AVC/Misael Olmedo
Álamo, Ver.- En la comunidad de Pueblo Nuevo, municipio de Álamo, Veracruz, se vive una despedida silenciosa y tensa.
Bajo una carpa improvisada, colocada para mitigar el calor agobiante, familiares, amigos y algunos compañeros taxistas velan los restos de Irma Hernández Cruz, maestra jubilada y trabajadora del volante, asesinada tras haber sido reportada como desaparecida el pasado 18 de julio.
Ese día, Irma —de 62 años de edad— salió a conducir su taxi como cada mañana.
Ya no regresó.
Su cuerpo fue hallado días después, en un predio de difícil acceso.
El hallazgo ocurrió mientras autoridades realizaban un operativo de búsqueda en la zona norte del estado.
Sus últimas imágenes dieron la vuelta al país.
Ella arrodillada frente a un grupo de encapuchados que la apuntaban con armas largas y la obligaron a lanzar una advertencia a sus compañeros:
"Se debe cumplir con el pago de la cuota."
Su asesinato ha generado la indignación nacional y el pronunciamiento de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Su crimen está siendo investigado a nivel federal y local.
Duelo bajo amenaza
Afuera del domicilio, donde se realiza el velorio, no hay declaraciones.
Nadie quiere hablar.
El miedo es palpable.
Algunos vecinos reconocen haber sentido profundamente el caso, pero prefieren no acercarse por temor a represalias.
Sus familiares también han optado por el silencio.
Quienes la conocieron la recuerdan como una mujer trabajadora, amable y comprometida, tanto en su vida como docente —con más de 40 años de servicio— como en su segunda etapa laboral, al volante de un taxi.
El sepelio se lleva a cabo en paralelo a la noticia de que dos hombres, presuntos integrantes del grupo delictivo “Sombra”, fueron detenidos como posibles responsables de su privación de la libertad y asesinato.
Los operativos ocurrieron en el municipio de Cerro Azul, donde se aseguraron armas, drogas y sobres con presuntos pagos ilícitos.