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¡NO QUIEREN VIOLENCIA! - IGLESIA CATÓLICA

La Arquidiócesis de Xalapa, a través de su Oficina de Comunicación Social, emitió un comunicado en el que hace un llamado urgente a la "Purificación de la Violencia en México", alertando sobre la "ola de violencia que inunda muchas regiones del país"...

¡NO QUIEREN VIOLENCIA! - IGLESIA CATÓLICA

*Clama la Iglesia Católica
*La solución no es material o política.. sino del corazón

Por Noemí Valdez
Reportera de Notiver

La Arquidiócesis de Xalapa, a través de su Oficina de Comunicación Social, emitió un comunicado en el que hace un llamado urgente a la "Purificación de la Violencia en México", alertando sobre la "ola de violencia que inunda muchas regiones del país" y que contamina la sociedad mexicana y veracruzana.

El comunicado, firmado por el Padre Juan Beristaín de los Santos, Director de Comunicación Social, utiliza la narración bíblica de la purificación del templo por Jesús (Juan 2,13-25) como punto de partida.

Subrayó que la lección central es que "el ser humano es un fin en sí mismo y no un medio" y que la persona es "imagen y semejanza de Dios".

La Iglesia advierte que la violencia tiene su raíz en la instrumentalización del hombre, resultado de una "asfixiante búsqueda de ganancia económica y del placer desenfrenado".

Esto lleva a una distorsión de lo divino y lo humano, privando a la persona de su "vocación trascendente" y reduciéndola a la "dimensión puramente material".

La Arquidiócesis enfatizó que la solución a esta crisis de violencia no puede ser meramente material o política, sino que reside en un cambio profundo del corazón.

"Solamente la fuerza de la caridad puede purificar el corazón de los hombres tan llenos de violencia y conseguir que los espacios públicos sean un lugar de encuentro donde todos los ciudadanos puedan vivir la justicia, la paz y el servicio mutuo."

El texto concluye que para alcanzar la paz y el verdadero desarrollo, es indispensable reconocer a la persona como sujeto de todos los derechos y obligaciones, lo cual refleja la "grandeza del Dios verdadero".

La Iglesia insiste en que la sociedad necesita poner en práctica la justicia y el bien común para lograr una sociedad justa y fraterna donde cada ciudadano "alcance su realización plena."