De Jardiel Poncela:
“Los políticos son como los cines de barrio, primero te hacen entrar y después te cambian el programa”.
Camelot.
EL RETORNO DE DANTE
Dante Delgado Rannauro, alvaradeño por la gracia del nacimiento y cordobés por la gracia del acomodamiento, ha retornado a la política, después de dura enfermedad que lo mantuvo fuera del timón de su partido, Movimiento Ciudadano (MC), el que aspira con su camada de políticos jóvenes, o sea, de la época de Parchís para acá, a conquistar la cima más grande de la política en México, la presidencia de la República.
Ya ha subido montañas de gubernaturas y es un partido en el cual la gente comienza a confiar, un poco harto de los demás, se incluye a Morena.
Pues Dante dejó la cama hospitalaria y los médicos y demacrado, flaco, ojeroso pero con ilusiones, dio un mensaje de que ahí va y ahí sigue, listo para llegar a portar la medalla de Oro en la política, la silla presidencial.
Bienvenido y que haya mucha salud, gran político veracruzano.
UNA DE ACOSTA LAGUNES
Agustín Acosta Lagunes (q.e.p.d.) fue un buen gobernador para los orizabeños, me dice por la mañana un fiel admirador de su sexenio.
Haría falta un homenaje a él, insistía.
Ponderaba las obras de gobierno.
La pavimentación total -con todas sus afectaciones y liquidaciones-, de la Calle Real, antiguo paso de carretas de 4 kilómetros en la pluviosilla orizabeña.
Eso ocurrió, recordé, en tiempos de José López Portillo.
Insistía: el Museo de Arte del Estado fue gracias a él.
Y a Dante Delgado Rannauro.
Las obras de los Diego Rivera fueron compradas a marchantes dónde el viejo se los encontraba.
Adorador de la cultura, Acosta Lagunes entraba a museos y a dónde pudiera compraba obras que engalanaron el Museo del Estado.
Trajo un par de veces, decía en defensa el interlocutor, a Roberto Hernández, dueño de Banamex.
La Fundación Banamex fue de gran apoyo para las obras del Museo.
La habilitación de los claustros.
También en su época de gobernador, hizo venir al expresidente Miguel Alemán Valdés a un homenaje, pues sucede que aquí estudió en la escuela Melitón Guzmán, que portaba la "banca más grande del mundo", porque todos decían haber sido compañeros de pupitre del presidente de la República.
El orizabeño José Luis Reneaum también hizo dos o tres homenajes de esa casa sagrada.
Traía al hijo, Miguel, socio de Azcárraga en Televisa, para que se fuera acostumbrando a oler los aires veracruzanos.
Tiempo después fue gobernador de Veracruz.
En ese tiempo fue presidente municipal, Isaías Álvaro Rodríguez Vivas, el orgullo del barrio de la Brisa Jarocha.
Otro hombre ya fallecido.
Quizá falte el homenaje y reconocimiento que se le debió haber hecho en vida al viejo Acosta Lagunes.
Lo de viejo es con todo respeto.
