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LA CARTELERA | ORALIDAD JAROCHA - Juan Eduardo Mateos Flores, egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UV, es un periodista y escritor veracruzano que destaca en su narrativa...

Juan Eduardo Mateos Flores, egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UV, es un periodista y escritor veracruzano que destaca en su narrativa...

LA CARTELERA | ORALIDAD JAROCHA - Juan Eduardo Mateos Flores, egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UV, es un periodista y escritor veracruzano que destaca en su narrativa...

Ce Ce en Veracruz

ORALIDAD JAROCHA. Juan Eduardo Mateos Flores, egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UV, es un periodista y escritor veracruzano que destaca en su narrativa nuestra idiosincrasia jarocha.

Cuenta con una especialidad en Periodismo Judicial por la Universidad Iberoamericana y su formación literaria ha sido principalmente a través de los talleres del Sistema Nacional de Creadores.

En su formación literaria, sobresale un curso de creación gracias a la Fundación para las Letras Mexicanas A.C., en coordinación con la Universidad Veracruzana y la Fundación Chedraui, en el 2011, donde decide hacer de la narrativa su profesión.

En su etapa adolescente, Juan Eduardo recuerda que algunos raperos (sobre todo chilenos y peruanos) que escuchaba citaban a poetas, de esta forma fue adentrándose al mundo literario.

Posteriormente, en su fase universitaria, llegó al club de lectura "Literatura sin pretensiones", de Sara Benavides y Saúl Pizarro en el ex Ivec; donde a decir de nuestro entrevistado, lo hicieron sentir parte de algo, parte de ese mundo creativo y literario.

En 2021 y editado por Los Libros del perro, Mateos Flores escribe su primer libro: Reguero de cadáveres, el cual describe como:

"Un ejercicio personal entre mi yo periodista, mi yo estudiante de periodismo y mi yo como alguien crecido en zona norte del puerto de Veracruz, que a través de las experiencias que tuvo en relación a la violencia que se vivía en aquellos años",
cuenta algunas historias mediante la crónica
.

Conoce más de este talento veracruzano y adquiere su libro, donde nos cuenta "las cosas como son y como fueron".

No olvidemos esta parte de nuestra historia que se sigue escribiendo.

MARTES CON CE CE. Cada martes, acompáñame a recorrer los centros culturales en el centro histórico del puerto de Veracruz y así agendar nuestras próximas visitas. Te espero en el Baluarte de Santiago en punto de las 18:30 horas. ¡Ahí te veo!

HISTORIAS DE MAR. Roberto Rosales Martínez nos comparte otra historia que formará parte de las memorias de Alfredo Casarin Padilla. Aquí, el texto íntegro:

"Sobre la isla, un faro  dentro del faro un hombre luminoso".

"El hombre del faro. Alfredo Casarín".
"Chaneques"
(Parte 3)

Había amanecido con ese olor a sal y algas que siempre traía la brisa de la isla. Terminamos de desayunar —pescado frito y café espeso— y, como casi siempre, saldríamos a pescar.

Sobre el corredor, junto a la mesa donde acabábamos de comer, estaba la caja de hierro donde guardábamos los anzuelos. Mi padre la tomó, la abrió para revisar su contenido y, después de un momento de duda, la dejó sobre la mesa con un gesto decidido.

—No nos hace falta hoy— dijo.

Asentí. Los dos la vimos allí, reluciente bajo el sol de la mañana, antes de partir.

Pescamos durante horas, hasta llenar la canasta con lo suficiente para la comida.

Regresamos riéndonos de alguna tontería, con las manos ásperas de sal y sol. Pero al acercarnos al corredor, mi padre se detuvo de golpe.

—¿Te llevaste la caja con los anzuelos?— preguntó, frunciendo el ceño.

—No —respondí, sintiendo un escalofrío—. La dejamos aquí.

Señaló la mesa, donde ambos recordábamos haberla visto por última vez. Nada. La buscamos por todo el corredor, en el faro, incluso entre las bolsas colgadas. Nada.

—Debe haber una explicación— murmuró mi padre, aunque su voz sonaba menos convencida de lo usual.

Sin entenderlo, seguimos con nuestro día. Freímos los pescados, comimos en silencio, y después él se retiró a su hamaca. Yo, todavía intrigado, salí a caminar por la isla, recogí una hoja de palmera caída mientras pensaba en la caja perdida.

Cuando regresé, algo brilló en el corredor sobre la mesa. Allí estaba. En el mismo lugar exacto donde la habíamos dejado horas antes.

—¡Padre! —llamé, y él salió rápidamente, despeinado por la siesta interrumpida.

Nos quedamos mirando la caja, intacta, como si nunca se hubiera movido. La abrimos: los anzuelos seguían en su lugar, ordenados.

—No hay huellas —dijo él, revisando la arena alrededor—. Nadie entró.

Nos miramos, y sin decir más, supimos que habían sido los chaneques o algo parecido".

"Alfredo Casarin Padilla vivió 18 años en diversos faros rodeado por el mar. Ahora es un ser terrestre".

No te pierdas la próxima entrega de las historias del Hombre del faro, en La Cartelera de NOTIVER. *Colecciona tu ejemplar.