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PRESENTAN ALTAR DE MUERTOS DE LA HUASTECA

En 2008 fue declarada por la UNESCO la festividad del Día de Muertos, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. En el Exconvento Betlehemita Centro Cultural hasta el día dos de noviembre...

PRESENTAN ALTAR DE MUERTOS DE LA HUASTECA

Texto y fotos Cony Herrera López/NOTIVER

En 2008 fue declarada por la UNESCO la festividad del Día de Muertos, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

En el Exconvento Betlehemita Centro Cultural hasta el día dos de noviembre, se podrá visitar el Altar de Muertos de la Huasteca Baja, coordinado por la artesana y gestora cultural Lucrecia Tlaxcala, originaria del municipio de Benito Juárez, Veracruz.

El jueves 30 de octubre se hizo la apertura de esta ofrenda con la danza de Xochipitzahua, día que para la huasteca baja da inicio la fiesta de Xantolo o del Día de Muertos.

En cuanto al Altar, sus creadores explicaron que el arco simboliza en lo más alto la entrada al mundo de quienes ya no están entre nosotros y se adorna con la flor de cempasúchil, de palmilla, de mano de león morado, de algunas frutas como plátano, manzana, naranja y mandarina, así como pan de muerto de muñequito.

En la mesa se ofrenda comida como tamales, mole, chocolate, cacahuates, cerveza, aguardiente, dulces, frutas y toda la comida que a los seres queridos que ya fallecieron les gustaba en vida; también colocan sal porque purifica y protege las almas que vienen a visitar; el copal o incienso que purifica las energías en el lugar y atrae a las almas de quienes vienen a visitarnos; las velas y veladoras son la luz que guían en este mundo a las almas, de preferencia en color blanco porque simboliza la pureza; también se pone un vaso con agua que refleja la pureza y mitiga la sed, después de ese largo viaje que hacen las almas para venirnos a visitar; y lo principal que es la flor de cempasúchil, con su color naranja llamativo y su olor que llama a las almas y representa la vida y la muerte; los pétalos que se colocan les muestran el camino a todos aquellos difuntos.

Posteriormente hablaron de la fiesta de Xantolo, desde su sentimiento de huastecos: Cuando el sol madura la milpa, noviembre se despide de copal y canto, la huasteca se prepara paso a paso para recibir a la muerte como se recibe a un hermano. Xantolo no sólo es un día, es un ciclo sagrado, un puente de flores, aromas y recuerdos sembrados.

El 19 de septiembre San Miguel abre el cielo y los señores van al monte por copal por consuelo, pan, tamales, café y agua se ofrecen con amor y el humo del copal sube como oración.  

El 18 de octubre San Lucas abre el Mictlán y las almas comienzan su viaje hacia el altar. Los vivos también se alistan con manos sabias, las señoras compran los chiles, el cacao, la canela, las galletas ovaladas, las almendras tostadas y en los molinos se muela el chocolate.

El 28 comienza la gran celebración, cada alma tiene su día, su canción, incluso nuestras mascotas, fieles compañeros tienen su momento, aunque no sepamos cuándo es el sendero.

El arco se alza como un portal de esperanza, se bordan manteles, se preparan servilletas, se compra lo necesario para recibir a nuestras estrellas.  

El 29 se honra a los bebés que no llegaron a nacer, con agua, leche, dulces y cantos que saben a puro querer.

El 30 a las almas sin familia se les da su lugar, un vaso de agua en la entrada, la ofrenda en un umbral.

El uno de noviembre a nuestros muertos cercanos, se les ofrece lo que amaban con propias manos.

Y el dos a los abuelitos que partieron con dolor, se les da lo que comían, se les da con amor.

En cada Altar se enciende el copal, se prenden las velas y se hace un camino de flores como estrellas, de afuera hacia adentro, guiando el regreso y el frente con una cruz de cempasúchil como beso.

El 3 de noviembre la despedida se hace canción, el camino se invierte de adentro hacia la dimensión, por la tarde en el panteón se alza otro arco y los familiares se reúnen corazón a corazón sin marco.

Durante toda la fiesta se truenan cuetes al viento, porque estamos de fiesta, estamos en el reencuentro y en cada altar una foto nos mira con ternura, porque esta fiesta es un abrazar a la muerte sin censura, concluyeron.