QUÉ ES, SÍNTOMAS Y PREVENCIÓN EN NIÑOS
Xalapa, Ver.-(AVC) El epidemiólogo José Manuel Hurtado Capetillo explicó que el virus Coxsackie no es nuevo y fue identificado hace varios años.
Está dividido en dos grupos, A y B, con diferentes variedades o serotipos, lo que provoca que los síntomas no sean iguales en todos los pacientes.

Aunque por lo general no representa un riesgo de gravedad, en algunos casos puede llegar a complicarse.
Síntomas más comunes
El virus se manifiesta principalmente en niños menores de cinco años.
Los síntomas iniciales son fiebre intermitente y, posteriormente, la aparición de lesiones en manos, pies y boca.

No siempre se presenta el cuadro clásico.
El especialista indicó que también puede manifestarse como amigdalitis (dolor intenso de garganta) o en forma de cuadros diarreicos.
Formas de contagio

La transmisión es principalmente oral y respiratoria.
Se contagia al toser o estornudar, pero también por contacto con materia fecal y falta de higiene en el lavado de manos.
Este tipo de brotes suele presentarse en guarderías y jardines de niños, donde los menores conviven, comparten juguetes y alimentos, lo que facilita la propagación.
Cómo se diagnostica
El diagnóstico es clínico, basado en la descripción de síntomas como fiebre, lesiones en piel o inflamación de amígdalas.
Si bien existen pruebas de laboratorio, estas son más confiables entre el tercer y quinto día de la enfermedad.
En las primeras horas pueden arrojar resultados negativos aunque el virus esté presente.
Prevención y medidas de control
Actualmente no existe una vacuna contra el Coxsackie.
La higiene es la principal medida de prevención:
• Desinfección de juguetes.
• Limpieza de áreas comunes.
• Aislamiento de niños enfermos para cortar la cadena de transmisión.
En caso de brotes en escuelas, se recomienda suspender clases temporalmente y aplicar medidas sanitarias en los espacios compartidos.
¿Puede afectar a adultos?
Aunque los niños son los más vulnerables, el virus también puede afectar a adultos, especialmente aquellos con enfermedades crónicas o sistemas inmunológicos debilitados.
Los adultos, incluso sin síntomas graves, pueden convertirse en portadores y transmisores si no mantienen medidas de higiene adecuadas.
¿Es mortal?
El especialista subrayó que en la mayoría de los casos la enfermedad no es mortal y evoluciona de manera favorable en un periodo de hasta dos semanas.
Sin embargo, en algunos casos aislados puede haber complicaciones neurológicas, sobre todo en niños con enfermedades preexistentes.
Llamado a la prevención
Hurtado Capetillo insistió en la importancia de la responsabilidad social.
“Un niño o un adulto enfermo no tiene que recibir visitas. Una llamada o videollamada puede ayudar, porque si no hay cuidados la cadena de transmisión no se corta. Esta enfermedad, a pesar de no ser mortal, sí es altamente transmisible”.


