*Las principales causas de los siniestros siguen siendo el alcohol y el exceso de velocidad
CIUDAD DE MEXICO. (Agencias).- Las carreteras de México siguen siendo un espacio de alto riesgo social y económico: miles de siniestros anuales provocan muertes, lesiones graves y costos económicos elevados.
Las estadísticas oficiales nacionales e internacionales indican que el fenómeno es persistente y que los patrones de riesgo globales -desde exceso de velocidad hasta conducción bajo efectos del alcohol- exigen políticas integrales de seguridad vial.

Los siniestros viales relacionados con alcohol y exceso de velocidad siguen siendo causas centrales en carreteras, mientras aumentan las muertes de usuarios vulnerables como motociclistas y peatones.
La Dirección General de Servicios al Turista Ángeles Verdes, dependiente de la Secretaría de Turismo, emitió recomendaciones para un viaje seguro durante las vacaciones, desplegando 560 elementos operativos en 233 rutas carreteras y coordinándose con la Guardia Nacional y Caminos y Puentes Federales (Capufe) para auxilio mecánico, orientación y atención por medio del 078 y una app móvil.
Estas acciones buscan disminuir contratiempos y mejorar la experiencia del turismo carretero en destinos emergentes, pueblos mágicos y comunidades rurales.

El contexto mundial y Estados Unidos
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente un millón 190 mil personas pierden la vida cada año por accidentes de tránsito a nivel global y entre 20 y 50 millones sufren lesiones no mortales, muchas de ellas con secuelas de discapacidad.
La carga global es particularmente alta entre personas de cinco a 29 años.
En Estados Unidos, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés) publicó estimaciones preliminares que proyectan 39 mil 345 muertes por choques de tráfico en 2024, la cifra anual más baja desde 2020, aunque sigue siendo considerablemente superior a los niveles de finales de la década de 2010.
Las cifras reflejan tensiones estructurales: a pesar de reducciones recientes, las tasas de mortalidad por millas conducidas permanecen elevadas entre las naciones con ingreso alto y se observa un aumento específico en muertes de ciclistas y peatones en años recientes.
Las estadísticas de NHTSA en años recientes también han señalado que una proporción significativa de muertes están asociadas al exceso de velocidad y al no uso de cinturón de seguridad, factores presentes de forma persistente en ambos lados de la frontera.
Las tasas de muertes por accidentes de tránsito varían ampliamente por país y contexto socioeconómico.
Según datos compilados por la OMS y otras fuentes, países de ingresos bajos registran las tasas más altas: por ejemplo, la República Dominicana tiene alrededor de 67 muertes por cada 100 mil habitantes, cifras que superan con creces los promedios globales.
Las disparidades reflejan diferencias en infraestructura, regulación, atención médica postchoque y cumplimiento de normas.
Los análisis de siniestros viales en múltiples países muestran que, aunque cada contexto tiene especificidades, existen patrones globales compartidos:
Exceso de velocidad, que combina con un entorno de vialidades insuficientemente adaptadas para velocidades altas.
Conducción bajo efectos del alcohol o sustancias, profundamente vinculada con accidentes graves.
No uso o uso incorrecto de cinturones de seguridad y sistemas de retención infantil, que aumenta drásticamente la letalidad de los siniestros.
Una proporción creciente de usuarios vulnerables –motociclistas, peatones y ciclistas– entre las víctimas mortales, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Chihuahua y la zona fronteriza
En Chihuahua y la zona norte de México, el contexto regional incorpora dinámicas fronterizas y de movilidad compleja.
Las carreteras que conectan con centros logísticos, rutas de transporte de carga y corredores turísticos presentan una combinación de tráfico pesado y de larga distancia.
Las autoridades de seguridad vial del estado han identificado un aumento en siniestros relacionados con exceso de velocidad y fatiga del conductor en tramos interestatales, especialmente en segmentos largos sin áreas de descanso suficientes, de acuerdo con datos de la Secretaría de Seguridad Pública de Chihuahua y datos de tránsito locales.
Estas causas no son aisladas de las tendencias globales.
La vecindad con Estados Unidos, donde también se registra una alta cantidad de muertes en carretera -más de 39 mil en 2024, según NHTSA- pone de manifiesto la necesidad de coordinación binacional en cultura vial, infraestructura segura y campañas de prevención dirigidas a conductores transfronterizos.
Retos estructurales y propuestas
La evidencia sugiere que la seguridad vial no se transforma sólo con campañas de recomendaciones.
Requiere una política pública integral con componentes claros: regulación estricta del consumo de alcohol y sustancias, control de velocidad efectivo, infraestructura adaptada para todos los usuarios (incluidos ciclistas y peatones), educación vial desde edades tempranas y sistemas de atención prehospitalaria robustos.
Integrar las herramientas operativas de Ángeles Verdes, Capufe y Guardia Nacional con una visión de seguridad vial como derecho social puede reducir la brecha entre cifras y vidas salvadas.

