Por Andrés Timoteo
POLVOS Y LODOS
A dos meses de las inundaciones en la región norte de Veracruz no sólo quedan polvos de aquellos lodos sino el fango mismo, tanto el bioactivo como el político que siguen anegando y apestando poblados, y la dignidad y supervivencia de sus habitantes.
El saldo mortal de las lluvias registradas del 8 al 10 de octubre sigue inamovible: 37 personas muertas y siete desaparecidas.
¡Siete sin encontrar!
Viéndolo fríamente, se debe considerar que esas siete personas ya no regresarán, que no están vivas y entonces la cifra total de víctimas mortales es 44.
Y este asunto es un embrollo.
El nahlismo gobernante que no busca ni a los desaparecidos por la violencia criminal ahora tampoco a los que se llevó el vendaval.
¿Pues qué hace entonces?, ¿qué hace hace la Fiscalía General de Justicia, ahora con nueva titular pero la misma pazguatería, y la Comisión Estatal de Búsqueda (CEB)? Nada.
El estado y la federación se "echan la bolita" sobre la responsabilidad de localizar a esos siete.
La gobernante en turno, Rocío Nahle, se abocó en estas últimas semanas a la grilla para hacerse del control de la Fiscalía en lugar de, primero, instruir que se localizara a esos que no han sido hallados.
¿Y Lutgarda Madrigal de la CEB?
Meciéndose en la hamaca.
La única acción que ha realizado en estos días -y que fue en general para todos los desaparecidos- ha sido prohibir a las madres buscadoras poner carteles de sus seres queridos en algunos municipios porque "afean" los espacios urbanos.
Ahora que los colectivos instalarán los que llaman "Árboles del Dolor" o sea pinos navideños con las fotografías de los desaparecidos en lugar de esferas, la comisionada Madrigal y la fiscala Lela Jiménez harán dupla para censurarlas y mandar a retirarles sus expresiones de dolor sobre todo en los centros históricos y los 'pueblos mágicos' por ser adefesios.
En cuanto a la cifra de damnificados, las víctimas no mortales pero víctimas al fin, el dato es de 200 mil en 74 municipios, según lo dicho por la gobernante el pasado 3 de diciembre ante el congreso local.
Ufana, asegura que ya todo está aseado y de pie.
Que las autoridades sí se apuraron a alertar y auxiliar a la gente.
Describe la situación como si hubieran sido eficientes y empáticos cuando es lo contrario y de eso dan testimonio los mismos damnificados.
Ahora mismo hay poblados en la Huasteca Alta que siguen incomunicados, llevan dos meses así y para acceder a víveres, medicamentos y agua potable siguen enviando brigadas de sus mismos lugareños para sortear barrancos, ríos y matorrales.
La ayuda gubernamental les llega a cuenta-gotas y, acusan, que la mayoría de las veces hasta "rasurada".
Vaya y una verdadera oda a la desidia gubernamental fue el derrumbe del monumento llamado El Cocotero, que desde el 2004 adornaba la entrada a Álamo, uno de los municipios más afectados en octubre, pues su estructura se debilitó con las inundaciones y pasaron dos meses sin que se sometiera a peritaje y restauración.
Y así hay otros edificios y monumentos en riesgo.
Ahora la zacatecana Rocío Nahle sale al paso prometiendo que pondrá otro igual cuando su administración debió anticiparse al derrumbe y no a remendar.
Sólo falta que ponga a Xóchitl Molina, su secretaria de Cultura, a diseñar y colocar el nuevo monigote. Risas.
MARRANOS MARRONES
Los censos de la Secretaría del Bienestar para recibir apoyo con dinero en efectivo es otro galimatías.
Abundan testimonios -que no son rumores ni especulaciones- de personas que han sido excluidas de los listados sólo porque habitan en secciones electorales, donde perdieron los candidatos de Morena en las elecciones municipales pasadas.
Otros acusan que crearon "falsos damnificados" metiendo a familiares, amigos, compadres y parejas de funcionarios así como a operadores electorales de Morena para que accedan a los dineros repartidos dejando fuera a los verdaderos necesitados.
Por eso se reitera que es un batidero de lodo político donde los marranos marrones -rima y encaja- retozan a su gusto.
En fin, ya dos meses y contando.
La estrategia del gobierno nahlista sobre el desastre del norte es mediática y se basa en el silencio buscando que se olvide, que salga de la conversación pública.
Aplican la "duartiña" del "aquí no pasó nada", ya todo está limpio, de pie y la gente feliz.
Que la tlaxcalteca Guadalupe Osorno de Protección Civil no incurrió en negligencia criminal, que no hicieron falta los seguros contra daños catastróficos, que no se atacó a los "influencers" que acudieron a ayudar y a documentar el desastre y que nunca existió desidia ni indolencia en los acaldes de la zona.
En resumen, no hay nada que cuestionar ni mucho menos investigar o castigar.
Y "a otra cosa mariposa", es la tirada de la gobernante y sus propagandistas.
Eso es lo que desea el régimen, pero no la realidad.
Hacer olvidadizo el asunto no les será fácil y aunque ahora no haya consecuencia política inmediata -sólo la impopularidad de la propia Nahle que es sotanera en todas las encuestas de opinión- para las elecciones de diputados federales del 2027, vendría el desquite en los distritos norteños.
*Envoyé depuis Paris, France.
