Por Andrés Timoteo
¿MAL FARIO O KARMA?
¿Mala suerte política o consecuencia de la inacción? Vaya que a la gobernante en turno, Rocío Nahle, la atosiga la realidad que la vapuleó el día en que la presidenta Claudia Sheinbaum fue a conmemorar los 200 años de la expulsión de los últimos reductos de la Corona Española, pues los criminales la recibieron con un asesinato político.
En Zongolica, unos sicarios mataron al exalcalde, exdiputado y exdirigente perredista Juan Carlos Mexhua.
Fue una ‘ejecución’ al puro estilo de la mafia y es el segundo político de esa región serrana que el crimen organizado asesina en el primer año del sexenio nahlista.
El 9 de diciembre del 2024 mató del mismo modo al entonces edil con licencia y diputado federal Benito Aguas, caso que sigue impune hasta la fecha aunque no se precisa mucha sapiencia para deducir el trasfondo:
Fue la delincuencia organizada que campea por el estado, es tolerada por las autoridades y ajusta cuentas con los que no cumplen acuerdos.
Once meses después, otro asesinato político que además enmarcó la gira por la entidad de Sheinbaum y del secretario federal de Seguridad, Omar García Harfuch quien lidera la política de combate al crimen organizado.
Golpe que la realidad le propina a Nahle quien otra vez queda mal con su jefa política Sheinbaum por la descomposición del estado.
Golpeado igualmente el defeño Alfonso Reyes, el secretario local de Seguridad, expuesto frente a su jefe García Harfuch.
Elocuente escenario: Nahle y Reyes recibieron a Sheinbaum y Harfuch en Veracruz con un baño de sangre.
Tras el asesinato de Benito Aguas la zacatecana se apresuró a minimizarlo diciendo que era un “hecho aislado”.
Tal vez ahora repita lo mismo, pero para su infortunio este nuevo “hecho aislado” le descompuso el clima, la narrativa y la percepción durante la visita presidencial. ¿Mal fario o karma político?
Por cierto, Mexhua es ejemplo de que la política -la mala- es un tragadero de hombres.
Comenzó como luchador social pero en el camino se corrompió, se enriqueció robando del erario y traicionó sus orígenes, ideales y causas -fue de los que más denunció el asesinato de la indígena Ernestina Ascensión Rosario por militares en el 2007- y al final terminó como otra víctima del crimen organizado y con la sospecha adosada de que esta le ajustó cuentas tras la riesgosa connivencia.
EL ABUELO SIMPSON
Hipersomnia se llama lo que padece el diputado sureño y coordinador de la legislatura estatal, Esteban Bautista.
No es su culpa que se haya dormido -o ‘cabeceado’, como dijeron- durante una de las pasadas comparecencias en la glosa del primer informe de la zacatecana Nahle.
Nadie es culpable de padecer una alteración del sueño que lo haga dejarse mecer en los ‘brazos de Morfeo’ por instantes.
La hipersomnia puede atacar a todos, pero en especial pega a las personas de la tercera edad debido a enfermedades paralelas y la alteración de descansos nocturnos.
A los que la llegan a padecer hay que comprenderlos y facilitarles que esos episodios de sueño involuntario sean placenteros y reparadores.
Ahí les faltó cortesía a la diputada Indira Rosales y los otros legisladores que estaban junto a Bautista. ¡Le hubieran acomodado una almohada!
Qué desconsiderados fueron con ese adulto mayor.
A los abuelitos durmientes no hay que estigmatizarlos, se insiste, al contrario se les debe procurar porque son nuestro espejo a la distancia y además un regalo divino.
Pero Bautista no es un abuelo común ni inocuo ni provoca ternura, es un político marrullero que representa un régimen intolerante y abusivo por eso se lo merendaron en las redes sociales cuando lo fotografiaron durmiendo.
El señor alega que no estaba en el quinto sueño sino revisando su teléfono móvil y que el fotógrafo lo pescó mal acomodado.
Ajá, sólo le falta decir que le cerraron los ojos y le inclinaron la cabeza con la inteligencia artificial.
Por cierto, los abuelos en el pueblo, sobre todo los que son muy católicos, siempre advierten a los nietos que cuando se duermen en misa es porque un gallo se le para en la cabeza y ese animal emplumado es el demonio mismo.
Así le pasó al ‘tatahuico’, se le paró el gallo maléfico en la testa durante la misa legislativa. Risas.
En fin, Bautista no tiene por qué avergonzarse de su hipersomnia, es un adulto mayor y arrastra los achaques de la edad.
Para corregir el episodio basta con que lo admita, ofrezca una disculpa y en adelante se le comprenderá cuando vuelva a ‘cabecear’ en público.
Así de simple. Ah y que tenga siempre a la mano sus pastillas de Provigil.
También debe tomar con donaire las críticas, algunas mordaces porque así es esto de la política. Que se ría cuando le digan que “ya chochea” y “está senil”.
Y que demuestre lo contrario, aunque dados los resultados en su encomienda parlamentaria al parecer esto le vale un cocol con nata.
Uno de los ‘memes’ más divertidos es en el que lo comparan con Abraham Jedediah Simpson, padre de Homero y abuelo de Bart en la serie animada estadounidense “Los Simpson” que padece de lo mismo: hipersomnia.
Ambos abuelos se quedan ‘jetones’ cuando se les requiere despiertos. Risas de nuevo.
*Envoyé depuis Paris, France.
