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TEXTO IRREVERENTE | LO VOLVIÓ A HACER - Abogados, políticos, analistas y la prensa misma se lo advirtió: la señora es impresentable, una infractora de la ley, nada proba, tiene un historial manchado y...

Abogados, políticos, analistas y la prensa misma se lo advirtió: la señora es impresentable, una infractora de la ley, nada proba, tiene un historial manchado y además está impedida legalmente para ocupar el cargo. Y la gobernante en turno...

LO VOLVIÓ A HACER

Abogados, políticos, analistas y la prensa misma se lo advirtió: la señora es impresentable, una infractora de la ley, nada proba, tiene un historial manchado y además está impedida legalmente para ocupar el cargo.

Y la gobernante en turno lo volvió a hacer: nombró a Aurelia Jiménez como nueva fiscal general de Veracruz.

Ya lo hizo antes con otras impresentables, herencias del sexenio pasado y que han comprobado su ineficacia como servidoras públicas.

A Namiko Matzumoto la puso en la Comisión Estatal de Atención a Víctimas, a Lutgarda Madrigal la ratificó en la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y a Zaira del Toro en el Instituto Veracruzano de la Mujer.

Lo anterior solo por citar los casos femeninos que la zacatecana presume como paridad en su gabinete.

En Francia hay un dicho popular que bien retrata el empecinamiento de Nahle con esas cuestionadas funcionarias:

“Ceux qui se ressemblent, s'assemblent” (“los que se parecen, se juntan”)

pero, en México, los abuelos que son más claridosos simplemente dirían

“Dios las hace y ellas se juntan”.

Más aún, el asunto recuerda aquel arreglo que en el noticiero de LatinUs le hicieron a la canción “Tomo me sale mal” de El TRI y que se lo dedicaron al tabasqueño Andrés Manuel López Obrador -cuando gobernaba oficialmente-:

“La banda le dice que todo lo que hace, /que todo lo que hace está mal/ y lo vuelve hacer. / El pueblo le dice que todo lo que hace,/ que todo lo que hace está mal/ y lo vuelve hacer”.

Risas.

Así Nahle porque tanto con Lela Jiménez como con Matzumoto, Madrigal y Del Toro hubo advertencias sobre sus perfiles desastrosos y negligentes, y aún así las incorporó a su gabinete.

Mal para ella -que es lo menos que importa- y peor para los veracruzanos -que serán los más dañados con esas señoras a cargo de encomiendas públicas muy sensibles-.

En la teoría de la gobernanza hay algo que llaman “Gestión de las Expectativas” que es el reto de los mandatarios para bien llevar y salir bien librado de la etapa cuando ya encabezan una estructura de gobierno y las expectativas azuzadas con promesas de campaña comienzan a desmoronarse una vez que se topan con la realidad -presupuestaria, política y de grupos de poder fáctico-.

Para evitar que los gobernados se decepcionen tempranamente y hacer que el funcionario se mantenga en la benedicencia popular, los teóricos aconsejan cumplir con lo básico como son las formas y los modos más que el fondo, y sobre todo -subrayan- evitar la contaminación de terceros, esos que les acarren impopularidad y rechazo de la gente.

En palabras más accesibles, que no se junte ni con corruptos ni con ladrones ni con haraganes ni con nefastos -ni con pendejos, dirían otra vez los viejos del pueblo- porque eso se pega.

Hay quienes deducen que eso es casi imposible en la ‘Realpolitik’, pero sí han habido casos en que un gobernante sobrelleva con éxito la etapa de cuando las expectativas comienzan a flaquear y, aún más, los hay quienes han dado sorpresas gratas a sus gobernados a pesar de que llegaron con expectativas bajas.

Son los menos, verdaderas ‘perlas raras’, pero los hubo y los hay.

En México, el mejor ejemplo es el general Lázaro Cárdenas, considerado como el mejor presidente postrevolucionario.

Y ahora mismo en el plano internacional está el ucraniano Volodymyr Zelensky quien llegó a la presidencia tras ser actor cómico protagonista de chistes y ‘memes, y hoy es un jefe de Estado con resonancia global y acopia en su entorno el sentimiento patrio en medio de la guerra.

Y en Veracruz, el que llegó con las peores referencias dado su oscuro pasado como funcionario federal de seguridad fue Fernando Gutiérrez Barrios que en dos años logró que los jarochos se sorprendieran para bien y hasta lo apodaran “el hombre leyenda”.

Entonces sí se dan los casos raros.

¿MANO NEGRA?

En la campaña electoral del 2024, Nahle no levantó muchas expectativas, quizás la más socorrida fue que sería diferente a su antecesor Cuitláhuac García y que se rodearía de colaboradores también diferentes a los del sexenio pasado.

Pero esa mínima esperanza ya se desvaneció.

La tapia más reciente es el nombramiento de Lela Jiménez, expresidenta del Tribunal Superior de Justicia (TSJE) al frente de la Fiscalía General.

Con ella vienen peores tiempos en la procuración estatal de justicia.

A propósito, Verónica Hernández dijo que se va orgullosa de lo que hizo al frente de la Fiscalía, pero en realidad se va impune pese a sus omisiones y violaciones legales.

Se ufana de sus tropelías y de servirle abyectamente a sus jefes del momento, no al pueblo veracruzano, sin importar que retorciera la ley y pervirtiera la procuración de justicia.

El recuento ominoso de la tuxtleca es largo y también son numerosos los veracruzanos que fueron sus víctimas, pero la que llega no es mejor.

Es divertido -aunque trágico para los veracruzanos- que la señora Jiménez Aguirre también esté identificada con el exsecretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros, que -se supone- es enemigo jurado de la zacatecana.

Hum, ¿tres mujeres y un camino?, ¿hubo ‘mano negra’?

Envoyé depuis Paris, France.