
Por Andrés Timoteo
JUEGO DE MESA
El conflicto postelectoral en Poza Rica y Papantla es un clásico del pasado.
Cuando gobernaba el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de manera hegemónica y algún partido opositor ganaba alguna plaza importante -alcaldía, diputación o gubernatura- se la arrebataba con chanchullos.
Por eso se acuñó la expresión: "lo que no se gana en las urnas, se gana en la mesa" pues además el árbitro electoral tenía uncidos a jueces, magistrados y ministros.
No olviden que en los comicios estatales del 2004 pese a todo el dinero público invertido en la campaña del candidato priista, el innombrable, y de que un cartel del crimen también lo financió, este no pudo ganarle al panista Gerardo Buganza.
Y entonces le arrebató la victoria en la mesa.
Buganza lo había rebasado por más de 300 mil votos, pero en los tribunales le dieron la vuelta y le dieron el triunfo al innombrable con una diferencia del 1.27 por ciento, unos 35 mil sufragios.
Lo que la fidelidad y el priismo no pudieron ganar en las ánforas electorales, lo hicieron en la mesa, el clásico fraude de toga y corbatín.
Con la diferencia de que el fraude se cometió la misma noche del conteo electoral por la manipulación del sistema de computo, lo mismo le pasó al tabasqueño Andrés Manuel López Obrador en las presidenciales del 2006.
Y el chanchullo fue validado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación entonces conocido como Trife.
Este le reconoció el triunfo espurio al panista Felipe Calderón con una diferencia de apenas 0.56 por ciento frente a López Obrador.
Ahí fue el régimen panista fue el que le copió al priismo: lo que no ganó en las urnas lo hizo en la mesa.
Hoy en Veracruz los del nahlismo- cuitlahuismo juegan el mismo juego.
Lo que no ganaron con sufragios lo quieren obtener sobornando y amenazando a funcionarios electorales, jueces y magistrados.
En Papantla hicieron el enjuague durante el conteo revirtiendo el triunfo del emecista Mariano Romero a favor del morenista Gonzalo Flores.
Ahí implementaron otra modalidad clásica de fraude en colusión con la presidenta del Organismo Público Local Electoral (OPLE), Marisol Delgadillo -le dicen "Fraudisol Delga-pillo", risas-.
Ella maniobró la maquinación trasladando los paquetes electorales a Jalapa y una vez que se abrieron ya estaban anuladas cientos de papeletas a favor del candidato anaranjado.
Sin pudor forzó un triunfo espurio del guinda con 400 votos de diferencia.
En Poza Rica no lograron hacer lo mismo porque además de que la diferencia obtenida por el emecista Emilio Olvera fue más grande -unos tres mil votos- sobre la morenista Adanely Rodríguez, los naranjas estuvieron al pendiente y vigilando la paquetería electoral.
VERSIÓN SOR JUANA
Por eso ahora van a quitarles la victoria en la mesa.
Ya el Tribunal Electoral de Veracruz (TEV) ordenó el recuento de votos pues -se presume- los paquetes ya fueron alterados para revertir el resultado.
Pero el fallo del TEV es ilegal porque la petición de Morena fue extemporánea.
Si el soborno no escala a la Sala Regional del TEPJF, está lo echará abajo, aunque tal vez sea necesario elevar la impugnación ante la sala superior del tribunal.
Todo dependerá de cuánto quieran torcer la ley los guindas y cuánto quieran resistir los naranjas.
El resumen es que el nahlismo están haciendo lo mismo que hacía el PRI cuando era hegemónico y lo mismo que hizo el PAN contra su caudillo tabasqueño: robarles triunfos electorales legítimamente ganados.
Tienen la maldición de Nietzsche porque se convirtieron en los monstruos que decían combatir.
Aunque hay diferencias.
Los morenistas de la aldea son muy burdos para el enjuague.
Solo reparen en quién fue a sobornar a los magistrados del TEV, uno de los "operadores" más torpes e ineficientes del momento, el tuxtleco Juan Gómez, delegado de la Secretaría del Bienestar.
El tipo además de que no cuida las formas y ni siquiera logra amarrar correctamente las agujetas de sus tenis Lagerfeld, es muy fanfarrón.
Incumple el manual del buen político tramposo por no guardarse algo para el impasse ni dominar el arte de "la intriga y la tenebra".
Si lo mandó la gobernante Rocío Nahle fue un mal tino pues ya ven cómo le resultó el trapicheo de la Ley Nahle, además que no ayudó a Morena a ganar ni siquiera un centenar de ayuntamientos pese a tener el control de los programas sociales y los Siervos de la Nación.
Otros dicen que él mismo se autoasignó la encomienda pues se asume como el "vice-gobernador" del estado y pregona que sin él la zacatecana no sería ni lograría nada.
Sea como sea, este señor es la versión masculina en aquel poema de Sor Juana Inés de la Cruz: es el peor de todos.
No por malo ni perverso sino por chafa, risas.
Y la otra arista, ¿por qué la zacatecana está empecinada en robarle el triunfo a MC en Poza Rica si la candidata guinda no es su cercana y el alcalde saliente era malquerido del cuitlahuismo y bien lo podrían culpar de la derrota?
En los mentideros políticos dan la respuesta: en ese ayuntamiento sus parientes políticos, los Hoyos Peña, tienen negocios desde hace ocho años y no va a permitir que se los quiten.
*Envoyé depuis Paris, France.