EN BILBAO, ESPAÑA
El Tottenham derrotó 1-0 al Manchester United en la Final de la Europa League y acabó con una racha de 17 años sin títulos.
En un San Mamés a reventar, los Spurs derrotaron a los Red Devils. Hace 41 años ganaron por última vez este torneo, así que hay motivos para celebrar.
Los Spurs no levantaban un trofeo desde la Copa de la Liga ganada en 2008.
Los abrazos fueron para Brennan Johnson por la diana, aunque en realidad parece un autogol de Luke Shaw al 41’, tras un venenoso centro de Pape Matar Sarr. La UEFA sí le dio el gol al delantero del cuadro londinense.
La jugada determinante se produjo al 69’ y valió un título, cuando el portero del Tottenham soltó el balón en la salida y lo dejó servido para Rasmus Hojlund, cuyo remate iba con dirección y colocación, por eso fue más sorprendente la acrobacia de Micky van de Ven para elongar la pierna y prácticamente llegar a la altura del travesaño, solo así pudo evitar que el balón cruzara la línea de gol.
Es una jugada que valió el título y el pase a la Champions.
El United es decimosexto y el Tottenham decimoséptimo en la Premier League, solo mejores que los tres clubes descendidos. Su horrorosa temporada tenía luz de ganar la Europa League, esa que como recompensa da el pase a la Liga de Campeones.
El Manchester United cerró peor todavía su escalofriante temporada.
En cambio, el Tottenham supo sufrir. Se salvó también en un cabezazo de Bruno Fernandes y no bastaron siquiera los siete minutos de reposición para cambiar la historia.
En el sexto minuto de reposición, Shaw tuvo la redención con un cabezazo, pero el portero desvió.
Hoy en San Mamés, y en Inglaterra, solamente festeja el club de Londres: el Tottenham.
