
Por Andrés Timoteo
“AQUÍ YACE UN SOÑADOR”
Fue encarcelado muchas veces en México, huyó de la dictadura porfirista exiliándose en Estados Unidos pero allá fue detenido y condenado a 21 años de prisión, aunque cumplió apenas cinco de ellos ya que falleció el 21 de noviembre de 1922.
Ayer se cumplieron 103 años.
El periodista Ricardo Flores Magón acabó sus días como preso político y siempre opositor a los gobiernos despóticos, corruptos y violadores de los derechos humanos.
Murió en una mazmorra de la penitenciaria Leavenworth, en Kansas.
A la fecha no se sabe la causa real de su deceso.
Las autoridades norteamericanas dictaminaron un paro cardíaco, otros supusieron que fue la pulmonía -el mismo Flores Magón contó en cartas escritas desde su celda que padecía de fiebres y vomitaba sangre además de estar casi ciego-, pero la sospecha de fondo es que fue asesinado.
Su hermano Enrique, también periodista, acusó un crimen de Estado pues el cadáver presentaba signos de ahorcamiento.
Como haya sido, el comunicador y uno de los precursores ideológicos de la Revolución Mexicana murió a los 49 años manteniendo intactos hasta el final sus ideales y convicciones.
El procurador estadounidense Harry Daugherty le ofreció la libertad si pedía vía escrita el perdón por llamar a la anarquía en esa nación, pero la rechazó como siempre rechazó las ofertas monetarias y de privilegios hechas por el dictador Porfirio Díaz a través de personeros a cambio de tersar su pluma crítica.
En agosto de aquel 1922, presintiendo su muerte -o su asesinato-, escribió a uno de sus amigos -desde la cárcel redactó 435 misivas pero desafortunadamente sólo se conservan 23 de ellas-:
“No sobreviviré a mi cautiverio, pues ya estoy viejo; pero cuando muera, mis amigos quizá inscriban en mi tumba: ‘Aquí yace un soñador’, y mis enemigos: ‘Aquí yace un loco’.
Pero no habrá nadie que se atreva a estampar esta inscripción: ‘Aquí yace un cobarde y traidor a sus ideas’”.
Hoy, a más de un siglo de su muerte, urge releer a Flores Magón, referencia esencial de la lucha libertaria, el cambio social y del periodismo crítico.
A Flores Magón lo usufructuó durante años el obradorismo que además le plagió el nombre del periódico Regeneración que fundó junto con sus hermanos Enrique y Jesús.
Se lo puso a su partido y a su libelo.
El Regeneración de Morena no es más que un pasquín lleno de boletines mentirosos y lisonjas al poder, todo lo contrario de lo que fue el diario magonista.
Ahora que el país está convulsionado por la corrupción, el crimen y una tiranía en ciernes, y que la población juvenil está enojada y protestando, lo que Flores Magón escribió hace más de un siglo le explota el rostro a los ‘cuatroteístas’.
Por eso ya no lo citan.
LA REBELIÓN
Flores Magón condenó siempre el mal gobierno represor y falsario, ladrón del dinero público y que vivía en la opulencia mientras el pueblo en la miseria.
También abominó la persecución a la prensa.
Hay una columna imperdible que deben leer los de la Generación Z que hoy están sublevados y criminalizados por el régimen.
Se llama “El derecho a la rebelión”, la publicó el 10 de septiembre de 1910 y habla del México de hace una centuria, aunque parece metaforizar al actual.
“Desde lo alto de su roca el Buitre Viejo acecha.
Una claridad inquietante comienza a disipar las sombras que en el horizonte amontonó el crimen, y en la lividez del paisaje parece adivinarse la silueta de un gigante que avanza: es la Insurrección.
El Buitre Viejo hurga en los lodos del bajo fondo; pero nada haya en aquellas negruras que le explique el por qué de la rebelión.
Acude a los recuerdos; hombres y cosas y fechas y circunstancias pasan por su mente como un desfile dantesco; pasan los mártires, los obreros y campesinos acribillados a balazos.
Luego pasan legiones de espectros, viudas, huérfanos, prisioneros y el pueblo entero pasa, desnudo, macilento, débil.
Dada su conciencia de ave de rapiña, el Buitre Viejo justifica la muerte.
¿Hay cadáveres? Su vida está asegurada.
Pero un día alguien toma un periódico, y lo lee: es un periódico libertario y acaba por concluir que, hoy como ayer, la fuerza es soberana, y, consecuente con su pensamiento.
El derecho de rebelión penetra en las conciencias.
El derecho de rebelión es sagrado porque su ejercicio es indispensable para romper los obstáculos que se oponen al derecho de vivir”.
¿LOS HAY EN EL PUEBLO?
“Rebeldía, grita la mariposa, al romper el capullo que la aprisiona;
rebeldía, grita la yema al desgarrar la recia corteza que cierra el paso;
rebeldía, grita el grano en el surco al agrietar la tierra para recibir los rayos del sol;
rebeldía, grita el tierno ser humano al desgarrar las entrañas maternas;
rebeldía, grita el pueblo cuando se pone de pie para aplastar a tiranos y explotadores.
La rebeldía es la vida: la sumisión es la muerte.
¿Hay rebeldes en el pueblo?
La vida está asegurada y asegurados están también el arte y la ciencia y la industria.
Y el Buitre Viejo acecha desde lo alto de su roca, fija la sanguinolenta pupila en el gigante que avanza sin darse cuenta aún del por qué de la insurrección.
El derecho de rebelión no lo entienden los tiranos”.
*Envoyé depuis Paris, France.