Por Andrés Timoteo
ENERO ROJO
Un joven deportista y padre de familia en Lerdo de Tejada.
Dos productores pecuarios en Playa Vicente, uno de ellos presidente de la Asociación Ganadera local.
Dos hermanos en Catemaco.
Un productor de queso en Acayucan y un conductor emboscado en una plaza comercial de Poza Rica.
Y en las últimas horas, un dirigente partidista en Cuitláhuac. Dos varones de 29 y 25 años de edad en Coatzacoalcos e Ixhuatlán del Café, respectivamente, -este último mutilado-.
Además, dos mujeres cuyos cuerpos atados y en el interior de bolsas de plástico fueron arrojados en calles de Perote.
Son los homicidios más mediáticos cometidos en Veracruz y a los que habrá que sumar otros ocho que pasaron sin mucha atención de la prensa y los seis feminicidios en lo que va de enero.
Así, a unas horas de cerrar el primer mes del 2024 hay un acumulado de 26 asesinatos violentos y de alto impacto.
Ha sido un mes rojo, aunque hay que acotar que dicha cifra es menor a la enero el 2023 cuando se hubo 50 homicidios.
¿Recuerdan las masacres en bares de Poza Rica? Ahora – si se permite la ironía- va lenta la ‘máquina de matar’.
Aún así es un ‘baño de sangre’ y además muy representativo del contexto estatal.
Por ejemplo, uno de estos homicidios fue perpetrado por policías estatales, el de Brandon Arellano en Lerdo de Tejada.
Literalmente se trató de una ejecución extrajudicial.
Otro crimen, el de Christian Vázquez, dirigente ganadero del sur, tiene un marcado sesgo político pues hace cinco meses fue víctima de abuso policíaco, detención ilegal con fabricación de pruebas y se le trató de meter en un pleito político entre un caciquillo de la región y funcionarios del gobierno estatal.
Al mismo no se le puede quitar el tufo político porque además era simpatizante del candidato opositor a la gubernatura, José Yunes.
Y el fin de semana se apiló el asesinato de otro político, el del dirigente del PRD en Cuitláhuac, José Alejandro Naredo García a quien acribillaron a balazos en la vía pública.
NADIE SE SALVA
Ya son dos crímenes políticos en el primer mes del año.
Vaya, el sello de la administración cuitlahuista pues no olviden que el 22 de enero del año pasado también fueron asesinados por sicarios Fernando Pérez Vega, ex candidato de Fuerza por México a la presidencia municipal de Coxquihui en 2021, su esposa y sus dos hijos menores de edad en el puerto de Veracruz.
Fernando Pérez era hermano de Reveriano Pérez Vega, exalcalde de Coxquihui y líder de la banda delictiva conocida como “Los Pelones”.
Ambos eran operadores de Morena en la sierra norte de Veracruz. Bueno, el exalcalde sobreviviente sigue operando para el partido guinda.
Claro, cuando se dice que son el sello del gobierno no se afirma que los asesinatos hayan sido ordenados por García Jiménez sino que su administración ha permitido y fomentado las condiciones para que sean posibles.
Las estadísticas así lo demuestran: 35 políticos victimados en los cinco años del cuitlahuato, incluidos alcaldes y exalcaldes, dirigentes partidistas, legisladores y candidatos.
El PRI y Morena son los que acumulan más ‘bajas’ con nueve cada uno y le siguen el PRD con seis y el PAN con cinco.
El resto se lo reparten la ‘chiquillada’. Ningún partido se ha salvado de está ola de mortífera.
Los homicidios de Naredo García en Cuitláhuac y Vázquez Feria en Playa Vicente serían los dos primeros crímenes políticos del proceso electoral 2023-2024 que inició oficialmente en noviembre pasado.
El 11 de octubre, unos días antes de aquel primero de noviembre, fue asesinado a balazos el exalcalde emecista de Gutiérrez Zamora, Wilman Monje Morales.
El partido naranja acumula cuatro militantes muertos en el sexenio, entre ellos René Tovar, alcalde electo en Cazones de Herrera asesinado en junio del 2021.
METRALLA Y MENTIRA
Dos cosas hay que destacar en este maretazo criminal.
Una es que se cayó el bulo de que Coatzacoalcos registraba más de un año sin un solo asesinato ni secuestro y había dejado de ser una de las ciudades más peligrosas del país.
El fin de semana se rompió mediáticamente ese embuste con la noticia de la movilización policíaca por un secuestrado y el asesinato de un hombre de 29 años al estilo sicariato.
La realidad es que fue una paz artificial, la violencia siempre estuvo desatada con secuestros, ‘ejecuciones’ y comercios quemados por los delincuentes, pero la policía ni la Fiscalía lo investigan ni documentan mientras que García Jiménez y el alcalde, Amado Cruz, hicieron propaganda con una mentira.
El segundo bulo es el pregón de García Jiménez de que durante el 2023 se tuvieron 40 días sin homicidios en la entidad y “se alcanzó el objetivo de disminuir los índices de violencia heredados por las administraciones pasadas”. Risas.
Ni la burla perdona, entonces durante los otros 325 días -el 90 por ciento del año- los veracruzanos estuvieron empapados en sangre.
Es el sello del cuitlahuato, se repite, la metralla y la mentira.
*Envoyé depuis Paris, France.