*Piden que se hable con claridad
Por Noemí Valdez
Reportera de Notiver
La Conferencia del Episcopado Mexicano, emitó un reclamo a quienes gobiernan el país, afirmando que es su "deber hablar con claridad sobre la realidad" que vive México.
Los pastores de la iglesia señalaron que ellos no adoptan una posición política, sino que actúan desde su responsabilidad como servidores del Evangelio, pero, no pueden ser indiferentes ni neutrales ante el sufrimiento del pueblo y la dignidad de las personas.
El comunicado episcopal subraya una profunda preocupación por la disonancia entre la retórica gubernamental y la experiencia diaria de la población.
Los obispos observan cómo algunos discursos públicos "construyen una narrativa que no corresponde a la experiencia cotidiana de millones de mexicanos."
Afirmaciones como la disminución de la violencia se contradicen con las familias que han perdido seres queridos y las poblaciones que viven con miedo constante.
La lucha contra la corrupción se opone a la impunidad que prevalece ante casos graves, donde no se percibe voluntad de esclarecerlos.
La supuesta bonanza económica es desmentida por las familias que no pueden llenar la canasta básica y los jóvenes que carecen de empleo.
De igual forma, el respeto a las libertades choca con la descalificación que sufren los críticos desde las más altas tribunas del poder.
Finalmente, la idea de ser el país más democrático del mundo contrasta con el compromiso de organismos e instituciones para concentrar el poder arbitrariamente.
La Iglesia fue contundente al describir la situación de seguridad, señalando que "ninguno de los dirigentes que gobierna este país ha logrado erradicar este mal" y que la Nación sigue bajo el dominio de grupos violentos.
Denunciaron que continúan los asesinatos y las desapariciones, con derramamiento de sangre inocente.
Familias enteras son desplazadas por el terror del crimen organizado, y la inseguridad es cotidiana al transitar por caminos.
Las extorsiones se han vuelto sistemáticas contra pequeños y medianos empresarios, agricultores y transportistas, obligados a pagar "cuotas" bajo amenazas de muerte.
La Iglesia lamentó que el Estado, en muchos lugares, "ha cedido el control territorial a grupos delictivos".
Los pastores expresaron su dolor por los sacerdotes, religiosas y agentes de pastoral que han sido amenazados y asesinados, así como por los jóvenes que están siendo secuestrados y llevados a "campos de corrupción o exterminio".
Los obispos dijeron que por amor a su pueblo y a la nación, no pueden callar ante lo que está mal.