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TEXTO IRREVERENTE | NAVIDAD ROJA - Diez muertos, hasta el momento, por un accidente carretero en la Huasteca Alta, cientos de burócratas sin dinero porque el gobierno les ‘jineteó’ su bono de fin de año, un bebé baleado...

Diez muertos, hasta el momento, por un accidente carretero en la Huasteca Alta, cientos de burócratas sin dinero porque el gobierno les ‘jineteó’ su bono de fin de año, un bebé baleado durante un enfrentamiento entre criminales...

Por Andrés Timoteo
NAVIDAD ROJA

Diez muertos, hasta el momento, por un accidente carretero en la Huasteca Alta, cientos de burócratas sin dinero porque el gobierno les ‘jineteó’ su bono de fin de año, un bebé baleado durante un enfrentamiento entre criminales, al menos una persona ahogada y varios poblados tuxtlecos inundados, es el saldo inmediato de la Navidad 2025 en Veracruz.

A lo anterior súmenle las mil 500 personas desaparecidas, devoradas por la violencia mafiosa en este año, 67 feminicidios -hasta noviembre y es la cifra oficial pues la Fiscalía General cambió la clasificación del delito para ‘rasurar’ la estadística- y el desastre que continúa en municipios de la zona norte a dos meses y medio de las inundaciones de octubre.

Entonces, el reporte es calamitoso, es una Navidad empapada de sangre, miedo, incertidumbre y dolor.

Así las primeras fiestas navideñas en la era nahlista.

Claro, no todo es responsabilidad de la gobernante, pero sí el 80 por ciento de esas peripecias son consecuencia de su desempeño al frente del gobierno veracruzano.

Por ejemplo, el autobús de pasajeros que se precipitó a una barranca en Zontecomatlán la tarde del 24 de diciembre -accidente en el que diez personas murieron y otras 30 resultaron heridas- se debió a las pésimas condiciones de la carretera cuya carpeta es una ruina y el suelo sigue reblandecido desde las lluvias de octubre.

En el gobierno estatal dicen que ya “todo está de pie” pero ese accidente carretero es prueba fehaciente de que eso es mentira, una consecuencia colateral y muestra de la desatención y desidia de las autoridades, específicamente de la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública (Siop) para atender y remediar los daños en la red de carreteras y caminos.

Decenas de vías y puentes en la Huasteca Alta quedaron intransitables tras las lluvias de octubre y los lugareños las tienen que usar a pesar de los riesgos ya que son las únicas rutas de movilización.

Por cierto, colegas de la zona huasteca cuentan que muchos de los heridos de ese ‘carreterazo’ tuvieron que llevarlos a hospitales de Hidalgo porque en los nosocomios de Chicontepec y Huayacocotla de plano les dijeron que ahí no tenían ni médicos ni medicamentos.

Además de que los trabajadores están muy enojados por la jugarreta que el secretario de Finanzas, el poblano Miguel Reyes, les hizo con su bono de fin de año al cual lo quiso convertir en un sistema de pago en especie -tiendas de raya al estilo porfirista, les han llamado- para hacer negocio con un consorcio de tiendas comerciales.

Claro, no es que los empleados de esos hospitales haya incurrido en una negligencia con los heridos del accidente en Zontecomatlán sino que simplemente les dijeron la verdad, se decidieron a ya no ocultar nada: esos centros están casi desmantelados por la falta de dinero e insumos y los negocios que desde Jalapa hacen con el presupuesto sanitario.

Los hospitales veracruzanos están en rojo, igual que la Navidad bajo el nahlismo.

LOS TIENE EN SU MENTE

A propósito, la zacatecana Nahle difundió su mensaje navideño asegurando que “las familias de la Huasteca están en su pensamiento y su corazón, y que cuentan con todo su apoyo”, pero no les dedicó ningún mensaje de aliento ni de información mínima ni de compromiso por el accidente en Zontecomatlán.

Cierto es que éste ocurrió casi a la misma hora en que el mensaje de la gobernadora era difundido, pero no hubo otro adicional pese a que la situación lo ameritaba.

Ni lo hubo durante toda la mañana de jueves.

La señora no quiso interrumpir su ágape navideño en la mansión de El Dorado pese a los muertos y el luto en aquel lugar.

¿No que a los huastecos los tiene en su mente y corazón?

La va a castigar el Niño Dios por mentirosa.

La Navidad roja -no por el cromo típico de la temporada sino por el color de la sangre- tuvo otro caso que reboza la indignación de todos: la muerte de un niño de un año de edad que fue alcanzado por una bala que le impactó en su cabeza durante un enfrentamiento armado entre bandas del crimen organizado en la comunidad Jalapilla del municipio de Rafael Delgado, en las faldas de la Sierra de Zongolica.

E indígnense más, la versión de los colegas que cubren las ‘fuentes vivas’ en la zona centro es que nunca llegó una ambulancia y los padres del pequeño lo llevaron en un vehículo particular hasta el Hospital Regional de Río Blanco y ¿qué creen?

¡Allí tampoco tenían médicos ni medicamentos ni equipo para tratar al bebé!

Por eso lo tuvieron que trasladar a la clínica privada Covadonga de Orizaba donde llegó sin vida.

¿Los padres del niño tuvieron una feliz y resiliente Navidad como lo aseguró en su mensaje la gobernadora de que así sucedería con todos los veracruzanos?

Y otro por cierto: ¿no que a los criminales se les iba acabar la fiesta según lo anunció ella misma y que no iba a permitir que siguieran matando gente?

Se los advirtió en marzo, ya pasaron nueve meses y la pachanga sigue en apogeo, por todos lados y a todo volumen.

La madrugada de ayer, en plena Navidad, el pequeño Ethan Zair perdió la vida porque los mafiosos continúan enfiestados en las narices de la zacatecana.

*Envoyé depuis Paris, France.