
Por Andrés Timoteo
TURISMO DE GUERRA
Monstruos, bestias, endriagos.
¿Cómo llamar a la gente que caza a sus semejantes por diversión?
Desde hace unas semanas Europa está pasmada por lo que ventiló el periodista y escritor italiano Ezzio Gavazzeni sobre los safaris humanos que hace treinta años se realizaron en Bosnia.
Allá practicaron el turismo de guerra.
Desde las colinas y edificios en Sarajevo, la capital, cobraban por disparar con rifles de largo alcance a los lugareños.
Sucedió entre 1992 y 1996 cuando el país libraba una guerra civil.
Una agencia de viajes en Italia ofertaba estos safaris y sus clientes pagaban por cada presa dependiendo si era hombre o mujer jóvenes o ancianos, si ella estaba embarazada o si preferían matar a un adolescente o un niño, bebés incluidos.
Aberrante es que esa agencia incluso aprovechaba vuelos humanitarios para trasladar a su clientela cuando no conseguía aviones comerciales..
También usó naves del ejército bosnio.
Gavazzeni resume lo sucedido en Sarajevo evocando a la filósofa alemana Hannah Arendt:
"Pasamos de la banalidad del mal a la indiferencia del mal" .
Esto porque muchos lo sabían, los gobiernos italiano y bosnio lo sabían y no detuvieron la barbarie.
"No eran 'foreign fighters' (combatientes extranjeros) o mercenarios sino personas que pagaban para ir a la guerra, gente de mucho dinero: empresarios, profesionales, que podían permitirse el lujo de pagar entre 150 mil y 200 mil euros un fin de semana" , refiere.
El dueño de una conocida clínica de belleza en Milán fue uno de los clientes frecuentes, pero también lo fueron políticos y civiles de alta posición, gente con la capacidad de desembolsar hasta 200 mil euros -4.2 millones de pesos- por ir a acribillar personas.
En esos años de guerra murieron en Sarajevo 11 mil personas, entre ellos mil 600 niños.
¿Cuántos fueron abatidos por los turistas de guerra?
EL LIBRO PUEDE ESPERAR
El escándalo lo detonó la denuncia que Gavazzeni interpuso ante la fiscalía de Milán tras varios años de recopilar información para escribir un libro.
Como el periodista lo ha explicado a la prensa, prefirió aportar antes esa información a las autoridades y luego escribir la novela.
"Ahora podría estar ganando miles de euros por las ventas de mi libro, pero mi deber como humano me hizo ir primero a las autoridades pues esto no puede quedarse en un texto novelesco, debe haber consecuencias, debe haber castigo" .
El gobierno italiano a través del Servicio de Información sobre Seguridad Militar supo de esos safaris humanos y no procedió en consecuencia.
También hubo clientes franceses, estadounidenses, españoles, ingleses, canadienses y alemanes.
Como siempre, la prensa fue la primera en alertar sobre esas cacerías..
En los años noventa, los diarios Corriere della Sera y La Stampa publicaron sendas notas.
"¿Por qué, en ese momento, ni la fiscalía de Milán -donde se edita el primero- ni la de Turín -sede del segundo- al ver semejante noticia en primera plana no abrieron una investigación?" , inquiere Gavazzeni.
En el 2022 el cineasta esloveno Miran Zupanic estrenó el documental "Sarajevo Safari", el segundo material del caso hecho público después de las publicaciones de prensa de hace tres décadas, aportando más material para el libro y la denuncia.
Hoy Zupanic junto con Gavazzeni son declarantes en el expediente judicial de Milán y sus investigaciones elementos probatorios.
Se les unió Dzemil Hodzic, fotógrafo de la agencia catarí Al Jazeera quien a los 12 años vio como su hermano, de 16, fue asesinado por esos 'cazadores'.
Hodzic actualmente trabaja en un catálogo fotográfico titulado "Sniper Alley" ("Avenida de los francotiradores") como se conoce al bulevar Mese Selimovica, uno de los territorios de esas cacerías.
La moraleja para el gremio periodístico es que ese trío -reportero, cineasta, fotógrafo- quebró el silencio oficial sobre ese horror e impidió que quedara en el olvido.
Y lo hizo con los instrumentos reporteriles.
La segunda enseñanza es que no importa el tiempo transcurrido, el deber del periodista es indagar, preguntar, documentar -reportear, engloba las tres- y hacer público el caso, convertirlo en noticia.
Y ayudar a construir la memoria histórica.
"HARD TARJET"
¿Recuerdan la película "Hard Target" ("Blanco difícil" u "Operación cacería" como la titularon en español), protagonizada por el actor belga Jean Claude VanDame?
Pues se basó en los safaris humanos de Sarajevo aunque escenificada en Nueva Orleans.
Vaya, la cinta se estrenó por la misma época -en 1993-, pero su trama es menos cruda pues ahí solo se caza a hombres adultos sin familia, no a mujeres embarazadas y niños como en Bosnia.
No queda duda: la realidad supera la ficción.
Y ésta todavía es más espantosa.
En países en guerra o convulsionados por la violencia también se caza a jóvenes, hombres y mujeres, para usarlos en videos porno llamados 'snuff' en los que se tortura, mutila y asesina a los actores.
Ahora mismo México, ahogado por el terror del crimen organizado y con un gobierno fallido, es un coto de caza de humanos y proveedor de la pornografía 'snuff'.
El espanto de Sarajevo no nos es lejano, pues.
*Envoyé depuis Paris, France.