
Por Andrés Timoteo
EMBERRINCHADOS
El hacha de guerra está desenterrada, pero los guerreros no tienen el mismo tamaño.
¿qué pasará? Pues habrá diversión de aquí al 2027 que son las elecciones federales intermedias y tras esa escala con sus escaramuzas vendrá la batalla por el 2030.
Los frentes están definidos: cuitlahuistas y nahlistas unidos contra los huertistas.
Es decir, las huestes del exgobernante Cuitláhuac García y las de su sucesora Nahle contra el senador Manuel Huerta y su respaldo desde el altiplano.
Huerta no solo es fundador de Morena sin que es mucho más de izquierda que Nahle y García.
Él es el rival a vencer del eje nahlista-cuitlahuista, no la oposición, y de ahí los ataques de los testaferros.
La propia Nahle lo aludió como "golpista" y "zopilote" y lo hizo, desde ahora, su enemigo personal, no del partido ni de su gobierno sino de ella misma.
¿El motivo? La zacatecana estalló cuando Huerta se pronunció a favor de armonizar las leyes locales con las federales para hacer efectivo el referéndum para la revocación de mandato, uno de los planteamientos medulares del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador cuando todavía defendía que eso de que "el pueblo pone y el pueblo quita".
Cuitláhuac García archivó tal armonización porque sabía que no pasaría una consulta popular a fin de permanecer en el poder y lo mismo hará Nahle porque el espejismo de su capital político y aceptación popular en el 2025 ya se evaporó -aunque en realidad nunca fue ya que lo tuvo por la inercia de la maquinaria morenista y especialmente del padrinazgo lopezobradorista-.
Pero volvieron al asunto, el enojo de la zacatecana contra Huerta es porque el senador manejó el 'timming' o sea la coincidencia de tiempos a su favor sacando el tema de la revocación de mandato cuando ella está en sus horas más bajas debido al último lugar de aprobación que ocupa entre los gobernadores.
De tener casi el 64 por ciento de "aceptación" -ajá- en diciembre, en ocho meses se desplomó 24 puntos según la casa encuestadora Demoscopia -en una colaboración con el diario La Jornada, cercano al morenismo- y no llega ni al 40 por ciento -la colocan con 39.7-.
De cada diez veracruzanos, seis la reprueban y solo cuatro la validan.
Y a Huerta se le ocurre mencionar la revocación de mandato.
No entiende que la chamaca es chillona y todavía la pellizcan, dirían las abuelas en el pueblo. Risas.
Por eso Nahle lo acusó de querer darle un "golpe de Estado" y se plañó de que la merodean los "zopilotes".
Pero esa diatriba, como otras, se le vuelve en contra pues la comparación es desafortunada.
Las aves carroñeras solo acechan moribundos y cadáveres putrefactos.
¿Así se verá la zacatecana en estos momentos? Vaya que tiene muy baja la autoestima.
Entonces, la gobernante le abrió la reja a la jauría para -con su bendición- perseguir, acosar, dentellar y sobre todo parar a Huerta a fin de que no llegue al 2027 ni mucho menos al 2030.
Huerta es la oposición que temen y están emberrinchados en frenarlo.
LO ODIAN Y LE TEMEN
La mandaría aceptó la intriga de personajes como Juan Gómez, Zenyazen Escobar y Esteban Ramírez -entiéndase el cuitlahuismo postsexenal- para formar un frente común contra Huerta.
El hacha de ese pacto la desenterró Ramírez Zepeta en Poza Rica, en una marcha realizada el sábado según que para defender el "triunfo" de la morenista Adanely Rodríguez en la alcaldía -la cual perdió-, que se convirtió en un acto contra Huerta.
El dirigente del guinda lo acusó -otra vez- de traidor y lo culpó de la derrota de Morena en Poza Rica y otros municipios porque supuestamente apoyó a candidatos de Movimiento Ciudadano (MC).
Vaya que estos tipos son tontos porque en lugar de descalificar a Huerta le atribuyen un poder e influencia política tremendos.
Ya no es dirigente estatal de Morena o sea no tiene el dinero ni la estructura partidista.
Tampoco es delegado de la Secretaría del Bienestar por lo que no tiene ni el manejo de los programas asistenciales ni el ejército de 'mapaches' llamado Servidores de la Nación.
Y no es funcionario estatal y sin estar en el gabinete no mueve a gente ni recursos.
¿Y aún así les ganó a todos -a Nahle, a Morena, a Ramírez Zepeta, a Gómez y a otros más-? Eso es tener verdadero poder.
Y, se deduce, que por eso le temen tanto como lo odian.
SUSTOS SEGUROS
Suponiendo que el declive municipal de Morena y las victorias de MC fue por mano de Huerta, ¿se imaginan lo que hará en el 2027 con las diputaciones federales y con Zepeta todavía dirigiendo el partido?
Y, ojo, el piropo que tuiteó Emilio Olvera, el próximo edil emecista de Poza Rica, para Huerta se lee como una invitación a futuro.
Lo califica de "político ejemplar y congruente" y que "Veracruz estaría mejor con él" que como lo está con Nahle.
¿Cuánto le habrá dolido eso a la zacatecana?
El futurismo y la reyerta son ya.
¿Avizoren que a Huerta lo terminan echando de Morena -porque dice que no va a renunciar- y que MC lo haga su candidato en el 2030? Ahí sí que ese odiado le pegará un susto al eje nahlista-cuitlahuista.
Y si no lo expulsan de todos modos los apanicará.
El 2027 será de sustos y definiciones para más sustos.
*Envoyé depuis Paris, France.