*En agosto de 2017, Marisol “N”, solicitó al ruletero un servicio hacia la capital veracruzana. Horas más tarde, la familia del conductor recibió una llamada exigiendo un pago a cambio de su liberación. Desde entonces, el paradero del taxista sigue siendo desconocido
Xalapa, Ver. (AVC).- La historia comenzó una mañana del 1 de agosto de 2017, cuando P.M.V., un taxista de la localidad de Sierra de Agua, en el municipio de Perote, salió a trabajar como todos los días.
No imaginó que aquel viaje rumbo a Xalapa sería el último del que se tendría noticia.
En el camino subió a una pasajera, Marisol “N”, quien solicitó el traslado hacia la capital veracruzana.
Horas más tarde, la familia del conductor recibiría una llamada que cambiaría todo: una exigencia de pago a cambio de su liberación.
Desde entonces, su paradero sigue siendo desconocido.
Tras una larga investigación, la Unidad Especializada en Combate al Secuestro y la Extorsión logró reunir las pruebas que confirmaron la participación de Marisol “N” en el secuestro agravado del taxista.
El juez dictó sentencia condenatoria de 50 años de prisión, además de establecer un pago por reparación del daño y la suspensión de sus derechos civiles y políticos.
La resolución corresponde al juicio oral 40/2021, con el que se pone fin a un proceso que tardó años en llegar a los tribunales.
Para la familia de P.M.V., la sentencia representa un paso hacia la justicia, aunque la ausencia de su ser querido permanece sin resolver.
Ocho años después, no hay rastro del taxista, y el caso se mantiene como una herida abierta que recuerda el impacto de la violencia en las zonas rurales del estado.
La condena contra Marisol “N” se suma a los esfuerzos de las autoridades por combatir el secuestro en Veracruz, un delito que, aunque ha disminuido en incidencia, dejó profundas marcas en las comunidades más pequeñas, donde cada desaparición deja una historia inconclusa.