Estados Unidos sin acompañante adulto

* Son los más vulnerables en los centros de detención

SAN DIEGO, California.- Para Theresa Cheng, la escena era “apocalíptica”.

La doctora había ido al Valle de la Luna, un centro de detención al aire libre ubicado en la zona rural de Mountain Empire en San Diego, para brindar asistencia médica vo-luntaria a los solicitantes de asilo que habían atravesado el muro fronterizo entre Estados Unidos y México y esperaban a que los aprehendieran las autoridades estadounidenses.


Entre las multitudes de este y otros sitios, encontró niños con la-ceraciones profundas, huesos rotos, fiebre, diarrea, vómitos e incluso convulsiones.

Algunos estaban ocultos en contenedores de basura e inodoros portátiles desbordados.

Un niño asmático sin un inhalador respiraba con dificultad en el humo amargo de las fogatas de mato-rrales y basura que se habían encendido para combatir el frío.

Con la capacidad a tope en los centros de procesamiento de inmigración, los migrantes, entre ellos niños sin la compañía de un adulto, esperan durante horas —a veces días— en zonas de detención al aire libre, donde la falta de refugio, alimentos e infraestructura sanitaria ha detonado una serie de problemas de salud pública para los más vulnerables.

“Desde el punto de vista de la salud pública, hay enfermedades transmisibles y exposiciones al aire libre que afectarían a cualquiera, ni qué decir de esta población vulnerable en términos médicos”, afirmó Cheng, una médica de urgencias del Hospital General y Centro de Traumatología Zuckerberg de San Francisco.

Un juez del Tribunal de Distrito de Estados Unidos en California podría emitir un fallo en torno a si el gobierno tiene la obligación legal de brindarle techo y alimentación a los niños mientras esperan.

En un documento judicial, los abogados del Departamento de Justicia argumentaron que, debido a que los niños todavía no han sido puestos de manera formal en custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por su sigla en inglés) de Estados Unidos, las autoridades no están obligados a prestar ese servicio.

“La CBP no han arrestado ni aprehendido a los menores en estas zonas —cerca de la frontera entre California y México— y no están bajo la custodia legal de la CBP”, escribieron los abogados.

“La CBP ha estado aprehendiendo y transportando sin demora a los menores a instalaciones seguras e higiénicas de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.

Pero, hasta que eso ocurre, los demandantes no están bajo custodia del DHS”, escribieron, refiriéndose al Departamento de Seguridad Nacional por su sigla en inglés.

Cuando los solicitantes de asilo ingresan a Estados Unidos entre los puertos de entrada oficiales, suelen presentarse ante los agentes de la Patrulla Fronteriza cerca del muro con la intención de ser detenidos.

Se les lleva a un centro de procesamiento, donde se les realiza una revisión médica, se comprueban sus antecedentes y reciben las provisiones básicas mientras inician el proceso de solicitudes legales.

No obstante, a diferencia de los centros de procesamiento de inmigración, los sitios al aire libre no tienen albergue, comidas ni personal médico afiliado al gobierno.

Algunos lugares no tienen baños, por lo que la gente debe defecar al aire libre, según relató Erika Pinheiro, directora ejecutiva de la organización humanitaria y jurídica sin fines de lucro.

Al Otro Lado, quien ha prestado ayuda en los campamentos.

Un alto funcionario de Aduanas y Protección Fronteriza reconoció en una entrevista que a veces la gente había esperado días para empezar el procesamiento, pero señaló que siempre se les daba prioridad a los grupos vulnerables, como los niños, y que los tiempos de espera habían disminuido de forma significativa en los últimos meses.

Comentó que la agencia había aumentado a más del triple la capacidad de los centros de procesamiento de San Diego y que había incrementado la cantidad de autobuses de transporte y de personal para agilizar las aprehensiones.

Sin embargo, mencionó que el sistema no se diseñó para los encuentros con migrantes a la escala actual y el cambio de los cruces a regiones más remotas ha exigido más de los recursos del proceso, pues los vehículos y el personal deben viajar más lejos entre los campamentos y las estaciones de la Patrulla Fronteriza.

En su opinión, es necesario un importante aumento en el financiamiento federal para abordar el problema en su totalidad.

Al menos siete zonas de detención de migrantes han surgido en diversos puntos de la frontera de California.

Una de ellas es un vasto terreno en el desierto junto a una autopista, otra es una meseta en un paraje montañoso y otra es un espacio estrecho entre dos muros fronterizos paralelos que se han erigido a escasos metros de la ciudad mexicana de Tijuana.

Adriana Jasso, quien dirige una estación de ayuda voluntaria frente a las barras de acero del muro fronterizo en San Ysidro, California, en nombre de la organización sin fines de lucro American Friends Service Committee, comentó que la falta de alimentos, agua y fórmula para bebé proporcionada por el gobierno ha sido especialmente preocupante.

“No tiene lógica que el país más poderoso en la historia de la humanidad, el país con la mayor concentración de riqueza, no pueda cubrir las necesidades básicas de los niños”, afirmó.

Los grupos de defensa de las personas migrantes han presentado varias quejas ante la Oficina para Derechos y Libertades Civiles del Departamento de Seguridad Nacional.

Un grupo de abogados que representa a niños en custodia de inmigración como parte de un acuerdo judicial federal de 1997 conocido como el Acuerdo Flores ha acudido a los tribunales debido a estas condiciones.

El Acuerdo Flores estableció las normas del trato hacia los niños inmigrantes que sean detenidos por el gobierno.

Entre otras cosas, exige que los niños en custodia de inmigración tengan acceso a sanitarios, comida, agua potable y atención médica de urgencia, y que sean liberados de su detención a un patrocinador adecuado, como un padre o familiar, “sin demoras innecesarias”.

Los abogados demandantes en el acuerdo, incluida la organización sin fines de lucro National Center for Youth Law, con sede en Oakland, California, han presentado una nueva moción para que se cumplan los términos del Acuerdo Flores en los menores migrantes que siguen esperando al aire libre para ser procesados.

Argumentan que los niños que esperan frente al muro fronterizo merecen el mismo alojamiento seguro y sanitario que quienes ya están en custodia oficial, pues se les prohíbe moverse de los campamentos y no tienen forma de regresar.

Karen Parker, una trabajadora social jubilada en Boulevard, California, quien es voluntaria aplicando el protocolo de intervención médica en los campamentos del este, comentó que, además de fracturas en los pies y torceduras de tobillos, se suele encontrar con menores no acompañados que sufren ataques de pánico.

“Se enferman físicamente a causa del estrés, el agotamiento y el trauma”, afirmó.
“Los miro y pienso que por fin están aquí, pero sus ojos están muy vacíos”.

La cantidad de personas y la duración de los tiempos de espera han fluctuado desde el verano pasado.

En las últimas semanas, la actividad militar mexicana ha empujado a los migrantes hacia el oeste, una región más urbana entre Tijuana y San Ysidro, en California, donde los solicitantes de asilo que atraviesan el muro fronterizo principal deben esperar a los agentes federales en el espacio de 85 metros ubicado detrás de un segundo muro.