*A partir del 26 de diciembre entra nueva disposición cuando regresen a Juárez
CIUDAD DE MEXICO. (Agencias).- A partir del 26 de diciembre, todos los extranjeros que salgan de Estados Unidos deberán someterse a un escaneo facial obligatorio en aeropuertos, puertos marítimos y cruces fronterizos terrestres, según una nueva normativa federal que marca una expansión significativa del programa de identificación biométrica del gobierno.
La regla final, anunciada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), elimina las exenciones anteriores que beneficiaban a diplomáticos y a la mayoría de los visitantes canadienses.
También amplía la recolección de datos biométricos a modalidades de transporte que antes no estaban cubiertas, incluyendo embarcaciones privadas, aviones privados y salidas peatonales.
“Esta regla final marca un hito importante en nuestros esfuerzos por implementar exitosamente el mandato de entrada y salida biométrica y fortalecer la seguridad de Estados Unidos”...
dijo Diane J. Sabatino, comisionada asistente ejecutiva interina de la Oficina de Operaciones de Campo de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
La medida convierte en permanentes los programas piloto de biometría que CBP había estado probando en ubicaciones selectas durante años.
Ahora, la agencia podrá expandir la tecnología de reconocimiento facial a todos los puntos de entrada y salida del país sin restricciones.
Para millones de turistas, estudiantes y trabajadores extranjeros que visitan Estados Unidos cada año, esto significa que sus rostros serán escaneados y verificados contra bases de datos gubernamentales cada vez que crucen la frontera.
Las fotografías de los no ciudadanos se almacenarán en el Sistema de Gestión de Identidad Biométrica del DHS hasta por 75 años.
La expansión del programa responde a una orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump en 2017 que exigía la implementación “expedita” de un sistema biométrico de entrada y salida.
La Comisión Nacional sobre Ataques Terroristas contra Estados Unidos había identificado previamente tal sistema como una inversión esencial en seguridad nacional.
CBP argumenta que la tecnología de reconocimiento facial añade una capa adicional de seguridad que permite identificar criminales y sospechosos de terrorismo, prevenir el fraude de visas, detectar personas que permanecen en el país más tiempo del permitido y evitar el reingreso ilegal de individuos previamente deportados.
Sin embargo, grupos defensores de la privacidad han expresado preocupación por la recolección masiva de datos biométricos y su almacenamiento prolongado.
El Departamento de Seguridad Nacional ha publicado más de 10 evaluaciones de impacto en la privacidad sobre diversos aspectos del programa, que incluyen políticas para la recopilación, almacenamiento, análisis y eliminación de datos.
Los ciudadanos estadounidenses no están cubiertos por esta regla, aunque pueden participar voluntariamente en el proceso de biometría facial.
Aquellos que prefieran no hacerlo pueden simplemente notificar a un oficial de CBP o representante de la aerolínea y someterse a una inspección manual de su pasaporte.
La agencia acepta comentarios públicos sobre la norma hasta el 26 de noviembre, aunque la regla entrará en vigor según lo programado en diciembre.
Para los viajeros frecuentes entre Estados Unidos y otros países, la nueva realidad significa que cada salida del país quedará registrada no solo en documentos, sino también en forma de imagen facial almacenada en sistemas gubernamentales durante décadas.