MORELIA, Mich. (Agencias).- Al municipio michoacano de Madero, ubicado en la parte este del estado, se llega por un camino espeso de altos pinos de coníferas verdes y frondosos que ofrecen aire limpio y resina de alta calidad.
Ambientalistas de Madero y la región padecen amenazas, presiones, persecución y muerte ” y últimamente lanza amenaza contra estos defensores, sus familias y sus bienes.

Las múltiples denuncias interpuestas en la Fiscalía de Delitos Ambientales y la Fiscalía General de Michoacán no lo detienen.
El último ataque ocurrió en la noche del 6 de noviembre último y en las primeras del día siguiente cuando fueron baleadas, primero, la casa de Javier Gómez y, luego, la vivienda de Guillermo Saucedo Gamiño; ambos, ambientalistas miembros del Comité Ecológico del Consejo Promotor de Área Natural Protegida del municipio de Madero.
El primer atentado ocurrió alrededor de las 22:30 horas y fue protagonizado por dos jóvenes armados que iban a bordo de un coche Camaro, color gris oscuro, desde el cual balearon la camioneta y la casa de Javier Gómez, para luego fugarse con rumbo a la comunidad de Etúcuaro.
En su huida balearon sólo porque sí una camioneta en la que viajaba una pareja, donde la mujer que iba a bordo murió y dejaron gravemente herido al conductor, su esposo, ambos vecinos de El Sangarro.
Después de las 23 horas vendría el segundo ataque a tiros, en esa ocasión desde dos camionetas; en este hecho intentaron entrar al domicilio de Guillermo Saucedo, presuntamente para asesinarlo, pero no lo encontraron porque el ambientalista ya había huido hacia el cerro.
Durante toda la mañana del 6 de noviembre, aseguran testigos, en el pueblo corrió el rumor de que ese mismo día tanto Javier como Guillermo serían asesinados.
El tercer tiroteo de ese largo 7 de noviembre fue perpetrado a las 00:30 horas, los delincuentes dirigieron el fuego hacia las casas del pueblo buscando a Javier Gómez y a Guillermo Saucedo Gamiño; éste se había acercado a la casa de Javier, para saber si su compañero sobrevivió al ataque.
Entre la confusión y el fuego, los defensores ambientales lograron escapar hacia el monte y allá permanecieron hasta el amanecer del viernes 7 de noviembre.
"No me hacen caso"
Desde el primer ataque los activistas ambientales pidieron auxilio por teléfono al presidente municipal, Juan Carlos Gamiño, y le suplicaron que enviará con urgencia a la policía para que contuviera el ataque.
La respuesta del alcalde fue tajante: “No puedo, no me hacen caso”, dijo refiriéndose al cuerpo de los 12 agentes que tiene a su cargo.
Durante dos horas, entre el jueves 6 y el viernes 7 de noviembre pasados ocurrieron en Madero y entre las comunidades de El Sangarro, Etúcuaro y la cabecera municipal de Villa Madero al menos tres ataques sin que la autoridad interviniera pese a que los hechos se dieron a menos de cinco kilómetros del edificio de la presidencia municipal.
Las comunidades de El Capulín, La Soledadita, Etúcuaro, Rincón de la Eratzicuaro, El Sangarro, Loma del Saús, Maravillas, Moreno, Las Sidras y la propia cabecera municipal Villa Madero están bajo el asedio del crimen organizado desde hace años, denuncian los pobladores.
Julio Santoyo Guerrero es integrante del Consejo Estatal de Ecología de Michoacán y del Consejo Promotor de Área Natural Protegida en Madero, sur de Morelia y Acuitzio del Canje, y académico de la Universidad Michoacana que ha sido amenazado de muerte desde 2015.
