
Por Andrés Timoteo
ADIÓS A LAS RÉMORAS
No hay alianza entre los partidos Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y del Trabajo (PT) como tampoco entre Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI) en la disputa por las alcaldías veracruzanas lo que se podría traducir como una posible sentencia de muerte política para los segundos, el PT y el PRI.
La probabilidad para que ambos ganen por cuenta propia en los comicios venideros es muy reducida al grado que terminarán como partidos meramente testimoniales o perderán su registro al no poder alcanzar ni siquiera el 2 por ciento de la votación que exige la ley para conservarse como partidos formales.
Son malas noticias para sus dirigentes locales, Vicente Aguilar y Adolfo "El Fofo" Ramírez, quienes cargarán con la fama de ser los sepultureros, pero para los partidos que rechazaron la coalición -PAN y Morena- es buena nueva porque se sacudieron a ese par de rémoras.
Y mejor noticia es para la ciudadanía porque si desaparecen dejará de subsidiar -las prerrogativas partidistas salen del bolsillo de los veracruzanos- a esos dos entes que hoy son improductivos.
Bueno siempre lo han sido, aunque el PRI fue durante casi ochenta años un partido poderoso y gobernante.
Por lo que se ve, el tricolor está en sus estertores.
Tal vez no desaparezca en esta elección, pero quedará muy disminuido electoral y políticamente.
¿Qué alcaldías importante gobierna actualmente?
Muy pocas, una veintena.
El 10 por ciento del total de ayuntamientos.
Entra ellas Orizaba y Cosoleacaque, pero perderá ambas pues los actuales ediles, el empresario Juan Manuel Díez y Ponciano Vázquez Parisi, hijo del extinto gatillero Cirilo Vázquez Lagunes, ya negociaron con el morenismo la entrega de la plaza.
Los otros dos municipios donde el priismo todavía gobierna y sus alcaldes maniobran para que así continúe, aunque con pocas esperanzas, son Ayahualulco y Altotonga donde los caciquillos Arturo Morales Rosas e Ignacio Morales Guevara intentan imponer en las candidaturas priistas a parientes o socios para seguir conservando el feudo.
Fuera de estos dos últimos ayuntamientos donde, por cierto, Morena será el principal contrincante con posibilidad de ganar, el tricolor no tiene bastión importante a conservar.
Algunos pronósticos le dan la victoria en cinco o siete alcaldías rurales.
Si se cumple, el PRI reducirá en un 75 por ciento las posiciones que actualmente conserva y en el plano estatal solo se quedaría con el 2.5 por ciento de las 212 presidencias municipales.
¿Le alcanzará para sobrevivir?
Hagan sus apuestas.
‘CHENTES’ SIN FLOTADOR
Desde el punto de vista histórico-político, es dramático el caso del PRI por su decadencia acelerada, aunque a todos los llene de felicidad, pero el caso del PT es de risa y escarmiento.
Ese partido nunca ha gobernando la entidad y ni siquiera un municipio influyente.
Es más, nunca ha tenido una presencia política importante.
Su permanencia ha sido siempre como rémora de partidos grandes. En los últimos años colgado de Morena, pero antes le sirvió como ente utilitario al priismo.
Nadie olvide que en el sexenio de la fidelidad estuvo a punto de perder el registro pero el innombrable lo salvó de la extinción pasándole votos y maniobrando en el organismo electoral para forzar su sobrevivencia.
Ahora, los petistas se quedaron sin 'flotador' pues los que lo regentean Vicente Aguilar Aguilar y Vicente Aguilar Castillo, padre e hijo, se sintieron importantes y se pusieron a exigir posiciones que no les corresponden.
Quisieron chantajear a su resucitador-conservador y se pelearon con el 'tanque de oxígeno'.
De inicio exigían al morenismo que ellos pusieran a los candidatos en 44 municipios, o sea querían la quinta parte de todas las postulaciones.
Les dijeron que no. Luego bajaron a 32, la mitad, y tampoco. Al final se quedaron sin nada.
No hay alianza y todo apunta a que el PT es el candidato ideal a desaparecer en estos comicios.
Lo divertido es que Aguilar Aguilar, el dirigente formal, ya se dio cuenta de su error y ahora habla de una "alianza de facto" -ajá sí- con Morena y jura que "no hay rompimiento" con ese partido.
Esa "alianza de facto" sirve al discurso catártico, pero no en lo legal porque Morena no podrá transferirle votos de sobrevivencia ni compartir gobiernos locales.
Ahora el PT está por su cuenta y su supervivencia o su 'muerte política' recaerá sobre los ambiciosos caciquillos los "Chentes" Aguilar.
ANTIGUOS ESPÍRITUS
Las posibles extinciones del PRI y PT son buenas noticias, pero también hay malas.
Una es el retorno de los 'antiguos espíritus del mal', dijera Munn-ra de los Thundercats, a la arena electoral: Alberto Silva, Raul Zarrabal, Gerardo Buganza, Celestino Rivera, Ernesto Alarcón, Oscar Lara, Cuitláhuac Condado y hasta Francisco Ávila Camberos.
Algunos de ellos son verdaderos delincuentes, pero los quieren resucitar -Morena, MC y PAN- a ver si logran el milagro o el maleficio de conseguir algo.
En Jalapa, el priismo invocó al fidelista Américo Zúñiga pero, mañoso como es, éste supo que no haría nada sin el blanquiazul como aliado y terminó por rajarse antes de tiempo.
¡Buu..!
*Envoyé depuis Paris, France.