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¡SERENATA AL AMÉRICA Y CRUZ AZUL PREVIO A LA GRAN FINAL!

De falta de apoyo no se pueden quejar. Decenas de aficionados acudieron a los hoteles de concentración del América y Cruz Azul para llevarles serenata previo a la Final del Clausura 2024...

De falta de apoyo no se pueden quejar.

Decenas de aficionados acudieron a los hoteles de concentración del América y Cruz Azul para llevarles serenata previo a la Final del Clausura 2024.

En ambos lados se pudieron escuchar cánticos y porras, además de mucha ilusión por parte de la fanaticada.

Por las Águilas, la afición generó tanto caos que la Policía tuvo que cerrar la lateral del Periférico.

Era tanta la fiesta que hubo fuegos artificiales.

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Azulcremas y Celestes pelean el título del Clausura 2024 este domingo en el Estadio Azteca. La serie está empatada 1-1.

CREEN EN EL AZUL

La afición de Cruz Azul elige creer.

Una de las aficiones más fieles y que más ha sufrido en los últimos tiempos elige creer en la décima, elige creer en que volverá a ser campeón del futbol mexicano y que esta vez sí podrá pasarle por encima al América, ese verdugo suyo que le ha propiciado varios de sus capítulos más oscuros.

“Elijo cr33r”, fue el estandarte con el que la fanaticada cruzazulina se dio cita hoy en el hotel de concentración de La Máquina para alentar a su equipo, cantarle a sus jugadores y demostrarles todo el apoyo que tienen atrás.

Esa frase dice más que mil palabras, describe el sentimiento de una Nación Azul que sueña con el título y que se apega a lo que sea necesario para sentirlo más cerca, incluyendo cábalas y amuletos de la suerte.

El número 33 se ha vuelto la insignia con el que Cruz Azul y la afición han avanzado de la mano durante toda la Liguilla.

Todo alrededor de esa cifra indica que el conjunto cementero podría coronarse y por ello su afición se niega a soltarlo.

Con lluvia, viento y frío, los cruzazulinos no pararon de alentar por más de dos horas, mientras el retumbar de los tambores y trompetas ponían el ambiente de fiesta.

Los niños cantaban, brincaban y alzaban los brazos a la par de los más grandes, a pesar de que a ellos no les ha tocado vivir aquellas épocas doradas de su Máquina, pero eso no impide que sientan la misma o incluso más pasión por los colores celestes.

Los “Yo soy celeste, es un sentimiento, que no morirá” se escucharon más de una vez mientras las mantas con la frase “Nací para amarte, vivo para alentarte”, representaba a los cientos de seguidores cementeros que estaban ahí.

Los jugadores cementeros salieron de su hotel para compartir el momento, para cantar y vibrar a la par de su afición, para ser ovacionados y aplaudidos por aquellos que mañana depositarán sus ilusiones en lo que ocurra en la cancha del Estadio Azteca.

Uriel Antuna ondeó la bandera celeste con la imagen del capitán Ignacio Rivero y luego alzó en todo lo alto dos globos que juntos formaron un 33.

Martín Anselmi fue el más ovacionado, ese entrenador que apenas en su primer torneo en México tiene la oportunidad de regresar a Cruz Azul a los más alto y, sobre todo, darle una nueva alegría a una de las aficiones más fieles del País.