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TEXTO IRREVERENTE | APOSTÓ Y ERRÓ - Sorprendió -debe admitirse- el viraje del régimen morenista sobre el caso del exgobernador Javier Duarte de Ochoa quien ya se hacía disfrutando las navidades en Londres...

Sorprendió -debe admitirse- el viraje del régimen morenista sobre el caso del exgobernador Javier Duarte de Ochoa quien ya se hacía disfrutando las navidades en Londres, junto a su familia, pues esperaba que le autorizaran la liberación...

Por Andrés Timoteo

APOSTÓ Y ERRÓ

Sorprendió -debe admitirse- el viraje del régimen morenista sobre el caso del exgobernador Javier Duarte de Ochoa quien ya se hacía disfrutando las navidades en Londres, junto a su familia, pues esperaba que le autorizaran la liberación anticipada al haber cumplido casi la totalidad de su sentencia de nueve años de prisión por los delitos lavado de dinero y asociación delictuosa.

Se la negaron y frustraron sus planes.

Ese fue el primer golpe prenavideño recibido de su querida "cuarta transformación”.

Además se suponía que dejaría la prisión en abril, pero vino el segundo golpe:

la Fiscalía General de la República (FGR) le abrió otra carpeta judicial por el desvío multimillonario del erario federal, de las ministraciones que se enviaron a la entidad durante su sexenio.

Para ello consiguió que el gobierno de Guatemala, de donde fue extraditado en julio del 2017, aprobara la ampliación del catálogo de delitos imputados a fin de juzgarlo sin violar el Principio de Especialidad.

Ahora se antoja lejano que Duarte consiga la libertad el próximo año.

¿Mala suerte o fue ‘el enano del tapanco’ el que le hizo la travesura al exgobernante? Ni lo uno ni lo otro.

De acuerdo a lo masticado en los merenderos políticos del altiplano, la presidenta Claudia Sheinbaum no quiso subirse a la aventura de liberar -léase:

Concretar el perdón- a uno de los personajes que encarna la corrupción pura y dura de lo que ellos denominan el “periodo neoliberal”.

Por supuesto que la decisión del claudismo pega a nivel estatal por los pactos que los morenistas Cuitláhuac García y Rocío Nahle habrían hecho con el exmandatario a cambio del financiamiento a sus campañas electorales.

Así, Duarte apostó y costeó a la “4T”, y erró el tiro.

En el 2016 fue un escándalo los encuentros que sostuvo en Casa Veracruz con García Jiménez cuando competía por la gubernatura contra el panista Miguel Ángel Yunes.

El propio candidato priista de ese entonces, Héctor Yunes, reveló que la camioneta con la que ingresaba el candidato morenista a la residencia oficial salía más pesada por las maletas de dinero adosadas.

Luego, en el 2018, pese a estar ya en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México Duarte volvió a financiar a García -con el dinero saqueado, según la especie- y cuando el morenista asumió el gobierno estatal todos sus excolaboradores que estaban detenidos fueron liberados en cascada.

Y en el 2019, tras quitarle la Fiscalía al yunista Jorge Winckler, cerraron todas las carpetas de investigación en su contra.

Sólo pervivió una por desaparición forzada que le abrió Winckler y que, por ser un delito de lesa humanidad, no pudieron extinguir.

El expediente todavía sigue en litigio.

En los comicios del 2024, Duarte de plano se ‘soltó la cabellera’ y eliminó toda especulación sobre su apoyo a la candidata morenista Rocío Nahle.

Desde la cárcel hizo -y habría costeado- campaña a su favor usando las redes sociales.

Allí cariñosamente la llamaba “Tía Chío”.

Nahle no se deslindó de ese ‘beso del diablo’, lo aceptó y era una de las impulsoras de la liberación anticipada de Duarte.

De ahí que ella es otra damnificada del viraje federal para mantener encerrado al cordobés.

HABLAR ES EL CONSUELO

Después de todo el contexto anterior hay que acotar que en los mentideros políticos se dice que el detonante para que el régimen guinda le soltara la mano a Duarte es porque éste se avorazó presumiendo sus acuerdos.

Alardeó con compañeros de prisión y en gacetillas de la prensa opinativa sobre el enjuague e incluso hasta deslizó que se convertiría en asesor del nahlismo.

Eso llegó a palacio nacional y entonces dieron reversa a los arreglos locales.

Vaya tragicomedia la de Duarte que durante todos estos años se ha dolido de la traición del priismo y del expresidente Enrique Peña Nieto, a los que financió, y ahora vuelve a ser traicionado por la zacatecana Nahle y el morenismo, sus más recientes subvencionados.

Con el nuevo proceso penal en ciernes, el cordobés ya no tiene mucho que perder y menos en quién confiar.

Entonces, lo interesante será ver si se desquita revelando detalles de esos pactos y financiamientos a los guindas.

Ya ven que “no es indio el que no se venga”.

De vengarse, claro. Risas.

O como dice el maestro Miguel Ángel Barragán:

“el consuelo del jodido es hablar” y al exgobernador se lo jodieron los ‘cuatroteístas’.

FUE DEL 2017

Debido a un error del corrector del programa en el anterior texto se puso que Sergio Ramírez, el escritor nicaragüense, es Premio Cervantes de Literatura 2025 cuando lo fue del 2017.

Se ofrece una disculpa al editor y a los lectores.

Por cierto, lean o relean “Adiós muchachos” (1999), una magnifica crónica personal en su tiempo como militante del Frente Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN) que echó del poder al dictador Atanasio Somoza en 1979.

El título del libro, Ramírez lo tomó del tango con mismo nombre que interpretaba Carlos Gardel por allá de los años veinte del siglo pasado.

“Adiós muchachos,/ compañeros de mi vida./ Barra querida de aquellos tiempos. /Adiós muchachos,/ ya me voy y me resigno,/ contra el destino nadie falla”.

*Envoyé depuis Paris, France.