Por Andrés Timoteo
EMILIA, EL DOCUMENTO
¿Ya vieron la película "Emilia Pérez" ganadora en el Festival de Cannes y que se perfila para llevarse varias estatuillas del Oscar para el 2 de marzo? Si no, véanla porque tiene mucho de nuestro entorno, de los tres flagelos que azotan a México: los narcos, los políticos corruptos y los desaparecidos.
Algunos activistas y cinéfilos puristas se quejan del filme señalándolo de banalizar la tragedia de las víctimas de desaparición forzada y se les podría dar la razón pues en la película las madres buscadoras cantan y su lideresa es un capo de la droga arrepentido, convertido en mujer transgénero a la que luego le vuelven a gustar las mujeres y ¿entonces cómo llamarla?, ¿una transgénero lesbiana? ¡Que revoltijo!
Pero tal crítica no procede porque el filme no es un documental sino una historia de ficción aunque se base en contextos reales.
Y es un musical, lo que le permite aún más la fantasía.
No se le puede exigir una reseña rigurosa porque no es una cinta histórica ni periodística.
Su importancia para México es porque toca el tema de los desaparecidos y lo proyecta a las élites mundiales, las poderosas e influyentes que mirarán y catarán la producción del cineasta francés Jacques Audiard quien sí se merece el Oscar al igual que el director de fotografía Paul Guilhaume y, por supuesto, Zoe Saldaña, la actriz dominicana nominada a la Mejor Actriz de Reparto.
La española Karla Sofía Gascón -antes Carlos Gascón- está nominada a la Mejor Actriz pero no es tan buena.
Además de que ya perdió el premio, según los críticos, debido al escándalo de sus 'tuits' racistas y cuasi-fascistas que incomoda a Hollywood.
El lector que vea "Emilia Pérez" coincidirá que Gascón interpreta muy bien al narcotraficante "El Manitas", un macho violento y atemorizante.
¿Por qué esa facilidad?
¡Pues porque es hombre! O, bueno, lo fue para que no se enojen los "wokes". Risas.
Ya como Emilia pues es lo que es. Vaya, algún despistado hasta podría confundirla con Laura León, "La Tesorito", pues le da 'un aire' por tanta cirugía plástica.
Empero, la calificación histriónica y artística hay que dejarla a los expertos del Séptimo Arte.
El calibre social de "Emilia Pérez" es por la visibilización de lo que sucede en México, por ese retrato de la realidad llevado a la pantalla grande y de proyección global.
La cinta si bien no es un documental sí es un documento.
Y un documento bien logrado porque incorpora todos los 'chiclés', prototipos, elementos e idiosincrasia de quienes están envueltos en el mundo del narco, por un lado, y en el de las víctimas, por el otro.
Hay de todo y bien acomodado: las fosas clandestinas, las delaciones de los sicarios para localizarlas, los afiches de búsqueda, los colectivos, las osamentas, una alusión a Ayotzinapa -"los quemamos y los tiramos al río", revela un verdugo-, los políticos, fiscales y policías corruptos, y hasta a la Virgen de Guadalupe como acompañante de las madres buscadoras.
VERACRUZ PARA MAL
Al verla, el espectador tendrá la sensación de que se cumple el clásico de que "todo parecido a la realidad es mera coincidencia" pues en una de las escenas coreográficas la abogada Rita Mora (Zoe Saldaña) le reclama al secretario de Educación por sus "empresas fantasmas" con las que se roba el presupuesto.
¡Ahí le hablan al rioblanquense Zenyazen Escobar!
Y a un gobernador le espeta que fue "puesto en el trono" por los narcos.
¡Como casi todos los mandatarios guindas!
Ah, y para presumir que "Veracruz está de moda" hasta en el cine galardonado -hay que darle crédito a la frase de la zacatecana Rocío Nahle- el estado es mencionado dos veces, aunque para mal.
Una expone que Veracruz está lleno de fosas clandestinas y desaparecidos, y la segunda cuando el capo finge su muerte y localizan su cadáver "en un almacén de Veracruz" donde las balaceras o 'topones' y las 'ejecuciones' son lo cotidiano.
Vaya que Audiard se documentó muy bien sobre la tierra jarocha.
¿Los escribientes nahlistas acusarán al cineasta de ser "un malnacido" por hablar mal de Veracruz?
De colofón, cuando el capo se vuelve bueno y mujer crea un colectivo llamado "La Lucecita".
¿No les suena como a "Solecito"?
ROMANTIZADOS
Lo malo de "Emilia Pérez" es que romantiza a los narcos, intenta humanizarlos y que provoquen cierta empatía.
Eso sí es ficción pura porque ellos son demonios sobre la tierra que siembran el terror y la desolación.
No se redimen.
Y, al cierre del filme, el capo ya convertido en buscadora de desaparecidos termina divinizado por la muchedumbre que lo pasea en procesión representado en una efigie parecida a la Virgen María solo que con manto rojo.
¡Y le cantan alabanzas!
Nadie se enoje ni lo tome como una ofensa a la Virgencita porque el cine es ficción -recuerden- en el que es válida la fantasía y hasta la provocación.
Finalmente, ahora mismo hay un asombroso paralelismo de la cinta con la vida real debido a la propia situación de la actriz Gascón que está siendo repudiada y "cancelada" mediáticamente.
Ella misma cavó su tumba por conflictiva y lengua suelta.
¡Igual que Emilia en la película!
Todo parecido con la realidad...
*Envoyé depuis Paris, France.
