Diputados del PRI, PT, Morena y PAN instalaron el Grupo de Amistad México-Nicaragua, donde elogiaron y avalaron un régimen cruel, autocrático y dictatorial, deploran opositores perseguidos por Daniel Ortega
BOGOTÁ (Agencias).- La excomandante sandinista Mónica Baltodano, a quien los “copresidentes” de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo, despojaron de su nacionalidad y de sus bienes y obligaron al exilio.
Está convencida de que los diputados mexicanos que crearon hace unos días un Grupo de Amistad México-Nicaragua avalaron, con ese hecho, a un régimen “autocrático y dictatorial que ha perpetrado cientos de crímenes de lesa humanidad”.

La poeta nicaragüense Gioconda Belli, también perseguida por los Ortega-Murillo y quien el viernes último fue elegida Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria 2025, dice sentir “tristeza” de que, a pesar de las evidencias de las atrocidades cometidas por la pareja presidencial, “ciertos diputados, y en general el gobierno mexicano, se niegan a reconocer el daño que le hacen a la izquierda y a la causa del progreso estas derivaciones autoritarias inaceptables”.
Para la excomandante Baltodano, los diputados mexicanos que forman parte del “grupo de amistad” con Nicaragua, “o desconocen la realidad de mi país o tenían la intención deliberada de dar un espaldarazo, un aval, sin ningún rubor, a una dictadura cruel y criminal” que ha perseguido a verdaderos comandantes revolucionarios, como Dora María Téllez, Humberto Ortega (hermano de Daniel), Hugo Torres, Henry Ruiz y Bayardo Arce.
Y, claro, a la propia Baltodano, a quien el régimen acusó de “traición a la patria” en 2023 junto a otros 93 nicaragüenses críticos del autoritarismo, entre ellos decenas de sandinistas que en los 70 lucharon contra la dictadura somocista y que ahora lo hacen contra la dictadura de los Ortega-Murillo.
El exdiputado del Movimiento Renovador Sandinista (MRS) Enrique Sáenz, otro de los opositores orillados al exilio, considera que los diputados mexicanos del “grupo de amistad” binacional “no saben en qué mundo viven” porque las atrocidades de la dictadura nicaragüense han sido ampliamente documentadas por organismos internacionales.
“Si tomaron la decisión (crear el grupo) sin conocer esa información, qué irresponsables son”.
“Y si conocían esta información, lisa y llanamente son cómplices de la dictadura de Ortega, una de las más desacreditadas del mundo”, asegura.
En el acto de instalación de ese grupo, del cual forman parte diputados del PT, Morena, el PRI y el PAN, se gritaron “¡vivas!” al “comandante Daniel” y a “la compañera Rosario”, quienes según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) son responsables de 322 asesinatos de manifestantes, de torturas, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, destierros, cierre de medios y de miles de ONG, y de despojo de la nacionalidad a opositores.
El “comandante Daniel” y “la compañera Rosario” estuvieron representados en la instalación del “grupo de amistad” por el embajador de Nicaragua en México, Juan Carlos Gutiérrez Madrigal, quien exaltó “los logros” de su gobierno “en todos los ámbitos de la vida nacional”, aunque no mencionó que Nicaragua tiene el ingreso per cápita más bajo de la región y (dos mil 142 dólares anuales) y la tercera tasa más alta de pobreza.
Además, Gutiérrez Madrigal dijo que el “buen gobierno” de la pareja presidencial tiene “un amplio respaldo popular” y que “el 85.1% de los nicaragüenses aprueba la gestión de los copresidentes”.
Un dato sacado de una encuesta que, según Baltodano, fue “comprada por ellos” y que contrasta con sondeos de firmas independientes que indican que el respaldo ciudadano al régimen es menor a 15%.
Un hecho que omitió el embajador es que las elecciones presidenciales de 2021, las más recientes que se han realizado en Nicaragua, Ortega arrasó luego de haber encarcelado a todos los candidatos opositores competitivos, encabezados por Cristiana Chamorro Barrios, Arturo Cruz, Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro y Miguel Mora.
Es como si en México Andrés Manuel López Obrador hubiera hecho encarcelar el año pasado, cuando era presidente, a los opositores Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez bajo cargos falsos.
Por eso fue llamativo que en la instalación del Grupo de Amistad México-Nicaragua, el pasado 7 de octubre, su presidente, el diputado del PT Pedro Vázquez González, haya dicho que en el siglo XXI la defensa de la soberanía “no puede separarse de la defensa de los derechos humanos; no hay autodeterminación posible donde se silencien las voces, donde se persiga al disidente, donde se nieguen las libertades más elementales”.
Pareció un pronunciamiento en contra de Ortega y de Murillo y a favor de las miles de víctimas que ha dejado esa dictadura dinástica, en la que los hijos de la pareja gobernante manejan áreas clave como las relaciones con China, Rusia y con los inversionistas extranjeros; con los medios de comunicación públicos y con las empresas estatales.
