Por Andrés Timoteo
CORTA LUNA DE MIEL
A la gobernante en turno Rocío Nahle apenas si le duró siete meses el bono popular.
En la teoría política, se trata de ese activo intangible pero valioso que es el (buen) nivel de aceptación entre los ciudadanos durante los primeros meses o años de administración.
También le llaman bono político y todos los mandatarios, grandes o pequeños, lo tienen si es que surgieron de un proceso medianamente democrático.
Románticamente algunos lo suelen denominar también como la 'luna de miel' con los gobernados -recurriendo a la comparación de los recién casados- que todavía mantienen la confianza y las expectativas hacia el o la que comenzó su gestión.
Bueno pues esa 'luna de miel' se le acabó a la zacatecana a mitad de este año.
Únicamente le duró de diciembre a junio.
Ya en el mes de julio todo comenzó a ir cuesta abajo y abruptamente de acuerdo con las mediciones demoscópicas que se publicaron a partir de agosto -correspondientes, claro, a la evaluación de mes anterior inmediato-.
Fue brusco porque la gobernante no tuvo un descenso paulatino en la percepción positiva sino que de pronto apareció en los últimos lugares.
Y en octubre obtuvo la peor calificación de todos los gobernadores del país.
Su declive está medido hasta noviembre, todavía falta la medición de diciembre que se conocerá en enero, aunque hubo un pilón a mitad de este mes: la encuestadora Arias Consultores le dio el mazazo al publicar que el 80.6 por ciento de los ciudadanos está dispuesto a revocarle el mandato.
O sea que 8 de cada 10 veracruzanos ya no la quieren tener como su gobernadora.
Ese alcance de repudio es como meter en depresión a cualquiera.
¿Tan poco duró el amor entre los jarochos y la zacatecana?
Se podría decir que sí, aunque si revisamos el contexto se deduce que ese amor nunca existió y que el sonado bono popular fue por mera inercia.
La señora Nahle no es carismática ni levantó furor en la campaña electoral.
Su triunfo no fue una muestra de amor de la gente sino resultado de la operación electoral y los aparatos gubernamentales y partidistas del régimen.
Aún así tuvo cierta expectativa de que al menos sería mejor que su antecesor, Cuitláhuac García.
Hoy esa expectativa está diluida y no sólo se debe a la tendencia natural de desgaste que tienen todos los gobernantes sino porque Nahle proporcionó elementos para extinguir el dichoso bono popular.
Su carácter irascible, su desidia para documentarse sobre Veracruz y su gente, sus modos despóticos y malos modales, su indolencia en los casos que lastiman a la gente, rodearse de gente incapaz y también ajena al estado, recontratar y proteger a los cuitlahuistas e incorporar también algunos de los peores en los gobiernos priistas y panistas, lo ha aportado ella misma.
Nadie le hizo la travesura, son pasivos propios.
Lo anterior sumado a los escándalos de corrupción, enriquecimiento súbito, malos resultados como funcionaria federal y la colección de propiedades inmobiliarias que no concuerda con sus ingresos ayudó a la cuesta abajo en su rodada.
Ese cóctel de -malas- actitudes y errores la tienen hoy en el sótano de la aceptación popular, repudiada por los veracruzanos.
NOËL DE LA RUE
Uno de los villancicos más nostálgicos de Francia -aquí les dicen 'Chants de Noël'- es "Noël de la rue" ("Navidad de la calle") que popularizó Edith Piaf, "La môme de Paris" (El Gorrioncillo de París), y alude a los desfavorecidos en el tiempo navideño y toda la temporada de fríos inclementes, no solo los meteorológicos.
Especialmente llama a poner atención a los menores de edad en situación de calle o de pobreza extrema que ven la felicidad lejana, tras los aparadores de las tiendas, en los regalos que no recibirán y en las fiestas al abrigo de un hogar cálido que les está vedado.
"Muchachito, ¿a dónde vas corriendo así descalzo?/ Corro tras el Paraíso porque dicen que es Navidad./ La Navidad en la calle es viento y es nieve,/ y el viento de la calle hace llorar a esos niños./ La luz y la alegría están tras los escaparates/ ni para ti ni para mi, es para los vecinos./ Hijito, diviértete mirando/ pero no toques nada, solo de lejos.
La Navidad de la calle es el frío del invierno/ en los ojos bien abiertos de los pequeños callejeros/ que apretando sus narices contra esos vidrios/ se acurrucan como Jesuses que Santa María podría haber perdido/ y que se regresan sollozando con las manos vacías./ La Navidad de la calle está en el cielo de sus vidas,/ una estrella dormida que nunca llegó a bajar".
Con ese canto que nos convoca a la solidaridad y convidar con aquellos que carecen de fiesta y afectos en estas fechas, va nuestro deseo de una Nochebuena tranquila en convivencia familiar, amical o vecinal, amorosa y divertida para los lectores y los compañeros que hacen NOTIVER.
Y, por supuesto, que esta Navidad sea balsámica, sanadora y portadora de bienaventuranzas.
Ah, y a guisa de obsequio, va una revelación impactante que casi siempre tardamos en darnos cuenta y algunos pasan toda la vida sin nunca percatarse de eso: en la Nochebuena, los Regalos no están bajo ni junto al pino navideño, están sentados a tu lado.
*Envoyé depuis Paris, France.
