*LA SEGOB se reúne con los líderes religiosos
*Rosa Icela les pide que trabajen por la Paz
Por Noemí Valdez
Reportera de Notiver
El gobierno de México, a través de la titular de la Secretaría de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, hizo un llamado a las iglesias de todas las denominaciones a colaborar activamente en la construcción de la paz en el país.
Enfatizó la importancia de fortalecer los lazos comunitarios, la armonía y el bienestar social.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) informó que hay disposición para ayudar a las autoridades en la tarea de pacificar el país.
Por su parte, las autoridades insistieron en la importancia de fortalecer los lazos comunitarios, la armonía y el bienestar social.
La secretaria afirmó que es un deber constitucional garantizar la libertad religiosa a toda la población, sin importar su origen o naturaleza.
El propósito de la reunión fue ofrecer un espacio plural para el intercambio de ideas, donde se abordaron inquietudes y se compartieron los desafíos que enfrentan las asociaciones religiosas ante dependencias como la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Servicio de Administración Tributaria (SAT), el Instituto de Administración y Avalúo de Bienes Nacionales (INDAABIN), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
La secretaria Rosa Icela concluyó el evento invitando a todas las asociaciones religiosas a continuar guiando a sus fieles bajo los principios de fraternidad, solidaridad y respeto a los derechos humanos.
Es importante mencionar que, ante la violencia que se vive en el país, los obispos de México, al concluir la Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), señalaron que "la violencia no puede normalizarse.
Estamos comprometidos con anunciar el Evangelio de la paz, denunciar el pecado estructural y caminar con las víctimas", declararon.
Reunidos en Casa Lago, Cuautitlán Izcalli, los prelados reflexionaron durante varios días sobre los principales desafíos sociales y espirituales que atraviesa el país.
El mensaje —fruto del discernimiento sinodal y de la escucha activa de diversos sectores de la Iglesia— plantea una lectura profunda y realista de la situación que vive México.
En él, los obispos denuncian la violencia estructural que golpea a millones de familias: la presencia extendida del crimen organizado, las desapariciones forzadas que siguen dejando un rastro de dolor, la impunidad y las adicciones que penetran hasta los rincones más alejados del país.