Ce Ce en Veracruz
BARRÓN EN CASA PRINCIPAL.
A partir del 19 de septiembre de 2025, de 17:00 a 20:00 horas, agenda todos los viernes para asistir al Taller Dibujo de Figura Humana, que impartirá el maestro Israel Barrón en el Centro Cultural Casa Principal.
No es necesario contar con experiencia previa, sólo haz tu registro presencial en Mario Molina 315 entre 5 de Mayo e Independencia, en el centro histórico de Veracruz.
Lleva una fotocopia de tu credencial del INE y si eres menor de edad, la de tu tutor.
Los horarios para inscribirte son de 10:00 a 14:45 y de 16:00 a 17:45 horas.
No te pierdas esta oportunidad única de aprender a dibujar al lado de este gran artista, cerca del mar.
El taller es GRATUITO.
NOS VAMOS A XALAPA.
Como parte del Festival Poesía en 3 tiempos, Ana Basilio se presentará este viernes 19 de septiembre de 2025, en el Club Cultural TierraLuna, ubicado en la calle Rayón 18, en el Centro de la ciudad de Xalapa, Veracruz; a las 19:00 horas.
Acompáñame a escuchar a esta poeta veracruzana, quien compartirá micrófono con otros escritores como Fabián Espejel, Julio María, Lorena Huitrón, Ignacio Ruiz-Pérez, Luis Flores, Camila Almendra y Anaclara Muro.
¡Ahí los veo!
CINE EN EL TÚNEL.
¿Qué harás el próximo miércoles 17 de septiembre?
Vayamos a ver "Misterio" (1980), de la directora Marcela Fernández Violante; película mexicana de ciencia ficción y suspenso, basada en la novela "Estudio Q" de Vicente Leñero.
Cuenta la historia de Alex, un actor de telenovelas cuya realidad comienza a deformarse y descubre que está siendo grabado como parte de una nueva telenovela.
La cita es en "El Túnel, café y libros", a las 19:30 horas, en Río Petatlán 143 entre Río Blanco y Río Tehuantepec, Lomas de Río Medio II (cerca de Divertiplaza), en Veracruz, Veracruz.
La entrada es GRATUITA.
VOCES JAROCHAS.
¿Quieres aprender canto o practicarlo?
Todos los miércoles de septiembre, asiste al Centro Cultural Atarazanas, de 14:00 a 15:30 horas; aunque con una cuota mensual... podrás ingresar al taller "El arte de cantar".
¿Dónde?
En el callejón Julio S. Montero s/n entre Esteban Morales y Francisco Canal, en el centro histórico de Veracruz.
No es necesario contar con experiencia y va dirigido al público de 15 años en adelante.
RECOMENDACIÓN LITERARIA.
El modernismo hispanoamericano: presupuestos estéticos y filosóficos (IVEC, 2019), de José Rodrigo Castillo, restituye los fundamentos (pesimismo, subjetivismo, irracionalismo, vitalismo y espiritualidad) de uno de los movimientos artísticos y literarios más importantes del continente en función de su poética, mediante el estudio de José Martí, Manuel Gutiérrez Nájera, Rubén Darío, entre otros, en cuyos textos se desarrolló casi por completo la pluralidad de las expresiones modernistas hacia finales del siglo XIX.
Todo ello para mostrar que, a pesar de más de cien años de aportes invaluables e investigación sobre su contexto histórico y su estética, no se han agotado las temáticas y las interpretaciones sobre su sentido.
A propósito del autor veracruzano (oriundo de Papantla), desde el 2016 con “Entre malditos y maldecidos” (ganador del Premio de Ensayo Carlos Pereyra, convocado por la revista Nexos), ha publicado textos en distintas revistas, sobre crítica literaria, filosofía, historia y etnografía.
Es, asimismo, becario PECDA 2025; y su novela 8 voces en fuga será publicada por la SECVER próximamente, cuya reseña prometo compartirla aquí, en La cartelera de Notiver.
HISTORIAS DE MAR.
Roberto Rosales Martínez nos hace llegar otra historia que formará parte de las memorias de Alfredo Casarin Padilla.
Aquí, el texto íntegro:
Sobre la isla, un faro dentro del faro un hombre luminoso.
El hombre del faro.
Alfredo Casarín
"El ciclón
No se 'vivían' los ciclones en el faro; se sobrevivían.
Era un combate ritual contra un dios enfurecido.
La adrenalina no era una simple descarga, sino un veneno dulce que te mantenía vivo, aguzando cada sentido hasta un límite doloroso.
Afuera, el mundo se desintegraba.
El viento no soplaba, aullaba con la voz de mil lobos desollados, golpeando los muros de piedra con saña, buscando una grieta, una debilidad.
La lluvia que caía, era un látigo horizontal de agujas frías que quería cegar los cristales del faro.
Los árboles se desgajaban; crujían con un quejido lastimero, otros eran arrancados de cuajo y lanzados al mar.
Las palmeras, esas damas elegantes que en la calma se mecen 'borrachas de sol', ahora eran poseídas por la fuerza natural que azotaba sus cabelleras verdes y las sometía a un baile demente.
Dentro, el faro era un corazón de piedra que latía dentro de una pesadilla.
Los sonidos eran una entidad viva: el estruendo del mar golpeando los acantilados como un martillo gigante.
Pero sobre todo eso, reinaba un sonido proveniente de las entrañas mismas del faro.
En el piso de la casa había una cisterna y ahora respiraba.
No era un mugido de vaca.
Era el berrido profundo y distorsionado de una bestia encerrada bajo tierra, un sonido gutural que no pertenecía a este mundo, amplificado por la caja de resonancia de la piedra.
Era la voz del propio ciclón, hablando desde el subsuelo, un recordatorio horrible de que la furia no solo te rodeaba, sino que también estaba debajo, tratando de tragarse la isla entera.
Aguantar y esperar.
La fe no era una creencia, sino un acto de desafío, lo único que quedaba después de haber sellado las ventanas con maderos, después de haber apostado la vida a los cimientos.
Cuando el ciclón terminaba su furiosa labor, salía de mi refugio para cuantificar los daños.
Encontraba troncos que el mar había regurgitado, también había animales, sobre todo víboras, vivas y muertas.
Yo, con el corazón aún acelerado, las observaba sin saber si su mordida, en ese último estertor, aún guardaba el veneno de la tragedia.
El animal más raro que encontré en la isla después del paso de un ciclón, fue un burro, estaba muerto, la corriente lo había arrastrado hasta ahí, y se había atorado en unas varillas que habían quedado expuestas después de que el ciclón se había llevado una parte del muelle.
Pues ahí estaba el burro con el vientre hinchado y un olor insoportable.
Me puse un pedazo de algodón
