
Por Andrés Timoteo
CONTRA SU PUEBLO
En la zona centro del estado hay un alcalde que le declaró la guerra a su propio pueblo. Acusa a los habitantes del municipio de ser mitoteros, chismosos, impreparados, ignorantes, envidiosos, bravucones, calumniadores, entrometidos, traumados, frustrados, amargados y hasta de enfermos mentales que “necesitan ir al sicólogo”.
Les endilga todo un rosario de epítetos a quienes lo votaron y ahora le reclaman porque no ha cumplido ninguna de sus promesas de campaña y por pasársela en la francachela.
Y tienen razón de estar molestos pues el presidente municipal de Zentla, Rafael López Hernández, es famoso por su afición a la bebida y a la fiesta.
Hasta el apodan “El Bailador”.
López es un panista que está por segunda ocasión al frente del ayuntamiento aún cuando estuvo a punto de terminar en prisión ya que fue denunciado por un daño patrimonial de 11.1 millones de pesos cometido durante su primer periodo edilicio, del 2011 al 2013.
En el 2017 le giraron dos órdenes de aprehensión que pudo librar porque el gobierno estatal era panista y lo protegió.
En el 2021 volvió a ganar los comicios, pero en estos dos años los zentecos ya se arrepintieron de haberlo llevado al poder por segunda ocasión.
No hay ninguna obra importante y ni siquiera ha cumplido con lo más básico en algunos lugares: la introducción de agua potable y la reparación de caminos.
Nada que sea imposible, pero se desentendió de sus compromisos y a quienes les pidió el voto ahora no los atiende y además los ofende.
El colmo fue el jueves 28 cuando un grupo de pobladores hicieron antesala durante horas en el palacio municipal para ser recibidos en audiencia, pero el edil nunca llegó.
Y no estaba lejos de su oficina sino a pocos metros, en una conocida cantina departiendo con sus funcionarios de confianza.
En las redes sociales circuló la fotografía de Hernández “con-bebiendo” mientras el pueblo lo esperaba.
Por supuesto que los lugareños se prendieron y en las mismas redes sociales tundieron al ‘bailador’ Hernández quien corrió con suerte porque las imágenes cantinescas se conocieron horas más tarde.
De haber sido antes, lo hubieran ido a sacar y lo habrían montado en un burro para pasearlo por las calles del pueblo.
De lo que no se salvó fue de los reclamos e insultos en la web.
Pero Hernández se hizo el ofendido y en una larga publicación acusó a los lugareños de todos los adjetivos citados al inicio y además los señaló de no tener el nivel educativo ni político para ponerse a cuestionarlo.
El tipo es médico y presume tener “muchos posgrados y mucho diplomados” porque no es flojo ya que dedica los fines de semana a estudiar y entonces solo los que tengan su mismo nivel académico se le pueden dirigir y hasta brindar con él.
Además alardea que dos veces ha ganado la alcaldía y eso demuestra que la gente lo quiere a excepción de los “amargados y envidiosos” que lo critican.
Pero le fue peor porque de “burro con toga” no lo bajaron ya que su escrito está lleno de faltas de ortografías y le aclararon:
“sí eres flojo y además ratero, mentiroso y borracho”.
Risas. Están tan enojados que muchos prometen voto de castigo para el PAN en el 2024 y 2025.
“Mejor que llegue un ‘chairo’ de Morena a que sigan los panistas”, se dicen en los mentideros. Vaya que están ‘encabritados’ los zentecos.
LA LLORONA HIDALGUENSE
Otra historia de munícipes desfachatados es la del hidalguense Ricardo Ahued quien se queja de que los ciudadanos “le mientan la madre” por el desastre vial que provocan las obras que se realizan en la avenida Lázaro Cárdenas y en Las Trancas. Pero el enojó de los jalapeños también es por la tala de árboles.
Así que las ‘mentadas’ se las tiene bien ganadas porque no solo toleró el daño ambiental sino que es cómplice de los proyectos de obra pública del gobierno estatal que en realidad son un negocio de los funcionarios cuitlahuistas.
Ya pasó Halloween pero La Llorona se sigue oyendo en el palacio municipal de Jalapa rogándole a los de enfrente -al gobernante estatal, Cuitláhuac García, y a su secretario-cuñado Elio Hernández- que ya se apuren a terminar el armatoste para que la gente deje de culparlo. ¡Pero él avaló todo!
El tipo hizo la travesura ambiental y ahora no se aguanta, anda lloriqueando por las esquinas.
Vaya mala suerte la de los jalapeños porque además del ecocidio y el caos vial tienen que padecer los quejidos del hidalguense llorón.
ES UNA TAPADERA
Tercera historia. El boqueño Juan Unanue presume como un logro en su segundo año de gobierno la repavimentación de la avenida Juan Pablo II con 9 mil 600 metros cuadrados de concreto hidráulico, drenaje nuevo, miles de kilómetros de guarniciones y banquetas y bla, bla, bla.
Pero lo que no dice es que dicha obra la hizo para que sirviera de ‘tapadera’ por la introducción del gasoducto de Gas Natural del Noreste que representa una ‘bomba de tiempo’ para los vecinos del lugar.
El tipo le otorgó todos los permisos a la empresa gasera a espaldas de sus gobernados.
¡Y todavía se atreve a decir: somos lo mejor de Veracruz!
No tiene pudor.
El mustio Unanue se parece a la morenista Esmeralda Mora de Nanchital que quiso imponer un enorme basurero, aunque la diferencia es que los chinantecos obligaron a la edil a recular mientras que los boqueños ni gestos hacen cuando les introducen el tubo a plena luz del día.
Y no es albur sino una realidad. ¡Ah, como hace falta un ‘nanchitazo’ en Boca del Río!
*Envoyé depuis Paris, France.