*”No me voy, no me voy y no me voy...”
Por Arturo Reyes Isidoro/NOTIVER
En un video que hizo circular, en el que proyecta la imagen de una jovencita molesta, caprichosa, la gobernadora Rocío Nahle respondió a quienes en las redes sociales (el columnista solo ha visto ahí que lo hace alguna persona o algún grupo, pero no un político o políticos ni tampoco algún partido) recogen firmas para pedir su salida anticipada del Gobierno del Estado por su respuesta a la emergencia que provocaron las inundaciones en el norte de la entidad.
“Nadie la quiere. ¡Qué barbaridad! ¿¡De quién fue la culpa que lloviera tantooo!? ¿¡Por qué llovió taaanto Rocío Nahle!? No. Bueno. Es gente que no ve más allá, porque en un momento tan crítico siempre hay buitres, hay la carroña.
Ha sido una mezquindad, esa es la palabra. Yo fui electa democráticamente para el 2030, hasta el 2030, y voy a servir al pueblo, porque no estoy para darle gusto ni contentillo a los opositores, a los del mcprian, no, nononono, yo estoy para servirle al pueblo de Veracruz.
Habrá a quienes no les guste, o sus intereses se vean dañados, lo siento mucho, mi encargo es velar y cuidar por el bien de los veracruzanos y de Veracruz”, dice en un soliloquio mientras viaja en su camioneta.
De esa manera, de alguna forma acusó recibo a la lluvia de críticas que un día sí y otro también le cae encima desde que se inició el estado de emergencia que provocó el desbordamiento de río Cazones, que ella mismo provocó o alentó (la lluvia de críticas, no el desbordamiento), cuando declaró, sin estar informada de lo que había sucedido temprano por la mañana del viernes 10 de octubre, que el río se había desbordado “ligeramente”.
Se vio, se ve que está, que anda enchilada, y más la ha de haber puesto así la crítica que le hizo el columnista Raymundo Riva Palacio, quien publicó en su columna “Estrictamente Personal” que ella y el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, “son los gobernadores que, a juicio de la presidencia, fueron los peores líderes en esos momentos de crisis, que es donde se ve de qué están hechos los gobernantes”; que horas antes de que se colapsaran los servicios en Veracruz, la buscó la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ya había sido alertada de lo que venía, pero que no la encontró hasta que ya era de- masiado tarde, por lo que hubo un reclamo.
La crítica de Riva Palacio es demoledora, pero extrañamente ni ella ni el equipo de Comunicación Social del gobierno le respondió o aclaró lo publicado.
Se cumplirán ya dos semanas de la emergencia
Mañana viernes 23 se cumplirán ya dos semanas de que inició la emergencia, cuyas consecuencias pudieron no haber costado vidas, al menos en Poza Rica, si tanto el Gobierno del estado como el municipal hubieran lanzado una alerta a tiempo, que es lo que se les critica que no hicieron, aunque ahora la versión oficial dice que sí.
Lamejorrespuestade la gobernadora debiera ser el trabajo efectivo, sin descanso, y mensajes alentadores y esperanzadores, porque sus respuestas, como la que le dio a la reportera Carolina Ocampo, de N+, que provocaron el rechazo contra ella de la opinión pública en general, en lugar de unir polarizan, pues no puede dejar de partidizar la situación, como acusar ahora que Movimiento Ciudadano, el PRI y el PAN piden su salida, cuando no lo han hecho, o ponerse a pelear con el excandidato a alcalde Emilio Olvera Andrade, con lo que rebaja su nivel, pues ella es gobernadora y el otro ahora solo un ciudadano.
No debe polarizar más porque el descontento contra la imposición como alcaldesa de Adanely Rodríguez (el columnista tiene ya hace un buen tiempo la versión de que es ahijada de su esposo) está vivo, si no que se lo digan quienes del gobierno han recibido el rechazo de muchos damnificados a que los auxilien cuando ven sus chalecos o camisas de alguna dependencia, lo que no hacen con la población civil que llega a ayudarlos; descontento que se extiende a la zona dañada, como lo mostró un video que circuló este miércoles donde se ve cómo habitantes de la colonia Pantepec en Álamo reclaman a la alcaldesa Blanca Lilia Arrieta Pardo, quien luego de mu- chos días dio la cara, y prácticamente la corren tirándole lodo.
¿Por qué enojarse?
Con solo firmas no la pueden destituir
El enojo de la gobernadora no es bueno, menos que lo muestre en vivo y a todo color.
Por un lado, mues- tra que ha perdido la dimensión de las cosas, pues si se enfriara y reflexionara caería en la cuenta que nadie la puede renunciar solo con firmas; que, en efecto, fue elegida y por lo tanto dejaría el gobierno solo si solicitara una licencia para separarse del cargo por voluntad propia, o, en el extremo, que fuera sometida a juicio político por una falta grave y el Congreso local la destituyera, lo que no va a ocurrir porque ella domina la Legislatura con la mayoría de diputados que tiene a favor suyo.
¿Ton’s? Y por otro lado, cuando muestra su irritación, molestia, en- cabronamiento, muestra también una debilidad a sus enemigos políticos, no necesariamente de la oposición, pues ya saben por dónde le duele y por ahí le van a seguir dando.
Aunque allá ella.
Pero no cambia ni da muestras de que quiera cambiar.
La situación va para largo y mientras continúe actuando como hasta ahora, le significará más desgaste político y en su imagen del que ya tiene en tan poco tiempo que lleva en la gubernatura.
Todo lo que está viviendo es una lección intensiva de política (que a los veracruzanos le está saliendo muy cara pagar), pues ahora debe saber, aprendido ya, que gobernar un estado del tamaño y la importancia de Veracruz, que bien podría ser un país independiente.