“EL CHURROS” ERA DETENIDO HASTA TRES VECES POR SEMANA
Por FEDERICO GARCIA
Reportero de NOTIVER
Autoridades ministeriales establecieron que el hombre asesinado a balazos en el panteón de Huatusco era Juan Carlos Hernández Rosales (a) El Churros, un chavo que se dedicaba al robo y al que detenían hasta tres veces por semana.
Miguelina “N” es una comerciante de antojitos que se gana la vida vendiendo cerca del mercado de Huatusco, se enteró por un conocido que trabaja en una funeraria que habían hallado un cadáver en el cementerio.
La sorpresa vino cuando la persona que se lo informó que al parecer era su hijo, al que apodaban El Churros y de inmediato se trasladó a la funeraria, confirmando se trataba de Juan Carlos Hernández Rosales, de 24 años.
Reconoció que su hijo no tenía trabajo y consumía una droga conocida como cristal, últimamente lo hacía con más frecuencia, “tanto que robaba a la gente, transeúntes, casa habitación y comercios, para comprar droga”, dijo su madre.
Comentó que tenía entendido que la policía municipal de Huatusco llegaba a detenerlo hasta tres veces por semana y en numerosas ocasiones fue capturado por robo, “los propios policías me avisaban que lo tenían detenido y le llevaba de comer a la celda”.
La última vez que lo vio con vida fue el sábado 26 de abril, “pasó a vermes a las 7 de la noche en mi negocio de antojitos, afuera del mercado de Huatusco, solo me dio un beso y le pregunté, qué andas haciendo, respondiendo que solo andaba dando un rol”.
Miguelina, ese día, le recomendó por enésima vez a su hijo, “ya pórtate bien, ya ves lo que les pasa por andar agarrando lo que no”, retirándose El Churros y se dirigió a su hermana Mariela, pidiéndole, “carnala, regálame para un refresco”, y en ese instante la hermana le dio 20 pesos y el muchacho se marchó.
Al día siguiente, Hernández Rosales apareció muerto, con un balazo en el tórax y otro en el brazo, en el panteón de Huatusco, según ha documentado la fiscalía en la Carpeta de Investigación HUA/255/2025.
La policía supo que El Churros estuvo anexado en siete ocasiones en centros de rehabilitación de Coatepec, pero nunca se rehabilitó, ahora está muerto y al parecer lo asesinaron por una deuda de droga.