* “Salí del PRI y enfrente las consecuencias”
* Recuerda su historia político que ha sido un camino largo y sinuoso
* Estuve en la cárcel, no me pude despedir de mi padre
*¡Tuve cáncer y lo vencí
Por Noemí Valdez
Reportera de Notiver
En un emotivo mensaje, Dante Alfonso Delgado Rannauro, se despidió de la dirigencia nacional de Movimiento Ciudadano (MC), recordando su historia política que dijo ha sido un camino largo y sinuoso.
Ante los presentes recordó que dejó el PRI en 1995 lo que le valió una persecución y cárcel por más de un año, tiempo en el falleció su padre del cual no pudo despedirse.
“Hoy, quiero compartir con ustedes cómo fueron estos años para mí. Salí del PRI, asumí las consecuencias de enfrentar a ese régimen, estuve en la cárcel injustamente y no pude despedirme de mi padre cuando falleció. Salí de prisión con mis principios intactos, fundamos Convergencia con el propósito de apoyar alternativas democráticas que le hicieran frente al régimen. En todo ese proceso dejé de pasar tiempo con mi familia, con Tere, mi esposa, con mis hijos y mis nietos. Tiempo que no podré recuperar”.
Posteriormente, fundó el partido Convergencia mismo, que cambió a Movimiento Ciudadano.
“Nos convertimos en Movimiento Ciudadano y, cuando muchos apostaban a que perderíamos el registro, ganamos Jalisco y después Nuevo León. Llegamos al Congreso para demostrar que se podía ser una oposición sensata y de altura. Por primera vez en nuestra historia tuvimos un candidato presidencial, hicimos una campaña fuera de serie y nos convertimos en la tercera fuerza política del país”.
En este tiempo político, Dante Delgado, dijo que padeció cáncer, enfermedad que ya venció y ahora su partido es uno de los que más ha crecido en el país.
“Tuve cáncer, lo vencí y hoy tengo el honor de estar aquí y ser parte de este momento histórico. Es por todo esto que me enorgullece que hoy la Fuerza Naranja sea la mejor alternativa, la única alternativa que tiene el país. No traicionamos nuestros principios. No traicionamos nuestra palabra. No participamos en alianzas destinadas al fracaso. Y el tiempo nos dio la razón. Hace ocho años dije que seguía aquí “porque mi generación le falló a México” y que no podía retirarme “sin contribuir al empoderamiento de una generación que cambiara en serio al viejo régimen que tanto daño le ha hecho al país.”
Hoy, con mucho orgullo, repito que esa generación ya está aquí con gobernadores jóvenes, “Hoy puedo decir con orgullo que estoy aquí porque hoy México tiene en ustedes una nueva generación, lista para enfrentar en serio al régimen, y que estaré honrado de seguir caminando a su lado todo el tiempo que me sea posible”.
