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Activistas y gente solidaria llevan meses denunciando la falta de fórmulas lácteas para alimentar a unos 130 niños menores de dos años que son hijos de madres portadoras del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y que no pueden darle...

Por Andrés Timoteo

NIÑOS EN PELIGRO

Activistas y gente solidaria llevan meses denunciando la falta de fórmulas lácteas para alimentar a unos 130 niños menores de dos años que son hijos de madres portadoras del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y que no pueden darle pecho porque los contagiarían.

El desabasto del lácteo en los Centros Ambulatorio para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (Capasits) se volvió crisis el mes pasado por lo que diversas organizaciones civiles realizaron la campaña “Una carita feliz” para recolectar mil 100 botes de leche.

Lo lograron pero no solucionaron el problema.

Y en este mes tendrán que volver a convocar a la solidaridad de la gente -léase a la caridad- porque los Capasits siguen sin el producto.

La doctora Patricia Ponce, representante del Grupo Multisectorial en VIH-SIDA y Premio Estatal a la Mujer 2017, dijo respecto a esta campaña de recolección de fórmulas lácteas que los bebés...

“Son hijos de madres que tienen VIH, que nacieron ellos sin VIH porque llevaron todo un tratamiento, vía cesárea porque sus madres se cuidaron”.
“Son hijos e hijas de mujeres en condición de pobreza, indígenas, de colonias populares y que hoy no tienen alimento para sus hijos, pues deben ser alimentados con sustituto de leche materna y la Secretaría de Salud no se los está proporcionando”.

Las madres de los pequeños, agregó, no cuentan con los recursos para comprar la leche sustituta, “entre 200 y 300 pesos que vale un bote”, y el peligro es que “ante la necesidad tienen la tentación de amamantar a sus hijos por esta vía, transmitirles el virus, al oír llorar a sus hijos corren la tentación de darles la teta”.

Es términos llanos, lo que la doctora Ponce y otros activistas exponen es que hay 130 pequeñitos en Veracruz en riesgo de morir ya sea de hambre o a largo plazo por el riesgo de ser contagiados con el VIH y las autoridades siguen tan indolentes como negligentes.

Y el desabasto continúa. Las madres que acuden a los Capasits de Jalapa, Orizaba, Córdoba, Poza Rica, Coatzacoalcos y el puerto de Veracruz no reciben el producto y no tienen con qué alimentar a los bebés.

Ante eso, desde el 25 de octubre pasado, el Grupo Multisectorial en VIH-SIDA y otras agrupaciones interpusieron una queja formal ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y pidieron también la intervención de Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el sida (CENSIDA) para tratar de revertir la situación y que se supere la crisis en el abasto de fórmulas lácteas.

Pero esta crisis no vino sola, en los mismos Capasits hay también desabasto de medicamentos antirretrovirales desde hace tiempo y la falta de lácteos para los niños hijos de madres portadoras del VIH es solo el síntoma más visible de lo que pasa y lo que viene.

El activista orizabeño Jairo Guarneros, también integrante del Grupo Multisectorial, asegura que...

“no hay explicación para tal desabasto más que el desinterés (del gobierno) para atender este asunto a pesar de que es una obligación garantizar el bienestar de los hijos de las mujeres que viven con VIH”.

LA GUADAÑA GUINDA

Y le atinó. La palabra clave es desinterés. La gente se puede morir y en el gobierno morenista no les mueve nada. Solo vean el Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2026 que fue aprobado y que golpeará a varios institutos y sectores sanitarios que atienden a determinados grupos sociales afectados por diversos padecimientos, uno de ellos el CENSIDA.

De acuerdo a los analistas, aunque su presupuesto absoluto pasará de 565 millones a 576 millones -sólo 11 millones de incremento-, considerando la inflación eso significa una reducción del 2.7 % en términos reales.

Lo anterior a pesar de que cada año México registra hasta 20 mil nuevos casos de VIH con todas las implicaciones en los servicios de salud para ser atendidos en los Capasits.

Eso va concatenad a la atención de los niños que dependen de fórmulas lácteas porque no pueden consumir la leche materna.

Así, lo que aprobaron los 355 diputados federales de Morena, PT y PVEM el jueves es la guadaña guinda para mucha gente.

Ayer, la presidenta Claudia Sheinbaum intentó desmentir el recorte presupuestal al sector salud con un juego de palabras:

“No hay recorte, el tema es que se cambió la presentación de los datos. Puede llegar a parecer que los institutos nacionales tienen menos presupuestos, pero en realidad los presupuestos vienen de otros fondos”.

¿Alguien le cree? O mejor dicho, ¿alguien le entiende?

Si el dinero no viene del presupuesto aprobado entonces no es recurso legal y no será aplicado.

Se trata de un intríngulis para engañar a la opinión pública.

A propósito, hace semanas los reporteros le preguntaron al secretario de Salud en Veracruz, Valentín Herrera, sobre el desabasto de leche para estos niños y el tipo salió corriendo.

“Ahí que les explique la gobernadora, esa información la maneja ella”.

¡A buen árbol se arrima! La aludida no ha dicho una palabra y sigue indiferente ante el riesgo que corren los 130 niños veracruzanos.

Vaya, no fueran zacatecanos.

Y ni así, dirían otros.

Envoyé depuis Paris, France.