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¡LA CARTELERA! | LABORATORIO DE ESCRITURA - ¿Deseas moldear tus ideas para escribir? ¿Escuchar la experiencia de otros escritores? O simplemente pasar una linda tarde compartiendo lecturas...

¿Deseas moldear tus ideas para escribir? ¿Escuchar la experiencia de otros escritores? O simplemente pasar una linda tarde compartiendo lecturas... Entonces ve a Casa Principal con el Dr. Bernardo Pierce, quien coordina el "Laboratorio de...

Ce Ce en Veracruz

LABORATORIO DE ESCRITURA. ¿Deseas moldear tus ideas para escribir? ¿Escuchar la experiencia de otros escritores? O simplemente pasar una linda tarde compartiendo lecturas...

Entonces ve a Casa Principal con el Dr. Bernardo Pierce, quien coordina el "Laboratorio de escritura tropical".

Todos los martes de octubre, a las 18:00 horas, te espera para escribir y crear, a partir de varias técnicas que él compartirá contigo.

Este centro cultural se encuentra ubicado en Mario Molina 315 entre 5 de Mayo e Independencia, en pleno centro histórico de nuestro hermoso puerto de Veracruz.

¡Ahí te veo!

ZAPATEANDO Y TOCANDO. En el Centro Cultural el caSon, todos los sábados de 11:00 a 13:00 horas, puedes practicar o aprender zapateado, jarana, requinto, guitarra, canto, percusión y creación de coplas; con una cooperación y la opción de integrarte a cualquier nivel.

¿Dónde? En Primero de Mayo 622 esquina Díaz Aragón, en la colonia Ricardo Flores Magón, Veracruz, Veracruz.

MARTES CON CE CE. Recuerda que todos los martes puedes acompañarme a recorrer los centros culturales en el centro histórico del puerto de Veracruz y así conocer juntos la gran variedad de eventos culturales y artísticos, para todos los gustos.

Punto de partida: Baluarte de Santiago, a las 18:00 horas. ¡Ahí te veo!

HISTORIAS DE MAR. Roberto Rosales Martínez nos hace llegar otra historia que formará parte de las memorias de Alfredo Casarin Padilla.

Aquí, el texto íntegro:

"Sobre la isla, un faro
dentro del faro
un hombre luminoso.
El hombre del faro".
"Zapotitlán: la fauna
En una de las veces que estuve en Veracruz, me comisionaron en el barco que hacía la comunicación en los faros para llevar gas y víveres. Ir a Zapotitlán era uno de los viajes que me llamaba más la atención, estaba cerca de la barra, en la desembocadura del río Coatzacoalcos”.
“Hacíamos comunicación con el faro Roca partida, ahí se hacía un trabajo tremendo, se desembarcaban las botellas de gas acetileno en la playa, después había que subirlas hasta el faro, había piedras que dificultaban caminar con los tanques, entonces los jalábamos con reatas y así llegábamos hasta arriba”.
“Lo interesante del viaje era porque iba de timonel, me dieron esa responsabilidad, claro, vigilado por el capitán o el contramaestre, pero lo hice, y bien”. 
“Tengo la experiencia de haber navegado y piloteado el barco durante cuatro horas en cada viaje y, si daba tiempo, de regreso también lo hacía.
“Zapotitlán era una selva espesa que los depredadores ya se acabaron. Había mucho animal salvaje, pude ver al que le llaman el “anteburro”, que en realidad es el tapir, grande como un burro, de fuerza descomunal, no había nada que lo detuviera, cuando corría arrasaba con todo”.
“Había tepezcuintle y mofeta, también llamado “rabo pelado”.  Era hermoso ver rodar a los armadillos, cuando veían personas cerraban bien su concha y rodaban; era una bola que iba agarrando fuerza y rodaba, luego se detenía, volvía a enconcharse para luego correr.
Con los saraguatos y monos araña que ahí habitaban tuve una experiencia bizarra”.
“Desembarcamos en la playa y relativamente cerca había muchos árboles de zapote, de ahí el nombre de Zapotitlán”.
“Aparentemente no había quien los cosechara. Entonces, junto con algunos compañeros decidimos cortarlos y llenar costales con ellos”.
“Todo iba bien, una persona arriba los cortaba, nosotros los recogíamos y metíamos en costales, de repente oímos unos ruidos horribles, ensordecedores, no sabíamos de qué se trataba y vimos cómo el entorno se oscurecía”.
“Una enorme sombra venía avanzando junto a esos ruidos horribles que escuchábamos.
“Quien cortaba los zapotes se bajó rápidamente, detrás de él venía una cantidad inmensa de monos, se acercaban donde estábamos nosotros, ellos avanzaban por arriba”.
“No nos hubiera importado mucho, tal vez hubiera sido solo el susto de ese ruido y de la cantidad de animales que venían saltando de árbol en árbol; lo que realmente nos afectó fue que cortaban zapotes y nos los lanzaban como piedras; si los zapotes estaban maduros, pues no importaba, el golpe no era fuerte, pero también nos lanzaban zapotes verdes y esos sí lastimaban”.
“Corrimos descalzos entre las hierbas y espinas hasta llegar a la playa; como ya no había árboles no pudieron seguir, los changos se quedaron en la orilla de la selva esperando que no volviéramos a invadir su territorio”.
“En ese viaje no recolectamos ni un solo zapote, pero sí terminamos golpeados y espantados. Desde entonces me da miedo el chango".
"Alfredo Casarin Padilla vivió 18 años en diversos faros rodeado por el mar. Ahora es un ser terrestre".

Sigue las historias del Hombre del faro en La Cartelera del NOTIVER y colecciona tu ejemplar.

***Si te perdiste una de estas historias, recuerda que puedes adquirir los números anteriores del NOTIVER en Canal esquina Gómez Farías, en pleno centro histórico del puerto de Veracruz (frente al Baluarte de Santiago).