
Por Andrés Timoteo
DOCE MUERTOS
Dado lo que pasa en Veracruz ahora si vale recurrir a la estrofa de una de las canciones del narcocantante Edén Muñoz para describirlo y radiografiar la gestión de la zacatecana Rocío Nahle:
"Me dejaste un chingo de inseguridades. /Y digamos que la vida hecha un desmadre".
Así se encuentra el estado a seis meses del actual gobierno y diez días de las elecciones del primero de junio.
Ya van doce víctimas mortales en el proceso electivo, entre ellos dos candidatos del partido Morena, los Coxquihui y Texistepec.
Sería tres pero la noche del martes se salvó la expanista y sobre todo duartista Dominga Xóchitl Tress quien ahora contiende bajo las siglas de Movimiento Ciudadano por la alcaldía de Rodríguez Clara.
Su casa de campaña fue atacada por sicarios y ella salió librada porque, según dicen, la custodia policíaca que le asignaron fue eficiente.
No así dos de sus colaboradores, uno de ellos la periodista Avisack Douglas Coronado que fue alcanzada por los disparos.
El sur está en llamas, literalmente "hecho un desmadre" como dice la canción de Muñoz. Es la tierra que Nahle presume suya, donde dice tener su coto político, donde están sus seguidores más fieles y donde pone y quita candidatos a todos desde hace por lo menos seis años.
El sur y otras partes de la entidad así están. Pero, ¿por qué concretamente la región sureña de Veracruz, tierra adoptiva de Nahle, está escurriendo en sangre? Si entendemos sus mismos pregones de que ella es la 'machuchona' de la zona, saltan dos posibilidades:
Una, que está en conflicto con los del crimen organizado y por eso le descomponen las cosas, lo que sería encomiable en el contexto de rectitud política y personal.
O dos, que se rompieron acuerdos y le están cobrando incumplimientos, lo que sería el acabose.
¿Cuál cosa sucede?
Son escenarios que obligadamente deben hacerse desde el periodismo y, claro, buscar la respuesta en base a la rigurosidad de los hechos y la labor investigativa.
El tiempo facilitará datos y testimonios para deducir cuál conjetura es la atinada.
Por lo pronto, ahí están frescas y humeantes las variantes -entiéndase los muertos-.
Lo que si es verdad es la confirmación de que no ha funcionado la estrategia de la Secretaría de Seguridad Pública que encabeza el defeño Alfonso Reyes Garcés, ese que según Nahle "la están ayudando mucho" -risas- y forma parte de un "súper equipo, un gabinete de primera y muy sólido". Carcajadas.
No hay peor ciego que el que no quiere ver, dice un refrán y la gobernante no quiere ver lo evidente: que su funcionario no le funciona, senda contradicción.
Y tampoco funcionó la llegada de los 3 mil 500 agentes de la Guardia Nacional que hace día anunció para el blindaje de los comicios.
¿Dónde estaban esos guardianes cuando balearon a Dominga Xóchitl pues los que repelieron el ataque eran policías estatales asignados como escoltas?
Y ellos no pudieron evitar la matazón, únicamente salvaron a la candidata.
Si mandaron 3 mil 500 policías federales, a cada municipio le debería corresponder 16 de ellos más los agentes locales y estatales, pero a excepción de la conurbación Veracruz-Boca del Río no se les ve por ningún lado.
Grave también es el señalamiento de la candidata Tress de una colusión de la policía municipal de Rodríguez Clara, donde gobierna el morenista Eric Rodríguez -quien allegó a la alcaldía por MC- con la banda que perpetró el atentado.
Tal reporte es el reporte con el que Nahle se reunirá hoy con la presidenta Claudia Sheinbaum para acordar el plan de resguardo del proceso electoral.
¿Le dirá: ya me mataron a otros dos y uno es periodista, no puedo con la violencia y tengo alcaldes aliados con el crimen organizado?
SEGUNDO PERIODISTA
Al margen de lo anterior, el nahlato suma ya dos periodistas muertos.
El 13 de febrero fue encontrado sin vida Josué Othoniel Alejandre Gaytán en Isla quien, según las autoridades, se suicidó pero que sus familiares rechazan la hipótesis.
La Fiscalía se negó a investigar más allá de un auto-atentado y a llamar a declarar al alcalde morenista Gustavo Alfonso Torres y su esposa Yesenia Reyes Domínguez quienes habían amenazado y acosado al comunicador.
Ahora pereció Avisak Douglas en el ataque de Rodríguez Clara. No estaba haciendo diarismo, pero era una periodista que realizaba una labor enmarcada en su profesión: fotografía para la comunicación institucional.
Es, pues, otra víctima del gremio asesinada en el Veracruz que se ahoga en la violencia.
A eso se suma la desaparición Miguel Ángel Anaya Castillo en Pánuco desde el 13 de abril.
A cuarenta días de eso, nada ha hecho la Fiscalía estatal para tratar de localizarlo a pesar de los pronunciamientos y exhortos que hicieron organizaciones como Artículo 19 y el Comité para la Protección de los Periodistas.
Desde la Fiscalía estatal igualmente se protege al alcalde de Pánuco, Oscar Guzmán, morenista para no variar, que había amenazado de muerte a Miguel Ángel en las semanas previas a que fuera el blanco de desaparición forzada.
Entonces se cumple: Nahle tiene a Veracruz -y al gremio reporteril- "hecho un desmadre" como reza la canción de Edén Muñoz.
*Envoyé depuis Paris, France.