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¡TODAVÍA HAY POBRES!

La Iglesia Católica en Veracruz, consideró que se está todavía muy lejos de alcanzar el auténtico desarrollo para los mexicanos, pues hay millones de personas en el territorio nacional que viven en la pobreza extrema y condenados a no salir adelante...

¡TODAVÍA HAY POBRES!

Y MILLONES

*Dice la Iglesia que se les ve como receptores de apoyos

*No hay que echar las campanas al vuelo

Por Noemí Valdez
Reportera de Notiver

La Iglesia Católica en Veracruz, consideró que se está todavía muy lejos de alcanzar el auténtico desarrollo para los mexicanos, pues hay millones de personas en el territorio nacional que viven en la pobreza extrema y condenados a no salir adelante de las situaciones estructurales de pobreza, pues no se les ve como agentes de su desarrollo, sino únicamente como receptores de apoyos económicos.

Al referir que este 16 de septiembre se cumplen 215 años del inicio del Movimiento de Independencia por parte de mujeres y hombres que anhelaban unidad, independencia y verdadera fe, para vivir con dignidad.

La Arquidiócesis de Xalapa señaló que por eso, más que echar las campanas al aire con ingenuos triunfalismos, hay que reconocer hoy que se ha hecho mucho pero que todavía queda muchísimo por alcanzar, respecto de la justicia social, del auténtico desarrollo integral para todos, del estado de derecho y de una verdadera democracia participativa.

El documento señala que este mes patrio es una gran oportunidad para buscar y construir la reconciliación nacional con la historia pasada y con el presente, pues hay todavía muchas narrativas que presentan sin veracidad y profundidad los acontecimientos históricos de México.

Es necesario conocer la historia en toda su amplitud y radicalidad para que todo mexicano abrace y nutra su identidad con la grandeza y entrega de mujeres y hombres que forjaron lo que debe ser México.

El Padre Juan Beristain de los Santos señala que el mes patrio debe ser un recordatorio permanente para que cada ciudadano, sin exclusión de nadie, trabaje a favor de un modelo de desarrollo que respete la dignidad de la persona y no pretenda corregir la pobreza a través de soluciones que atenten contra los derechos humanos, que promueva el valor de la familia y colabore siempre con conciencia y responsabilidad al bien integral de la familia y de la sociedad, y, sobre todo, que fortalezca la educación de calidad, a fin de que niños, jóvenes y adultos sean mejores personas y ciudadanos para que respeten y promuevan la unidad, la independencia y una verdadera vocación de eternidad.