*Pide ser compasivos con el prójimo
*Hay descomposición, desaparecidos y treinta millones de pobres
Por Noemí Valdez
Reportera de Notiver
La Arquidiócesis de Xalapa lamentó que la violencia e inseguridad prevalezcan en el estado por lo que llamó a los ciudadanos a que sean buenos con el prójimo.
En su tradicional comunicado, señaló que la invitación de Jesucristo de hacerse uno mismo prójimo de los más abandonados y excluidos del desarrollo integral es una urgencia para creyentes y no creyentes, pues hasta el día de hoy existen más de 30 millones de mexicanos que necesitan ayuda de lo básico.
Al respecto pidió hacerse uno mismo prójimo es tomar partido por tantas personas que sufren hoy la violencia e inseguridad, que imperan en muchas partes del territorio nacional.
“Hacerse uno mismo prójimo de los demás es compartir en dolor de tantas personas que tienen a sus seres queridos desaparecidos y no saben de ellos”.
En su comunicado señalaron que no es necesario hacer un análisis muy profundo para descubrir que todavía existen en la sociedad mexicana y veracruzana actitudes de autodefensa, recelo y evasión del imperativo de hacerse uno mismo prójimo de los pobres y abandonados de la sociedad mexicana.
Por esta razón expuso que debido la descomposición del tejido social y de la violencia e inseguridad de nuestra patria es urgente que cada ciudadano mexicano se acerque a los demás, para ayudar a las personas más necesitadas.
“Hoy cada mexicano debe escuchar en su corazón la invitación de Jesucristo para hacerse prójimo y ayudar al caído en desgracia, al herido que no tiene trabajo, al que sufre violencia de todo tipo, al despojado de sus derechos personales, sin importar su nombre, su estado, su edad y su religión. Urge hacerse prójimo de los marginados y excluidos ya desde hoy”.
También apunta que un experto y profesional del antiguo testamento, llamado doctor de la ley, se acerca a Jesucristo para cuestionarlo con 2 preguntas decisivas para la sana convivencia humana y para trascender en esta vida: ¿Qué tengo que hacer para conseguir la vida eterna?, ¿Quién es mi prójimo? (San Lucas 10, 25.29).
Jesucristo se interesa más, en este caso, por la segunda pregunta que por la primera; y a partir de la búsqueda del verdadero prójimo, él brinda grandes enseñanzas:
El amor a Dios y el amor al prójimo no pueden separarse; el prójimo no es el otro, sino que el prójimo es uno mismo, cuando uno se acerca a los demás para ayudarles; la fe verdadera incluye a los más necesitados y la revelación del camino de la gracia divina para obtener la vida eterna, ayudando al herido y excluido.