La Copa de los Mosqueteros se queda en las manos de Carlos Alcaraz.
Con una épica remontada, el español venció Jannik Sinner en cinco sets de 4-6, 6-7(4), 6-4, 7-6 (3), 7-6(10-2) durante un intenso duelo de más de 5 horas y media en la Final de Roland Garros.
Intratable y letal, fue como se le vio a Carlitos en el quinto parcial. Pocas señales de cansancio, con la mente controlada y con todo a su favor, acabó con las esperanzas de su oponente y defendió el título que ganó en 2024.
Italia contra España, servicio perfecto contra derecha inmaculada, precisión contra velocidad, playera verde contra una de rayas, 23 contra 22 años, Sinner contra Alcaraz fueron los elementos que entraron a la cancha.
Justo cuando la balanza comenzaba a equilibrarse y se veía con más confianza al nacido en Murcia, un poco de arcilla en su ojo -atendido por el fisioterapeuta- y su rival lo frenaron de golpe.
El llamado duelo de titanes elevó las emociones en las gradas de la Philippe-Chatrier. Apoyar al número 1 del ranking o al 2 fue una decisión difícil para los presentes porque ambos eran favoritos.
Para el segundo parcial el italiano mantuvo la misma línea. Sin contemplaciones sacó fuego con su raqueta para poner 4-1 un Carlitos que se vio sorprendido en varias ocasiones.
Alcaraz se repuso y obligó al tie-break, pero, una vez más, se perdió en la cancha y su situación empeoró ya que nunca había ganado un partido desde esa posición, hasta hoy.
Las madres de ambos tenistas estaban ahí para dar seguridad. Siglinde Sinner transmitía preocupación, mientras que Virginia Garfia se notaba más tranquila al ver a su hijo emocionalmente más fuerte.
Con la mesa puesta y servida, Jannik no finiquitó y le permitió a su rival crecerse en el tercer set.
Los papeles se invirtieron con un español más agresivo y preciso que se impuso 6-4 y estaba listo para dar su mejor versión.
Llevándose la mano hacia la oreja, Alcaraz, con un ímpetu inquebrantable, provocó una ovación de pie de los fans que no se creía lo que estaban viendo.
En el cuarto parcial Sinner cambió su mirada, tomó un respiro, restableció la destreza en sus piernas, no obstante, en el momento decisivo falló y dejó que Alcaraz se agrandara otra vez al salvar 3 puntos de campeonato y en el desempate los astros se alinearon a favor del español.
Devastado, con el espíritu roto y molesto por una marcación de la juez de silla, el italiano vio cómo se le escapaba la victoria y nada pudo hacer ante el resurgimiento del murciano y del ‘Olé, Olé, Olé... Carlos, Carlos’.