
Por Andrés Timoteo
FOBIA DEMOCRÁTICA
Descompuesta, casi colérica, la gobernante en turno Rocío Nahle embistió verbalmente a los ciudadanos que a través de una plataforma digital están recogiendo firmas para pedir un referendo de revocación de su mandato para el 2027.
Les dio a entender que son ilusos y pierden su tiempo porque ella gobernará hasta el 2030.
"Ahí que se entretengan", dijo con la intención de burlarse, pero como a la señora no se le da el arte de la ironía pues lo siguiente fue la broza salival: "No voy a darle contentillo a carroñeros".
Quiso parecer lapidaria pero ella misma de auto-descalificó porque la carroña es carne podrida por lo que se entiende su gobierno tienen tal condición.
¿No hay quién asesore a la funcionaria en semántica? Al parecer no pues dicen que su consultora mediática principal, la tal María de la Cruz Vázquez, es igual de rústica en la retórica.
Nahle también afirmó -a guisa de argumento defensivo- que ella está en tal cargo porque hay "un sistema democrático y vamos -fuimos, debió decir- a las urnas".
Un argumento pobre y descolocado que no le alcanza para justificar su negativa -y miedo- para someterse a una consulta pública de revocación de mandato.
Y no le da porque su mismo partido, su mismo caudillo y su misma "cuarta transformación" pugnaron, legislaron y decretaron en leyes para tal proceso revocatorio.
El tabasqueño Andrés Manuel López Obrador se cansó de repetir que "el pueblo pone y el pueblo quita", "que con el pueblo todo y sin el pueblo nada" y "el pueblo bueno también es sabio y hay que obedecer sus decisiones".
Todos los morenistas, entre ellos Nahle, lo coreaban como mantras de conducta político-gubernamental.
Entonces, ¿por qué ahora la zacatecana le tiene corre al "pueblo bueno" y la considera una acción carroñera?
Alega que los que piden tal ejercicio democrático son "lo peor de un sector".
¿Un sector es el pueblo? Lo minimiza ahora que no le conviene la democracia.
¿Por qué tal fobia?
Simple, por miedo.
La evaluación de pueblo la aterroriza pues sabe que perdería un referendo y su gestión no pasaría del 2027.
Esas ánforas de votación de las que Nahle presume haber salido ahora son su pesadilla.
Encomia la democracia, pero la palabra misma contradice su actual postura: "demos" y "kratos", el gobierno del pueblo o sea "el pueblo pone y el pueblo quita", ¿no?
Sin embargo, como la consulta de revocación de mandato ya es ley, los interesados tienen un asidero constitucional para exigirla en Veracruz a pesar de ella.
Cierto, en el congreso local se niegan a armonizar la legislación estatal con la federal, pero incurren en el delito de incumplimiento de un deber legal y ahí hay paño jurídico suficiente para impugnar.
LA RUTA: LOS AMPAROS
Los ciudadanos que buscan la revocación deberán usar los instrumentos de la ley, es decir promover amparos judiciales contra el congreso local en lo general y en lo particular contra el coordinador parlamentario Esteban Bautista y demás diputados que se niegan a legislar.
Los jueces, magistrados y ministros tendrán que darles la razón porque la revocación de mandato está en la Constitución -en el artículo 35-, es regla suprema y debe ser acatada por autoridades locales.
Además se tiene la Ley Federal de Revocación de Mandato que es el texto que debe inspirar la respectiva ley estatal.
¿Cuántas firmas ciudadanas se han recolectado para exigir a los legisladores que hagan su trabajo en este tema?
Las que sean, ahora que de la exigencia se pase a la jurisdiccionalidad o sea que cada firmante signe una petición de amparo.
Hay que inundarlos de amparos: diez, cien, mil, un millón.
Ningún juzgador podrá desestimarlos porque el agravio que se argumentará en los documentos es una violación constitucional.
Los juzgadores tarde o temprano tendrán que dictaminar y ponerles un alto a los diputados locales que no quieren crear la Ley Estatal de Revocación de Mandato para que se convoque a una consulta popular en el 2027.
En Zacatecas -¡oh coincidencia!, la tierra de Nahle- la exigencia ciudadana a través de amparos logró obligar al congreso local armonizar las leyes.
Lo tuvo que hacer y el 12 de septiembre del 2024 se publicó la Ley de Revocación de Mandato del Estado de Zacatecas y ya en diciembre tenían las firmas para que el Instituto Electoral de Zacatecas (IEEZ) emitiera la convocatoria para la consulta en este 2025.
Ya casi se acaba el año y el IEEZ no lo ha hecho, ha desechado peticiones con argumentos técnicos, pero la exigencia ciudadana es inamovible.
Allá no quieren que el morenista David Monreal termine su gobierno en octubre del 2027, pero éste ha bloqueado el proceso ahora en el órgano electoral ya que no pudo seguir obstaculizándolo en el Legislativo.
En septiembre pasado, la firma Arias Consultores informó que el 89.3 por ciento de los zacatecanos quiere la revocación para que se vaya Monreal y solo el 10.7 lo respalda para concluir su gobierno.
¿Cómo creen que están los números en Veracruz?
De ahí que a Nahle le apanica el asunto.
Vaya, ¿quién iban a decir que en Zacatecas está la ruta a seguir en Veracruz y que no todo lo que viene de allá es pernicioso?
*Envoyé depuis Paris, France.