Por Andrés Timoteo
ENNOCHEBUENADOS
La mercadotecnia adelanta todo y, ni modo, hay que lidiar con eso.
Cuando todavía no acababa noviembre ya se vendían productos navideños y ahora mismo por doquiera se ven locales adornados con ese motivo.
En ese alboroto hay cosas positivas para la economía local y nacional.
El plato fuerte de la temporada navideña adelantada es la venta de la icónica planta de Nochebuena o Flor de Pascua que, por cierto, es originaria de México.
Su nombre indígena es Cuetlaxochitl, Flor de Fuego por su rojo encendido, el primigenio y más frecuente, aunque ahora con la biotecnología se han conseguido colores diversos y algunos hasta estrambóticos.
Pues bien, la recomendación para todos es comprar plantas producidas en el país y no las importadas, especialmente de China que ha invadido el mercado local no sólo con la Nochebuena sino también con la Flor de Cempasúchil para las fiestas de Todos los Santos.
¡Digan no a las flores chinas!
La mayor producción de Nochebuena en el país se concentra en los estados de Morelos, Puebla, Estado de México y Michoacán, pero en Veracruz también hay áreas de cultivo en los municipios de Emiliano Zapata, Jilotepec, Coatepec, Cosautlán y Jalapa.
Cierto, la producción estatal no alcanza las 200 mil plantas o sea menos del 1 por ciento de la producción nacional, pero en algunas localidades es vital para la economía de muchas familias.
Por ejemplo, la comunidad de La Estanzuela, poblado de Emiliano Zapata, es la mayor productora con alrededor de 100 mil plantas por año y del ciclo cultivo-venta decembrina dependen viveristas, transportistas, comerciantes y demás.
A partir del viernes en los viveros estanzuelanos comenzará el Festival de la Nochebuena que durará hasta el domingo.
Claro que la venta de plantas continuará todo el mes, pero en esos tres días se ofertarán los mejores ejemplares y lotes a precios atractivos.
Hay que consumir de los productores locales, pues.
Hay que reconocer la resiliencia de los pobladores de La Estanzuela pues han sobrevivido y crecido pese a tener un alcalde tan indiferente y nefasto como el morenista Erick Ruiz que este año se quiere 'colgar' del evento y de la producción récord -pasó de 90 mil a 100 mil plantas- queriendo atribuírsela como logro de su gobierno cuando no sólo les negó apoyo sino que hasta los bloqueó.
Ruiz Hernández fue un tiempo el favorito de palacio de gobierno cuando allí moraba Cuitláhuac García y eso le daba suficiente protección para maltratar a sus gobernados.
Esa es la mala nota del Festival de la Nochebuena, que estará metido el tipo.
En todo el país, la producción para este 2025 será de veinte millones de plantas.
De ellas, de acuerdo a reportes de organizaciones agrícolas y oficiales, el 90 por ciento se logrará comercializar.
Sin embargo, la cifra tanto de producción como de venta debería ser más alta, pero la invasión de plantas chinas le está robando mercado a las mexicanas.
De ahí la importancia para que antes de adquirir una maceta cada comprador se fije, pregunte e indague sobre su origen.
Lo mejor, dicen los conocedores, es que lo hagan en lugares donde los ejemplares porten la etiqueta que especifica su lugar de cultivo.
Tal vez sea un poco trabajoso ese procedimiento y hasta una pequeña pérdida de tiempo -al preguntar o buscar al vendedor indicado- pero sus consecuencias benéficas son enormes para los productores nacionales.
Ahí sí vale invocar al patriotismo porque del cultivo, transporte y la comercialización de la Nochebuena dependen miles de familias mexicanas.
Entonces se repite la recomendación para todos los que en este diciembre decidan estar 'ennochebuenados':
"háganlo con flores mexicanas. ¡Digan no a la chinas!"
Y no sólo a las plantas naturales sino también a las artificiales que se importan masivamente de aquel país asiático.
Y ENRAMADOS
Lo mismo con las demás decoraciones especialmente las luces electrónicas baratas que además son un riesgo para la seguridad de personas y hogares.
Recuerden que la mayor parte de los incendios domésticos de la temporada son causados por luces defectuosas chinas.
Ah y tampoco caigan en la tentación tan de moda y tan mercadotecnizada de optar por un pino navideño natural que no esté en maceta.
Sólo reparen en la estadística para comprobar lo trágico de tal costumbre: Los pinos para su venta navideña apenas los dejan vivir entre siete y diez años cuando deberían alcanzar el siglo e incluso más.
No hay que contribuir a esa práctica ecocida de plantar bosques para talarlos enseguida en un afán mercantilista.
No hay que matar un ser vivo y sintiente para tenerlo de adorno unas cuantas semanas.
¡No talen por la Navidad!
Si no se puede acceder a un árbol sintético hay que regresar la práctica ancestral e igual de bonita: la Rama.
En Veracruz, la Rama se pasea, se canta y se baila, y su adornado es toda una artesanía.
En casa se pueden tener ambos, Pino y Rama navideños, pues no están pelados debido al sincretismo cultural, y cuando se carezca del primero y se anteponga la vida -no desde una visión confesional sino de cuidado y supervivencia ecológicos- pues la Rama llama y obliga, ¿no creen?
*Envoyé depuis Paris, France.
